Cómo ser un Single-Star

¿Te mantienes a tí mismo? ¿Vives solo? ¿Y además eres feliz?, entonces eres un Single. Antiguamente “ser un solterón” a los 30 o 40 era aquel que no se había casado nunca y vivía amargado por ello, su meta era pasar por la vicaria y sino se conseguía sería un fracasado y no serviría ni para vestir santos. Es un estigma poderosamente fuerte, sobre todo para la mujer, eso de que “se te va a pasar el arroz” tan escuchado por muchas hijas de sus madres y demás personal era muy sufrido. Hoy en día esto ha cambiado, afortunadamente e incluso está bien visto que vivas tu vida en soltería e independencia además antes de convivir con alguien. Todos los estados civiles tienen sus ventajas e inconvenientes. Tener pareja tiene a favor que compartes tu vida al lado de alguien que se supone QUIERES, las relaciones de pareja están llenas de encuentros y desencuentros y además supone dormir acompañado, y tener sexo asegurado. Pero también tiene sus puntos negativos; responsabilidades, dar explicaciones, riñas y enfados (que lleva a temporadas sin sexo), hipotecas e hijos en común (igualmente conlleva temporadas de menos sexo), etc...

Perfil del Single
Un single es una persona libre, que vive feliz en ese estado y que no le importaría estar con alguien en convivencia o incluso casarse si continuase con el mismo estado de libertad e independencia, y un solterón es alguien que o bien siente terror por el matrimonio o compromiso o no hay ni dios que lo aguante por tener una difícil personalidad. La franja de edad del single va de entre 25 y 64 y no importa que sean solteros, separados, divorciados o viudos. Solo dependen de ellos mismos, y se autoafirman constantemente. Se hacen regalitos, se cuidan y se miman porque solo están pendientes de ellos. No es narcisismo ya que mantienen contacto con su entorno, familia, y amigos pero su autonomía económica les da para atender a lo demás pero también y sobre todo a sí mismo. La amistad es muy importante y están perfectamente comunicados con ellos vía móvil o sms, e internet. Les gusta estar solos pero necesitan contacto con los demás.
Y sin ser compradores compulsivos adquieren de todo, en ropa, complementos o cosmética. Canalizan la máxima energía en el aspecto laboral y suelen llegar muy alto y sienten seguros de sí mismos siendo muy capaces de asumir cualquier responsabilidad. Ese yo SOY constante les hace pensar sólo en ellos lo que les lleva a ser así, sin intención de dañar a nadie, pero deseando siempre lo mejor para ellos.
Al vivir solos se vuelven muy maniáticos, aunque el orden es muy personal y cada uno lo entiende a su manera. Cocinan y abusan de la pasta (es rápido de preparar) pero sino tienen tiempo, visitan con frecuencia el restaurante bien sea al mediodía o noche y les gusta cambiar y probar sitios nuevos.
La familia bien, gracias! Pero con cierta distancia, acuden a ella cuando el single quiere y durante el tiempo que pueda soportar. ¡Que mamá llame por teléfono pero no más de 5 minutos de vez en cuando para saber cómo están y ya llega!. Estar soltero no tiene porque significar estar con amargado o triste. Los singles saben pasarlo bien y también viajar. Hay cruceros organizados solo para solteros y donde se permite conocer gente con las mismas inquietudes y disfrutar de actividades organizadas, llenas de alegría y diversión, donde bailan y tratan de pasarlo lo mejor posible, con o sin amigos.
Tienen sexo cuando quieren o pueden, dependiendo de sí tienen conquistas o no, no se establecen una continuidad pero tampoco son promiscuos. Si hay posibilidades de que alguien se cruce en su camino, se lanzan a la aventura pero con cierta distancia, sin depender emocionalmente y quién sabe si la cosa promete concederán cada vez más a ese “proyecto de pareja” un lugar en su vida pudiendo llegar a abandonar la vida de la soltería. Si el asunto no cuaja, no pasa nada, su hábitat natural es ser libre con lo que se adaptan de nuevo a su vida de single-star.