Lobos con piel de cordero

¿Te has llevado un chasco alguna vez, creyendo estar viviendo una historia de amor maravillosa y de repente sin saber que ha pasado se termina?. Esos comienzos tan increíbles te hacen sentir que vives una película romántica en propias carnes, empiezas a creer esas canciones que hablan de amor y parece que todo cobra otro sentido, ves todo de otro color y te vuelves gilipollas perdido por una temporada... Hasta que de repente ese ser desaparece sin dejar rastro, como si de un Expediente-X se tratara y fuese abducido por un OVNI ya no sabes más. Aquí El lobo con piel de cordero aparece en su plenitud y se ve con quién estabas. Esos que inicialmente parecen “mosquita muerta”, muy atentos y majos... Pero cuando ves que después de haberte seducido, se aleja sin más, te hundes en la más mísera depresión emocional y empiezas a darle vueltas a lo que deberías haber evitado.

Fábulas donde el lobo disfrazado se introduce al rebaño y mata a un corderillo que lo confunde con su madre o en que la perfidia del depredador se vuelve en su contra: el pastor -que ve oveja y no lobo- mata al animal y se lo come. La metáfora contiene una interesante ambigüedad: la estratagema lupina es peligrosa para la oveja, pero puede que también para el lobo. Ya lo decía Mateo; “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis”.

LA OVEJA
Quién padece la decepción cae en el sentimiento equivocado de culparse, ¡maldita dependencia emocional!. Estamos sujetos a ella por la sociedad que es tan sumamente exigente con que lo ideal es tener pareja a toda costa y que cada fallo en no conseguirlo supone un grave error. Pero no siempre las cosas no funcionan cuando conoces a alguien por escoger mal, o porque el fallo esté en uno mismo ya que hasta que no pasa tiempo no conoces realmente a la persona y no sabes sin ver como actúa en determinadas situaciones, como es su personalidad y carácter. El problema es cuando ves todo eso y no te gusta y lo quieres cambiar a toda costa, es decir, apostar por caballo perdedor, ese realmente es el verdadero problema de mucha gente que sufre innecesariamente. Ahí no se debe seguir.
Pero vamos a centrarnos en las frustraciones que se crean cuando te encuentras con una situación que no te esperas y te la han pegado bien doblada. Si ese el verdadero asunto de toda la historia, se debe aceptar la situación, no luchar ni ir en contra de los propios sentimientos, no odiar ni crear rencor, y tener la tranquilidad interna que fuiste fiel a tí mismo, honesto y honrado con la otra parte, si es así, nada se debe temer, solo dejar salir el dolor de la pérdida y de la incomprensión de la situación, desahogarlo con tu gente y dejar que el tiempo todo lo ponga en su sitio. Luego el universo recompensará a quién se entrega de verdad con alma y corazón.

EL LOBO
La parte del “lobo” es para estudiar a fondo. Muchas veces se actúa así, porque se niega lo evidente y así se vive en su mundo sin complicaciones. Otras porque realmente no le interesa o está enamorado de otra. Pero en el fondo quién se “va a la francesa” es porque está cagado de miedo, posiblemente esté mucho más enamorado que la otra parte pero no tiene recursos emocionales ni la suficiente madurez para enfrentarse a la situación. Se ve mermado y antes de mostrar su vulnerabilidad se evade a un profundo y falso sueño de tranquilidad alejándose. Es el verdadero corderito degollado de toda la historia pero el tiempo pone a todos en su sitio y si hay sentimientos, volverá ya no como depredador sino reconociendo su imprudencia ya que habrá aprendido de toda la experiencia y querrá recomponer todo con humildad.