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Un puente sobre el Atlántico

Iglesias Osorio, Pilar - viernes, 21 de mayo de 2010
Es Galicia un país ultracordial. El mar que se estrella contra los acantilados de nuestra costa encuentra aquí infinitos puntos vulnerables, y a esta deliciosa casualidad debe nuestra región su riqueza, su encanto y también su carácter y su cosmopolismo, pues su "sinus" migratorio impera en el pueblo gallego, sobre todo en sus zonas costeras donde sus habitantes, desde muy niños, aprendieron a hacer suyas las patrias de los demás y es rasgo incompatible con la adoración exclusiva del "yo regional" y del ruralismo demasiado explotado por los autores dramáticos, más dados a halagar a los públicos que a la expresión de la verdad, siendo así que si alguna vez España se decidiese a hacer un puente sobre el Atlántico debería cimentarse sobre Vigo y A Coruña, pues son tantos los gallegos y descendientes de los mismos que viven en Ultramar que da la sensación de que nuestra y vuestra Galicia está partida en dos por el mar, no sabiendo donde termina la una y donde comienza la otra.

El alma gallega es esencialmente "peregrina", su camino fue siempre Compostela y cuando este se acaba se lanza al mar para dar el nombre de Santiago a las más bellas ciudades del Nuevo Mundo, desde el Atlántico al Pacífico y desde la Tierra de Fuego a las Californias surgen ciudades como Valle de Santiago, fundada en 1606 en Perú o como la Iglesia de Santiago en el Cuzco.

Chile fue fundada en 1541 por Pedro de Valdivia, dándole el nombre de Santiago del Nuevo Extremo o Santiago de Chile.

En el escudo de Guatemala campea la efigie de Santiago a caballo, llevando por orla ocho conchas de oro sobre azul. Sus poblaciones se llaman: Santiago de Atitlán, Santiago de Sacatepeguez y Santiago Momostenalgo.

Honduras honra el nombre con iglesias como Santiago de la Paz y Santiago de Joro.
Ciudades como Santiago de León, fundada en 1524 por Francisco Hernández de Córdoba.

En Argentina, Santiago de Sánchez, Santiago de Charcas de Estero, son ciudades que recuerdan a nuestro Glorioso Patrón.

Poblaciones como Santiago de Cotagayia y Santiago de Guata hoy en Bolivia.

En Cuba, la que fue bellísima perla del mar Caribe, conquistada en 1512 por Diego de Velázquez da el nombre de Santiago a la primera ciudad fundada en la isla, que fue sede episcopal en 1522 y toma el nombre de Santiago de Cuba.

Existe en Venezuela la Universidad de Santiago León de Caracas, y como ciudad tiene a Santiago de los Caballeros.

En Costa Rica poblaciones como Santiago de Talamanca, Santiago del Este, Santiago del Oeste, Santiago el Norte y Santiago del Sur.

En Colombia, Santiago de las Armas de los Caballeros.

Santo Domingo cuenta con ciudades como Santiago de Santa Cruz, Santiago de la Vega y Santiago de los Caballeros.

Dos ciudades importantes tiene Ecuador: Santiago de Guayaquil y Santiago de Quito, fundada esta última por Almagro.

Cuenta Panamá con Santiago de Veraguas y Santiago de Alauje.

Tenemos en Jamaica Santiago de la Vega y en Puerto Rico dos provincias con el nombre de Santiago de Jalisco y Santiago de Méjico, y la misma de Santiago Apóstol en la baja California.

Tendremos pues que tender ese puente sobre el Atlántico, ese puente espiritual, cultural y económico, pues no existen países que tengan tanta presencia de otro como la que tienen España y Galicia dentro de las Naciones Americanas, gracias a todos los gallegos y gallegas que han creado con su presencia en esos grandes Centros Regionales lazos de sangre, religión, cultura, valores y nostalgia.

Nos han devuelto ciento por uno en momentos difíciles para nuestra tierra, y aquellos hombres y mujeres de la emigración jamás olvidaron a su Galicia, y fueron los grandes impulsores hasta los años 1940 de escuelas y centros de beneficencia en su tierra natal; como aún hoy podemos contemplar en bellos edificios, que siguen con los mismos cometidos o tienen otros fines, pero que dan fe del altruismo de aquellos grandes gallegos que no olvidaron jamás a su tierra e hicieron que sus hijos y nietos también la amasen.

En A Coruña, por ejemplo, Da Guarda mandó construir un Instituto que lleva su nombre, escuelas y un mercado público, y con el dinero de aquellos gallegos de la diáspora se embellece la ciudad herculina con el soberbio monumento a Concepción Arenal; el de la Pardo Bazán y el de Pondal, sin olvidar al Marqués de Amboage (también emigrante), que donó para redimir quintos del servicio militar, donando para ello la cantidad de 8.494.175 pesetas de plata.

En Betanzos, los hermanos Naveira, enriquecidos en Argentina, construyeron colegios en magníficas fincas, y otro hijo de Betanzos donó un hermoso edificio para el colegio de sordomudos.

Un singular edificio crea Don Fernando Blanco de Lema en la Villa de Cee.

En Santiago se crea la "Biblioteca Americana" por donación de Don Gumersindo Busto, que residía en Buenos Aires, y para el Sanatorio de Conxo Don Martín Herrera donó una enorme suma de dinero.

Escuelas se hacen en Villalba, otras en Becerreá, Cerezal y Bóveda.

Pero la obra más sobresaliente se construye en la Devesa (Ribadeo), por mandato de Don Pedro Murias, fabricante de tabaco en la Habana. Se construye una Granja agrícola que aún hoy, después de algunas reparaciones, está en plena actividad. Se construyen escuelas en Rinlo y Villaframil.

y la Biblioteca, El mismo Señor Don Ramón González dona en Porriño el magnífico y bellísimo edificio del Ayuntamiento.

Los jardines y escuelas de Vivero son construidos con donaciones de los llamados "Naturales de Vivero y su Comarca", y otro tanto en Burela, Xove, Cervo etc...
En Ourense escuelas, en Carballiño el edificio para ancianos desamparados.

En Verín, patria de García Barbón, él mismo fundó un hospital y una escuela con dinero ganado en Cuba.

En Vigo, García Barbón creó la Escuela de Artes y Oficios, de Comercio y de Náutica. Crea también la Escuela de Hogar y el magnífico teatro que lleva su nombre; y así sucesivamente, no quedando pueblo ni aldea en la que no haya algún sobresaliente edificio que recuerde a nuestros emigrantes en América.

Las nuevas tecnologías han hecho posible que nos sintamos más próximos; nuestra televisión entra en sus hogares y ellos están en los nuestros.

En el programa Encontros sentimos y vimos sus lágrimas, que nos hicieron sentirnos tan cercanos.

Estoy segura de que se acortará ese puente sobre el Atlántico para que pronto todos aquellos que quieran regresar a nuestra Galicia puedan hacerlo, con sus hijos y nietos, y lo hagan por la puerta grande, como merecen.
Iglesias Osorio, Pilar
Iglesias Osorio, Pilar


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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