El camino del corazón que la razón debe saber

¿Cuántas veces en la vida te puede suceder escoger entre dos amores? Está claro que no es lo mismo si te pasa estando libre y soltero que con compromiso, verte en tal elección. Lo malo es que muchas veces no se sabe por donde tirar ya que no es tarea fácil, es una lucha entre lo que habla el corazón y otras la razón, ¿a qué hacer verdadero caso?.

Si la vida te regala al mismo tiempo la posibilidad de poder compartir tu vida al lado de dos personas que pintan igual de maravillosas pero que te ofrecen cosas diferentes que se pueden complementar entre sí, casi es una “putada” ya que a ver como sales airoso de eso y poder dormir por las noches.

Muchas veces me he visto en la situación como terapeuta de poder orientar sobre qué camino debe tomar alguna persona con este panorama y lo que les hago ver, como más importante a tener en cuenta es; la confianza y la seguridad emocional que te pueda ofrecer cada una de esas personas. Se debe uno fijar en lo que le llena de cada una y satisface más, y lo que le puede ofrecer en el futuro. Elegir bien y con cautela lleva a un éxito asegurado. Es bueno pararse a pensar, examinar y analizar lo que dicten los propios sentimientos.

Hacer un listado con las cosas buenas y no tan buenas, teniendo en cuenta la personalidad de cada una y el carácter, valores y filosofía de vida y sobre todo con la que te puedas entender mejor en la convivencia y en la intimidad. El sexo es un parte no menos importante a tener en cuenta a la hora de decidirse, ya que no siempre te entiendes igual de bien con ambas personas.

Si eres soltero ¿qué hacer?
No se debe jugar emocionalmente con ninguna de esas personas, pero es bueno probar un poco para saber lo que te espera. Sobre todo si estás libre y conoces a esas personas a un tiempo, mientras no te comprometas con ninguna no haces nada malo, sino te extiendes mucho en el tiempo. Seguramente en esta situación decidiremos siempre con el corazón, “hay que dejarse llevar” es difícil sentir exactamente lo mismo por dos personas. No se puede luchar contra lo que uno siente. No hay que tener miedo a nada. Si no lo intentas no te sentirás mejor ya que quedarte siempre pensando en lo que pudo ser y no fue, es un suplicio. Si lo intentas y fracasas… al menos tendrás una experiencia de la que madurar.

Tres en raya
Si estás ya con pareja y aparece otra persona en juego, el tema cambia, ya que aquí si puedes llegar hacer daño a uno de los vértices del triangulo. Y ya estaríamos hablando de una infidelidad. Aquí le damos importancia a la razón por miedo a dar el paso y el gran cambio que se puede originar, los hijos e hipotecas que unen, a veces se dejan pasar oportunidades que pueden ofrecer más felicidad. Para muchos el hecho de aparecer un 3º genera un reajuste en la relación antigua, ya que te empiezas a valorarte más, y sirve de terapia a mejorar con tu pareja, recordando dicha aventura como si de “Los puentes de Madison” se tratara, el resto de tu vida conyugal.

Algunos dan el paso y eligen al que se cruza. Si te enamoras y estás comprometido con otro y la razón te dice que no puede ser y el corazón quiere sentirse libre y querer a esa nueva persona, cuanto más tiempo niegues lo evidente, más fuerte será el sentimiento y peor te sentirás por no dejar tu corazón correr y tomar decisiones para romper con tu relación antigua.

Seguir al corazón puede jugar malas pasadas, pero a veces puede ser un acierto. Es complicado saber lo que nos conviene o no, o lo que nos depara el futuro si seguimos un camino u otro, pero si vivimos en paz con nuestro corazón y somos sinceros con él y las personas implicadas, seguro que estaremos más cerca de ese camino a la felicidad.