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El diez

martes, 09 de marzo de 2010
La cifra mágica, la asociada al sobresaliente, a la excelencia, la que en otros ámbitos se baraja junto a la matrícula de honor o al cum laude, el número misterioso del Templo de Salomón, o la perfección filosófica del matemático Pitágoras.
Y desde hace unas semanas una marca más de esta ciudad, un reconocimiento a su historia, a su cultura y patrimonio, a su esfuerzo por expandir al mundo nuestros valores naturales, turísticos o gastronómicos. Y me quedaré corto, me dejaré algo en el tintero, porque los atractivos que nos definen no han de resumirse ni concentrarse, no son merecedores de ceñirse a un artículo; lo son de ser exportados, de ser conocidos, y por encima de todas las consideraciones, de ser valorados en su justa medida.
De ahí mi alegría cuando hace unas semanas se me propuso participar en el lanzamiento de la campaña Lugo10, impulsada por las instituciones locales de Lugo, Concello y Diputación. Alegría que se transforma en emoción mientras recibo llamadas o emails preguntando por la página web, por los eventos que ya se están promocionando, por éste o aquel concierto, e incluso en dónde se puede adquirir la Coca-Cola que conmemorará el décimo aniversario de la declaración de la muralla como Bien Mundial.
El primer peldaño se ha subido ya, se ha conseguido el golpe de efecto, y a la vez objetivo de la primera fase. Hoy se habla más de Lugo en toda España que hace dos meses, y me atrevo, por conocimiento de causa a extenderlo al continente europeo. Esta misma mañana varias personas planean en una cafetería de Triana, en Sevilla, su viaje a nuestra ciudad para disfrutar una vez más, y nunca serán suficientes, del “Pero a tu lado” de Los Secretos, y resucitar melancólicamente la voz añorada del gran Enrique Urquijo reencarnada en la garganta de Álvaro. Como esta misma tarde, en Castelldefels, otro grupo se sentará alrededor de un café y de un ordenador portátil, para navegar desde la distancia por el paraíso gastronómico lucense, y anticipar su alojamiento y descanso entre nosotros. Quizá reuniones similares se están produciendo al tiempo en Bilbao, Mérida, Cartagena, Las Palmas, o porque no, en Roma, Bruselas o Zürich.
Pero si se escala un primer obstáculo no debemos bajar la guardia, al menos nos quedan otros 38 escalones, para honrar el gran film de Hitchcock, y en cada uno de ellos pondremos la misma ilusión, idéntico empeño. Así aseguramos la meta, el resultado total, al que ha de poner el broche y la guinda final esa empresa de gestión turística que se perfila en el Concello. Los nuevos gestores han de aprovechar el impacto actual, y desde luego esa excelencia que ya residía en nuestras calles desde hace dos mil años. Ya lo manifesté en la gala que apretaba el gatillo como pistoletazo de salida, sólo hay algo que supere esta nota, los lucenses. Los lucenses sí somos de “once”.
Núñez, Pablo
Núñez, Pablo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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