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Peter Handke

Espiño Meilán, José Manuel - domingo, 21 de diciembre de 2025
Dedicado a un amigo muy querido a quien jamás recomendaría estas lecturas
pues las consideraría propias de Primera División -le encanta los símiles futbolísticos-.
Él disfruta del placer de la lectura en otras divisiones de categoría inferior -al menos así lo estima-,
que considera más fáciles de abordar y comprender y por lo tanto mucho más placenteras.

A Peter Handke, escritor austríaco, se le concede el Premio Nobel de Literatura en el año 2019.
Pero, ¿podré decir algo de su obra si en verdad, tras la lectura y relectura del primer libro aún no me he recuperado?
Es Peter Handke el octavo Premio Nobel de Literatura que analizo con cariño a través de sus libros. Siempre he dicho en estos artículos que dichas valoraciones están enmarcadas en mis limitados conocimientos literarios y en la manera muy personal de acercarme a sus obras. Peter Handke
No se puede negar que todos los escritores tratados: Olga Tokarczuk, Jon Fosse, Orhan Pamuk, Han Kang, Ernest Hemingway, Annie Ernaux y Abdulrazak Gurnah me impresionaron de un modo u otro. Su narrativa provocó en mí, unas veces admiración, otras pasión, temor, curiosidad, belleza, nostalgia, compasión, miedo… pero siempre admiración por su depurada técnica narrativa, por el logrado ensamblaje y construcción literaria de cada una de sus obras.
Peter en un principio no (tengo que reconocer que variaría mi parecer con la lectura de su segundo libro). Peter es capaz de urgar en los sentimientos del ser humano anulándolos con sus personajes, convirtiendo a éstos en meros transmisores carentes de ellos, de moral y de reglas sociales.
Y eso fue lo que me transmitió la primera lectura de su obra: "El miedo del portero al penalty".
Ya el preludio presagiaba que Bloch no era un personaje al uso, un ser humano más.
"Era un bonito día de octubre".
Por eso no voy a analizar su trama argumental, ni siquiera hacer una valoración sencilla, sólo presentarles un par de párrafos con los que invitarles a imaginar el discurrir de la obra:
"La camarera fue detrás del mostrador. Bloch puso las manos encima de la mesa. La camarera se agachó y abrió la botella. Bloch apartó el cenicero. La camarera cogió al pasar un posavasos de otra mesa. Bloch echó la silla hacia atrás. La camarera sacó el vaso del cuello de la botella, puso el posavasos sobre la mesa, coloco el vaso encima del posavasos, vació la botella en el vaso, puso la botella en la mesa y se marchó".
Si nos adentramos en la novela, es posible entender el inicio del prólogo de Javier Tomeo: "He aquí una novela de difícil interpretación, pero que acaba subyugando a los lectores más exigentes".
"Él se encontraba aquí, en el linde del bosque, allí estaba la casucha de un transformador, allí una lechería, allí había un campo, allí se veían unas cuantas siluetas, allí, en el linde del bosque, estaba él".
Su obra teatral tiende al experimentalismo, a explorar nuevos conceptos y representaciones del mundo, rompiendo con las convicciones establecidas. En resumen, rechaza modelos anteriores y rechaza el gusto popular, embarcándose en una búsqueda incesante de nuevas formas de expresión.
No les niego que tuve que buscar razones que me justificaran su modo de expresarse, sus giros narrativos, sus formas reiteradas de utilizar los mismos términos una y otra vez, consiguiendo sorprendentemente, mantener la atención y poéticos resultados.
El segundo libro de Handke que pude leer y esta vez disfrutar lleva por título: "Don Juan (Contado por él mismo)".
"De un modo seductor, que unía todos los sentidos, se presentaba la región que estaba al pie de la montaña, o la región abalconada, y luego se desenmascaraba como algo literalmente repulsivo e inaccesible. Hacía señas, como un imán, para que uno se dirigiera a su interior, pero luego no había interior".
Peter Handke Este es Peter Handke. Lectura severa donde es necesario centrarte sólo en eso: leer. Sus lecturas precisan de toda nuestra atención, de una férrea dedicación a seguirlo línea a línea, párrafo a párrafo. Se sabe un escritor brillante y lo es. He leído esta novela de un tirón y sobre la marcha deseaba hacerles llegar mis sensaciones.
"Brillaba el suelo de madera a sus pies. Reían y brillaban las manzanas del año anterior, en un cuenco, unas manzanas que no obstante eran en realidad rugosas y mates. Incluso las arañas comunes y las arañas de patas largas que había en el revoque de la sala, manchado por el humo, tenían una especie de resplandor".
Si partimos del arquetipo del Don Juan Tenorio de José Zorrilla, nos sorprenderá la puesta en escena que sobre su autobiografía nos hace este Don Juan en la prosa de Handke. Un Don Juan desorientado, atormentado, quien sólo siente pena y desesperanza y a quien la presencia de las mujeres inquieta. No hay amor, pasión ni sexo en toda la novela. Nada del seductor y libertino. Es un Don Juan atormentado por la pérdida de su hijo, único ser a quien amó. En verdad, no puedo uno negar que me sorprende la imaginación y maestría literaria de este incansable explorador del lenguaje. Y es que Peter Handke es un pensador, ensayista, novelista, dramaturgo y cineasta y todo este potencial lo pone al servicio de sus novelas.
"Ella apareció cuando la luna estaba siendo velada por la tormenta de arena que se levantaba del suelo. Antes de su llegada no se había podido oir ningún tipo de pasos que la anunciaran. Ella estaba simplemente allí".
Su obra se ha visto reconocida con los premios más prestigiosos, antes de recibir el mayor galardón, el Nobel. Un Nobel controvertido pues varios paises -Albania, Bosnia, Eslovenia...- se alinearon para boicotearlo, una vez que sus manifestaciones proserbias negaban el genocidio y defendía al líder Milosevic juzgado por crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio.
Me quedo con lo dicho, es para mí un escritor brillante, de difícil lectura. Tal consideración supone para mí una obligada recomendación, leer nuevas obras de Peter Handke y madurar ésta, muy subjetiva, valoración personal.

José Manuel Espiño Meilán, amante de los caminos y de la vida. Lector, escritor y educador ambiental.
Espiño Meilán, José Manuel
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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