Portugal y España: La Fuerza de la Razón en Tiempos de Incertidumbre
Nogueira Simões, Pedro - jueves, 04 de diciembre de 2025
La razón es, desde siempre, la fuerza silenciosa que organiza la vida humana. Nos da equilibrio psicológico, nos orienta en la ética y sostiene la estabilidad jurídica que permite que una sociedad funcione. En un mundo donde la emoción se ha vuelto rápida y, a menudo, irreflexiva, la razón reaparece como aquello que verdaderamente genera confianza - entre personas, instituciones e incluso entre Estados.
Portugal y España son hoy un ejemplo vivo de esa confianza racional construida a lo largo de las últimas décadas. Curiosamente, dos pueblos que la historia tantas veces colocó en confrontación han aprendido, en el siglo XXI, a transformar la frontera en un espacio de encuentro.
La antigua "Raia Seca", que durante siglos separó geografías y mentalidades, es ahora una de las fronteras más abiertas, tranquilas y fluidas de Europa, donde ciudades hermanas como Valença y Tui, Elvas y Badajoz, Vila Real de Santo António y Ayamonte viven en una armonía que parece natural, casi familiar.
Hay datos que revelan esta proximidad de forma bella y casi poética: España es hoy el mayor emisor de turistas hacia Portugal, y Portugal devuelve el gesto siendo uno de los destinos predilectos de los españoles para la cultura, la gastronomía y el ocio. Más de 100.000 españoles residen actualmente en territorio portugués, muchos de ellos dedicados a la ciencia, la tecnología y la energía, mientras que miles de portugueses han encontrado en Madrid, Sevilla, Valencia o Barcelona un segundo hogar profesional.
Esta movilidad solo es posible porque ambos países confían en las normas, en las instituciones y en los sistemas jurídicos del otro. Y esa confianza genera resultados concretos: la cooperación policial y judicial ibérica, frecuentemente elogiada por Bruselas, es una de las más eficaces de la Unión Europea, permitiendo respuestas rápidas al crimen, al terrorismo y al tráfico internacional.
También en la cultura y en la ciencia se percibe esta aproximación racional: universidades portuguesas y españolas comparten proyectos, investigadores y programas conjuntos; el aprendizaje del portugués en España y del español en Portugal ha alcanzado niveles históricos; y hasta las industrias creativas ibéricas empiezan, por fin, a dialogar con naturalidad.
Todo ello demuestra que, cuando la razón prevalece sobre el impulso y el Derecho se impone al improviso, surge una relación que no es solo diplomática, sino profundamente humana. Portugal y España demuestran que dos pueblos pueden, a través de la razón, la confianza y la madurez institucional, transformar siglos de distancia en décadas de verdadera cooperación.
Y en un tiempo en que Europa afronta desafíos de identidad y cohesión, quizá la Península Ibérica sea hoy el mejor ejemplo de que la razón -serena, firme y luminosa- sigue siendo el camino más seguro para unir, consolidar y hacer crecer.
Porque, en el fondo, como intuyeron Cervantes y Fernando Pessoa, cada uno a su manera, la grandeza de los pueblos se mide por la razón con la que sueñan y por los sueños que construyen con razón.
Pedro Nogueira Simões, Abogado y Psicólogo, CEO Iberian Lawyer.

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