Tontos Club (12)
Timiraos, Ricardo - jueves, 27 de noviembre de 2025
El accidente del bestia
A mi amigo perfecto Otero Hermida, agradeciendo su amistad.
Estaba acabando de comer y soñando con echarme una siesta cuando nos llama por teléfono Antony y nos suelta:
- No sabéis la noticia, pero es tremenda: Acaba de morir el Bestia. Lo atropelló un tren cuando estábamos haciéndonos unos selfies con la cabeza en las vías. Calculó mal y no le dio tiempo de retirarse. La verdad es que flipamos, porque yo lo había hecho con el cercanías anterior y no me pasó nada. No veáis la que se montó: Ambulancia, policía, municipales y un montón de gente que se juntó al enterarse. Vino el juez y fueron a buscar a sus padres.No había quien pudiese consolarlos y no querían ni vernos y despotricaban contra nosotros todo lo que no está escrito: ¡cabrones! ¡ desgraciados! ¡niñatos de mierda!..
- Mira, Antony, no sé por donde empezar, me acabas de dar un disgusto terrible, me acabas de atragantar el postre...Para poder expresarme necesito un nuevo diccionario donde haya muchísimos sinónimos de idiota, porque me agotas... ¡Pero tú siempre a tu bola!. ¿Y ahora te da lástima Pablo? Ya sé que tú no tienes remedio, que naciste para darnos disgustos y tenemos que aguantarte hasta que nos ingresen en el manicomio; pero Pablo, el Bestia, como le llamabais, era la única persona aprovechable de esa caterva de impresentables cretinos que sois tú y tus amigos.¡ Tú, en vez de cuidar a tu hijo Kevin, te vas con esa panda de descerebrados que tienes por amigos y venga a trabajar de gilipollas y hacer vuestras "obras de arte" a las vías del tren!. ¡Qué pena que ese tren no os hubiese llevado a todos al Pleistoceno ese, a ver si conocíais al homo sapiens y os amañaba! Porque es evidente que de la austrolopiteca Lucy no heredasteis ni el candil. Ya sabíamos que no estabais rematados, que os faltaba un hervor, o quizás unas cuantas coceduras, que os habían elegido para estrellas del instagram, que vuestras creaciones no necesitan entrenamiento, que vuestras luces las rechazaron para el portal de Belén y que vuestros currículos los hemos ido comprando los padres para ver si os decoraban y tragaban los que os conocieran... pero tanta, tanta inconsciencia como demostráis no creo que os quepan en las redes sociales
- En fin, que ese tren, si os hubiese llevado a madurar como a los plátanos o los tomates, no creáis que no nos relajaríamos. Nosotros y todos los padres de tal harca. No sé como te iría, Antony, pero para idiotas tan indies como vosotros debiera ser el paraíso. ¡Lástima de Pablo! Era el único de vosotros que valía para algo. Tenía un corazón muy grande.
A mí siempre me pareció un buen chaval. Yo nunca miré su físico porque hay personas que, aunque sean realmente feas y él daba la talla, nunca las vemos así; nos fijamos en otros aspectos, y aún siendo ciertas sus muchas carencias físicas, era tan encantador que su bondad superaba con creces sus defectos y tapaba toda esa fría manta de inconsciencia y crueldad de sus indescriptibles colegas, entre ellos el tontón de Antony. Le llamaban así por la película de "La bella y la bestia". Y todo porque un día, confiando en aquella piara de desalmados, que se suponía eran sus amigos, se le ocurrió confesarles que le gustaba María Elena, una chavalita preciosa del pueblo. Y buen gusto no le faltaba al chaval. Los muy cabrones, porque estos jóvenes tienen más de un trago, para cachondearse de él, algunas noches se acercaban a la casa de la muchachita y comenzaban a berrearle la canción: "Tuyo es mi corazón, oh sol, de mi querer... "Y Pablo, desde lejos, renegaba de ellos y los maldecía con toda la fuerza de su corazón y se arrepentía una y mil veces de la ocasión en que confió en ellos. En la vida hay muchos tópicos, y uno de ellos es pensar que los niños o los jóvenes son buenos por naturaleza. Estos eran unos demonios disfrazados de vecinos. Reírse de Pablo era habitual, sobre todo cuando aquel modoso chaval trataba de leerles una estrofa de un poema: "TAMBIÉN HAY FLORES COHIBIDAS/ QUE ABREN SUS DULCES CLARIDADES/ EN LAS PROFUNDAS SOLEDADES". Y entonces ellos, feroces e iracundos, despotricaban contra él y ese maldito Baudelaire. Y Pablo, consciente del enorme vacío cultural de sus colegas, leído como era, los remataba: la miel no está hecha para los cerdos. Pero aquel enjambre de velutinas, a parte de no entender nada y ser despiadados iletrados, comenzaban con sus habituales payasadas que nunca perdían su dosis de mofa y menosprecio, que era lo único que sabían hacer. Y prueba de ello, era cuando decían que aquel aprendiz de poeta tenía unos padres muy mayores y esa era la causa de sus defectos físicos. Pablo, según estos crápulas, "está hecho de retales" comentaban con gran cachondeo. ¡De retales mentales si que estaba hecho el florero de éstas "flores del mal" que era esta jauría de inconcientes. Lo de estos "luceritos de neón y espumillón" no lo supera ningún Vito Quiles, ni similar fauna de iluminados que tanto abundan y asustan en las redes sociales. Son de una perversión sin límites. Acorde a la bobería intelectual de los inconmensurables. ¡Qué bárbaros! Pero estos inefables se pasan así la vida. ¡Con lo bien que les sentaría arar o cavar!. Despeja la mente mejor que cualquier fármaco. Son tan bestias que le hubiesen dado la talla a Atila. Bárbaros en grado sumo. Y ahora los pobres padres de Pablo, Ángel y Lourdes, se quedan sin su único hijo, el único chaval aprovechable del grupo. ¡Qué tragedia!.Y todo porque estos estúpido no saben como descargar la adrenalina.¡ Lástima de una mina para que la descargaran allí!. ¿Se imaginan la cantidad de carreteras que se construirían con sólo la mitad de estos gilipollas? Y se acababan los selfies, los catedráticos de la universidad de la vida del faceboock, las sandeces de las redes sociales y un mogollón, o dos, de estupideces varias. Garantía de los callos del rudo trabajo en el mar o en el campo, sin entrar en más detalles.
Convendrá conmigo el lector que los que nos consideramos normales nos hayamos quedado estupefactos, callados, consternados durante largo tiempo. Por lo menos nos queda lo que ahora llaman empatía, y antes era cariño y aprecio, por los demás. Maika y yo hemos llorado de verdad por Pablo. Y nos invadió un nerviosismo interno que no éramos capaces de dominar. Ella tomó una tila y un lexatín y yo andaba de un lado para otro sin acomodo alguno. Nos preguntábamos sin saber qué hacer qué le pasa ahora a la gente que no parece inmutarse ante la desgracia ajena y en cambio a nosotros no se nos va de la cabeza Gaza, Ucrania... ¡Qué pobre gente nos rodea, mi amor! ¿Cómo hemos llegado a tal estado de insolidaridad nosotros que venimos de una época de privaciones y sacrificio?¿ A dónde llegará nuestro egoísmo? ¿ A dónde vamos con tal horizonte de estulticia?
Nos asaltaban las preguntas que se le ocurren a cualquiera con dos dedos de frente. Por desgracia, esos innombrables no tienen de cabeza ni media yema de dedo. Y así estuvimos varias horas después del accidente intentando serenarnos.
A eso de las siete de la tarde, llaman a Antony por teléfono. Era el Bribón. Le llaman así porque son tan originales los pobres que le pusieron ese nombre ya que se llama Juan Carlos, como el rey sinmérito. Inteligentes no serán, pero originales tampoco. Pues bien, llamaba a Antony para comunicarle que había colgado en las redes las escenas del accidente y estaba siendo un éxito rotundo. Miles y miles de visitas. Por lo visto, gracias a la muerte de Pablo, el trabajo de esta figura, que es influencer, se convierte en un pingüe negocio para este Bribón cabrón. ¡Manda carallo! De ahí a provocar los accidentes a posta queda poco. ¡Qué fauna! Ni que este Bribón formase también parte de la nómina de Mamón Salud. ¡Ay madre, cuánto golfo inconfeso! ¡A què grado de desapego, estupidez y falta de empatía hemos llegado! En vez de evitar aquellas escenas de riesgo de estos descerebrados, va el típejo éste y se pone a grabar las situaciones en medio de cachondeo general.¿En dónde venderán microchips de cordura y responsabilidad para esta gente? ¿Hasta donde llegará la avaricia de tantos bibrones? No les duele nada. Han llegado a un grado tan absurdo de egoísmo que ni siquiera saben lo que es la piedad, la amistad, la solidaridad... y dicen que quieren crear un partido de raíces cristianas. Pues que venga Dios y los vea y luego les pase la factura.
Mientras tratábamos de mitigar nuestro dolor, Maika y yo comentábamos sobre la necesidad que tienen estos chavales de asentar la cabeza y mi deseo voló buscando remedio: y no se me ocurrió otra cosa que meterlos a todos en una nevera incubadora para ver si así maduraban algo. También pensé en mirar si encontraba algún microchip de IA para subsanar tanto desperfecto. Tengo la esperanza que algo habrá.
Nuestra desolación fue tal que ni siquiera fuimos al entierro. A mi me dolía tanto la espalda como la mano y la fisio me dijo que había sido de tanta tensión, pero esta pobre gente dice que los pirados somos nosotros... Quizás.
Dicen que los chinos están colonizando la Luna, así que miremos de que nos guarden una parcelita. Aunque me temo que los chinos tampoco dan propinas.

Timiraos, Ricardo