Inauguración del nuevo Auditorio. Foto: La Voz de Galicia
El nuevo auditorio de Lugo es una chapuza, una aberración desde prácticamente cualquier punto de vista. Ni la ubicación, ni el tamaño, ni la distribución, ni las dotaciones ni las instalaciones me parecen acertadas. No han dado una.
La responsabilidad del desaguisado es compartida, pero mayoritariamente recae en la Xunta de Galicia, que se gastó una barbaridad de dinero (me parece que eran en torno a los 20 millones de euros) para construir "eso".
Sí, ya sé que ha recibido muchos premios de diseño, pero qué quieren que les diga, aquí no necesitábamos una obra muy mona sino algo práctico, y no lo es. También recibieron premios el MIHL, que está abandonado a su suerte, o la casa de madera inútil que nos han vendido como el no va más de la gestión pública y es otro desastre.
El nuevo auditorio está en un sitio absurdo. Lo suyo sería que estuviera céntrico o en una ubicación que se pudiera ir andando desde una parte importante de la ciudad, pero no, lo han puesto en un lugar incomodísimo para todos, salvo, por supuesto, las pocas personas que viven en el entorno. Y digo pocas porque desde unos cientos de metros, a la vista de las pendientes que hay por allí, seguramente irán en coche, si van.
Además, el lugar donde está ubicado presenta enormes problemas de aguas subterráneas, como el MIHL, y según tengo entendido también tiene bombas funcionando para sacarlas. De hecho, aparentemente cuando estuvo cerrado varios años tras su finalización, uno de los problemas es que las zonas bajas se inundaron porque habían apagado todos los sistemas.
El tamaño del auditorio es un disparate y mal aprovechado. Es enorme, pero está mal distribuido porque hay salón central que tiene únicamente 50 butacas más que el Gustavo Freire. Después tiene otra sala de unas 300 butacas que no sé para qué demonios se ha hecho (hay un montón de sitios en Lugo para acoger actividades de ese tamaño) y varias salitas que sólo sirven para contener aire, porque nadie quiere usarlas. Ni la Sociedad Filarmónica, ni la Banda, ni la Escuela de Música... nadie se quiere ir allí. Está a desmano y por muy bonitas que hayan quedado las instalaciones es incómodo.
Las dotaciones e instalaciones son otro disparate. Los camerinos, tal y como han denunciado desde la productora de la obra 1936 (que iba a venir a Lugo y canceló su actuación) no son adecuados. La obra incluye que una actriz haga tres papeles diferentes, y por lo visto los camerinos están en el sótano (en lugar de tras el escenario, como es habitual) y no le da tiempo a andar subiendo y bajando para cambiarse.
Tampoco están bien diseñados los elementos técnicos. Ni las grúas, ni el número de focos, ni los soportes, ni las instalaciones son suficientes para acoger grandes montajes, que quizá tampoco vendrían por 900 personas.
Está lleno de escaleras por todas partes. El público accede por una cota alta, y después tiene que andar superando desniveles, lo que no tiene el menor sentido hoy día. ¿A quién se le ocurrió la brillante idea de hacerlo así?
Por último, no tiene foso. Ese disparate, que no cabe en cabeza humana, impide que puedan venir musicales, óperas o montajes musicales decentes. Se dice que está pensado "para hacerlo si hace falta". Pues ya están tardando.
La Xunta de Galicia ha metido la pata, y de qué manera, con este Auditorio. Ha sido un gasto criminal de dinero público para que no sirva para nada. Han hecho otro "haiga", un edificio disparatado, con un mantenimiento bestial y que no tendrá casi ninguna utilidad práctica que no cubriera ya el Gustavo Freire.
Los lucenses queríamos un auditorio, pero no esto. Con que hubieran hecho una gran sala para una capacidad más amplia (quizá 1.500 o 2.000 butacas) que fuera realmente una mejora en lo que ya teníamos sería suficiente, con dotaciones adecuadas y sentido común. Y había sitios mejores donde hacerlo. Pero no, han optado por salir adelante con lo primero que se les pasó por la cabeza.
No pasará nada. Han tirado 20 millones de euros a la basura, pero no habrá ni dimisiones, ni responsabilidades, ni siquiera una disculpa.