Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Entre caminos y autovías, maragatos (1)

Vaamonde Rodríguez, Jacobo - martes, 04 de noviembre de 2025
Hace 2 años me iniciaba en la investigación al estudiar el Bachillerato Internacional. En la asignatura de historia, tenía que hacer un trabajo de libre elección. No sabía muy bien de qué lo quería hacer, pero, de lo que estaba seguro, era de que quería incluir en este a mi tierra y a los habitantes de ella.

Una de las ideas que barajaba era la de comentar el impulso de las ferias tradicionales como motor económico de Galicia, algo sobre lo que incluso empecé a trabajar. No obstante, poco a poco el tema fue cambiando. Y en medio de esto, se me vino a la cabeza una palabra, "maragato". A partir de ese momento, empecé a investigar sobre ellos. El resto, es una historia que empezaré a contar en este artículo.

Entre caminos y autovías, maragatos (1) El estado de los caminos gallegos en el siglo XVIII, a pesar de las mejoras realizadas en la época, seguía siendo insuficiente para un correcto transporte de mercancías. Para garantizar la llegada de los productos a destino, destacó la actividad de los arrieros, personas que negociaban con enseres usando bestias de carga para su transporte. En el interior de León, circundando Astorga, se encuentra la Maragatería. Sus habitantes, los "maragatos", se convirtieron en arrieros aprovechando la ubicación de su tierra natal.

Destacaron sus particulares formas de vida, que hicieron de este un colectivo único, el cuál será estudiado a continuación por su relevancia en el movimiento comercial del noroeste peninsular. Por ello, ¿hasta qué punto el trabajo de estos arrieros afectó a la economía gallega?

D. Lucas Labrada describe con claridad la situación de Galicia: "Una provincia, la mayor parte montañosa, cual es Galicia, con los peores caminos transversales que se pueden imaginar mal puede adelantar sin ellos la cultura de las tierras ni la salida de sus productos". En esta comunidad aún persistían los sistemas forales, con un comercio basado en pequeñas ferias, existiendo el modelo arriero como complemento de la actividad agrícola, de forma estacional. Así, los agricultores ahorrarían costes cuando trasladaban sus materias primas, retornando con otros enseres. Esto reafirma el modelo de vida rural autárquico en el que se vivía.

Y en este panorama, una de las mayores problemáticas para llegar a Galicia desde la meseta era atravesar los montes de la Maragatería, en plena ruta Madrid-La Coruña.
Los maragatos, quienes por su situación económica precaria acabaron siendo una "tribu aparte" (con sus propias vestimentas, gastronomía...) aprovecharon desde el siglo XVIII su ubicación y conocimiento de los caminos secundarios para actuar como arrieros en los tramos correspondientes a su tierra. Su honradez y valentía, como así describió Jane Leck en su viaje por la zona, conllevó un aumento de funciones, llegando a Entre caminos y autovías, maragatos (1) confiarles los transportes de gran valor de la Corte española. Así, este trabajo acabó por ser su principal acción económica. Por la problemática de los caminos, Carlos III dictaminó la creación de unos "caminos rectos y sólidos en España, que faciliten el comercio de unas provincias a otras".

Una de las actuaciones era la mejora de la vía romana XIX, por donde discurría la principal ruta maragata. Fruto del compromiso borbónico con Galicia, se realiza la apertura marítima a las Indias del puerto de A Coruña (1765) , conllevando un aumento de las importaciones y exportaciones, beneficiando así a la economía de la zona y sobre todo, a los arrieros.

Estos, pasaron a transportar productos indianos como el azúcar o el cacao hasta la España más interior, recogiendo a su vez productos españoles para su envío al otro lado del Atlántico, como los jamones.

Fueron variados los servicios que ofrecían, llegando a la paquetería y mensajería, fruto de la instauración de La Coruña como sede de los correos postales marítimos con América, algo se ya realizaba con Inglaterra.

Richard Ford aconsejaba a las personas que desembarcaban en Vigo y cuya intención fuese realizar una excursión en caballo, que confiasen su equipaje pesado a los maragatos, que se podían localizar en la calle compostelana de San Roque, como así recoge en su obra literaria de viajes A hand-book for travellers in Spain (1845).

Durante el siglo XVIII y la primera mitad del XIX, su trabajo se vio beneficiado por el aumento de los intercambios mercantiles y su monopolio en el sector arriero, no obstante, la Ley Estatal de Ferrocarriles del año 1855 y la construcción de la ruta férrea La Coruña-Palencia, acabó con el oficio maragato desde la apertura de esta vía en 1883.

El tren era un método más cómodo y rápido, contando con un trazado férreo muy similar al recorrido por caminos.

Esto obligó a los maragatos a reinventarse en otros sectores y zonas, pero ya se trata de otro punto aparte, del que se hablará el próximo martes en este mismo portal.
Vaamonde Rodríguez, Jacobo
Vaamonde Rodríguez, Jacobo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
HOMENAXES EGERIA
PUBLICACIONES