Cinco horas con Mario/Pedro
Yturriaga, José Antonio - miércoles, 05 de noviembre de 2025
E1 comienzo del fin de semana se abría con una serie de eventos políticos importantes como el sedicente "funeral civil" organizado por el Gobierno en el primer aniversario de la catástrofe de la Dana Levantina y la trampa tendida en él por parte de algunas víctimas y de la izquierda al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón; el adelanto de las elecciones autonómicas en Extremadura anunciado por su presidenta María Guardiola ante la imposibilidad de sacar adelante los presupuestos generales autonómicos por el bloqueo de Vox; la propuesta del Gobierno a las Cortes para modificar la Ley de Enjuiciamiento Criminal, con el fin de otorgar la instrucción de los procesos penales a los fiscales; la aprobación por las bases de JxC de la decisión de Carles Puigdemont de romper el pacto de investidura con el PSOE y el término de las negociaciones en Suiza bajo la supervisión de un mediador salvadoreño; o el Informe de la UCO sobre el ministro de Administración Territorial y expresidente de Canarias, Ángel Víctor Torres. Cualquiera de ellos merecería una consideración especial, pero -como no es posible- voy a dar prioridad a la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ante la Comisión de Investigación del Senado sobre el caso Koldo, que ha ofrecido un espectáculo lamentable por doquiera que se mire.
Veamos cómo se ha reflejado en la prensa escrita nacional la citada comparecencia. "ABC": "Sánchez se atrinchera, responde con evasivas, califica al Senado de circo y de máquina de fango, pero no responde en una tensa Comisión".
"El Mundo": "Sánchez rehúye la corrupción con 5 horas de evasivas. No da explicación alguna en el Senado, pese a ser preguntado por los sobres, su mujer, su hermano y la prostitución". "El País": "Sánchez tras la caótica sesión del Senado: estoy satisfecho, Esto es un circo". "La Razón": Las seis grietas de un Sánchez sin memoria ante el Senado: las donaciones del suegro, el dinero en metálico, Koldo, Ábalos, el gerente, y el dinero de las primarias. En Moncloa entra el miedo judicial y policial, aunque el presidente se vea sin rasguños". "La Vanguardia": La presunta corrupción. El interrogatorio del PP ahonda la bronca política. El presidente se escabulle de la presión de los populares en la Comisión". "El Periódico": Sánchez evita dar explicaciones en un interrogatorio estéril del PP. El presidente reitera que recibió pagos en efectivo inferiores a 1.000 y niega sobresueldos".
La caótica sesión podría ser denominada Cinco horas con Pedro, pero -a diferencia de lo que ocurría en la famosa novela de Miguel Delibes- los asistentes a sus pompas fúnebres, se encontraron con el cadáver de Mario/Pedro alive and kicking, como dicen los ingleses. Según ha comentado Marisa Cruz en El Mundo, se trató de cinco largas horas que, al final, dejaron las mismas sospechas flotando en el aire. El presidente del Gobierno se escabulló utilizando intermitentemente la estrategia del y tú más, parapetándose en el no me acuerdo o no soy consciente, arremetiendo contra su enemiga favorita, Isabel Díaz Ayuso, entregándose a la burla y al sarcasmo, desplegando la táctica del filibustero tratando de colocar largas peroratas, y atacando frontalmente, primero a la Comisión de Investigación -a la que tachó de difamatoria", inquisitorial y circo- y, después, directamente al Senado, al que llegó a calificar de máquina del fango. Tras estas malsonantes y delictivas calificaciones, cabría esperar, aunque sea en vano, que el fiscal general del Gobierno -Álvaro García Ortiz- presente de oficio, antes de sentarse en el banquillo de los acusados, una demanda contra su jefe por su violación del artículo 496 del Código Penal, que prevé que quien injuriare gravemente a las Cortes Generales, hallándose en sesión alguna de sus Comisiones en los actos públicos en la que las representen, será castigado con multas de 12 a 18 meses.
Sánchez no aportó ni un solo dato, ni ninguna explicación, que sirvieran para esclarecer la maraña de los casos que le afectaban y -debidamente aconsejado por sus asesores- actuó con la máxima cautela y desfachatez para no incurrir en el delito de mentir a la Comisión, previsto en el artículo 502-3, conforme al cual, el que, convocado ante una Comisión parlamentaria de Investigación, faltare a la verdad en su testimonio, será castigado con la pena de prisión de 6 meses a 1 año o multa de 12 a 24 meses. De ahí que recurriera en su declaración a los siguientes latiguillos: en 25 ocasiones a no me consta, en 18 a no sé o lo desconozco, en 6 a no recuerdo, y en 3 a no sabría decirle. Lo único que le faltó fue parafrasear a Sócrates y afirmar: Solo sé que no sé nada. Renunció a decir Si o No, como Cristo nos enseña y, en su ardiente ambigüedad, al no afirmar ni negar nada, se blindaba contra una acusación de mentir .Llegó a extremos lingüísticos cercanos al rococó. Así, cuando le preguntaron si alguien en el partido le había advertido sobre las malas prácticas y la disoluta actuación de sus compañeros de viaje, respondió que no le constaba, aunque ello no quería decir que no se hubiera producido, si bien, por ser lo más certero posible, no puedo responder porque no me consta.
Eso no le impidió pronunciar numerosas mentiras, aunque fueran implícitas. Nada mas empezar la sesión, dijo la primera, -pese a que fuera piadosa-, cuando afirmó que estaba encantado de comparecer en el Senado. Si tal fuera el caso, podría haber acudido regularmente a las sesiones de control de la Cámara, cosa que no ha hecho en toda la legislatura, pues no se le había visto por allí desde hacía 18 meses. Sánchez desprecia al Senado, no por alguna razón ideológica o técnica, sino simplemente porque no lo domina y no puedo hacer las continuas tropelías que comete en el Congreso, con la connivencia de su presidenta, Francina Armengol, y de la Mesa de la Cámara.
Jose Ignacio Benavides ha calificado la sesión-performance de Sánchez en el Senado de puro ejercicio de prestidigitación circense. La única que cumplió debidadamente con su deber fue la senadora de Unión Popular Navarra, María Caballero, que hizo las preguntas que debía hacer y con el tono que debía usar. Los demás intervinientes ofrecieron una serie de números circenses que oscilaron entre el masaje con final feliz, la inutilidad manifiesta o el atropellamiento, cómo en el caso del senador popular, Alejo Miranda, que preguntaba como una ametralladora y no permitía contestar al interrogado. Claro que éste no se lo ponía fácil, al seguir la estrategia de no contestar -ni siquiera preguntas de Si o No- y trataba de extender su intervención al infinito y más allá, con larguísimos soliloquios que nada tenía que ver con lo preguntado, y con acusaciones al Partido Popular. El presidente revoloteaba de rama en rama, sin decir la verdad a la que le obligaban la Constitución, la normativa del Senado y el Código Penal, con la connivencia de los senadores de los partidos aliados, que le facilitaban sus trapacerías. Al colmo llegó el senador de Compromís, Enric Morera, que afirmó que escuadrones nazis-fascistas le agredieron a usted en Paiporta. Según el colega, la triste realidad es que estamos ante una traición más a la democracia, ejecutada únicamente al servicio de interés personal de un individuo, en su camino para consolidar y perpetuar un poder dictatorial.
El PNV no se molestó en participar en la sesión. El representante de Bildu, Gorka Elejabarretia, que presumió de que en su partido nunca había habido un caso de corrupción -a los que consideraba corruptos, ETA los eliminaba físicamente, como conoce muy bien su portavoz en el Congresos, Metze Aizpurua-, apoyó entusiásticamente a Sánchez y defendió la actuación de Santos Cerdán, que había sido víctima de los jueces por haber urdido un pacto con ellos en Navarra. Las mansas preguntas de la senadora de Más Madrid, Carla Antonelli, dieron pie a que el presidente
hiciera algunas aclaraciones -por otra parte insatisfactorias- sobre el cese de Ábalos como ministro de Transportes y secretario Organización del PSOE, y su ulterior inclusión en la candidatura socialista para el Congreso. El representante de este partido, Alonso Gil, solo utilizó 7 de los 50 minutos de que disponía, no hizo pregunta alguna a Sánchez y se dedicó a criticar al PP por sus viejos casos de corrupción.
Contradicciones en la declaración de Sánchez
Sánchez desempeñó tan al dedillo la estrategia marcada por sus asesores, que, en algunos momentos, parecía ser el tonto del pueblo que no se enteraba de nada de lo que ocurría en su entorno inmediato, familiar o político. Por no saber, no sabía dónde estaba la gerencia del partido en Ferraz, si su hermano residía en Elvas, o si Ábalos llevaba una vida disipada. Incurrió además en numerosas falacias y contradicciones. Empecemos por éstas, que afectan especialmente a José Luis Ábalos, Koldo García y Delcy Rodríguez, vicepresidenta y ministra de Petróleo de Venezuela.
1.-Abalos: Fue uno de los cuatro miembros de la banda del ¨Peugeot, que estuvo con Sánchez desde el primer día y contribuyó de forma decisiva a que ganara las primarias para la secretaría general del PSOE y para su accesión al Gobierno. El presidente lo recompensó debidamente encomendándole el Ministerio con mayor presupuesto del Gobierno -lo que suponía una gran tentación- y la estratégica secretaria de Organización del partido, pero, sobre todo, depositó en él su total confianza y le dio amplios poderes de actuación. Admiraba sus cualidades políticas, que reconoció en su declaración, aunque trató de distinguir entre la confianza política y la confianza personal. Tuvo la primera y -por su valía política- lo recuperó para el PSOE, pero no la segunda. Aunque resulte poco creíble, Sánchez mantuvo que desconocía vida depravada de su amigo y, en cuanto tuvo conocimiento de la misma, se sintió defraudado y traicionado, y actuó en consecuencia. Sin embargo, no basó en la conducta de Ábalos su doble destitución, y recurrió al falso argumento de que se trató de una remodelación profunda del Gobierno a fin de acometer con savia nueva la etapa post pandemia. Asimismo orilló la verdad al mantener que fue incluido en la candidatura al Congreso por decisión autónoma del Partido Socialista Valenciano, cuando fue impuesto directamente por él. Sánchez le recompensó además con la presidencia de la Comisión de Interior -¿También por su competencia?-.
2.-Koldo: Es, sin duda, el caso más patético de las contradicciones de Sánchez. Fue desde el comienzo uno de los incondicionales de la banda del Peugeot, fiel al número 1 como un perrillo faldero. Fue él el que pasó la noche en la sede del PSOE para vigilar los avales que permitieron a Sánchez llegar a ser secretario general del partido. Koldo siempre estaba dispuesto a hacer lo que le pidiera el jefe y fue generosamente recompensado por él en la época de vino y rosas del PSOE y del Gobierno. Fue designado asesor del ministro Ábalos -con plenos poderes de hecho- y consejero en RENFE y en Puertos del Estado, pero era especialmente el chico para todo de Ábalos y de Sánchez, que le encomendaban las tareas más variopintas, pese a no ostentar ningún puesto de responsabilidad en el PSOE. Sánchez acarició su ego al afirmar en su libro biográfico Manual de resistencia que era un aizkolari socialista, una institución contra los desahucios. Pamplona nos descubrió a uno de los gigantes de la militancia en estas tierras navarras. No obstante, este guerrillero de grandes dimensiones físicas y corazón comprometido fue un referente político en la lucha contra los efectos de la crisis y las políticas de la derecha. El último actor socialista. Ahora resulta que Sánchez apenas conoce a Koldo, con el que mantiene una relación anecdótica reducida al mínimo posible. Esta negativa de Pedro -siguiendo los precedentes de su santo patrón- ha destrozado el sensible corazón del hombretón, que ha facilitado a los medios de comunicación numerosas fotos de la antaño feliz pareja. Sánchez ha manifestado que no le consta que haya intercambiado mensajes con Koldo, pero a éste sí y -¡ojo!- que tiene la mala costumbre de grabar todo lo que le atañe y podrían producirse desagradables sorpresas.
3.-Delcy: La vicepresidenta de Venezuela, que es solo miembro honorario de la banda del Peugeot, realizó el 20 octubre de 2020 una grotesca no visita a España, que ha pasado a constituir una de las farsas y licencias de la reina castiza al estilo de Valle Inclán, debidamente escoltada por Ábalos, Koldo y Aldama. Sobre este esperpento, tanto Sánchez, como quienes la ayudaron a revolotear por Barajas y descargar su voluminoso equipaje, han dado multitud de versiones contradictorias, inexactas y falsas. Sánchez tuvo una magnífica ocasión para haber dado la versión definitiva y real del controvertido viaje ante las preguntas que le plantearon los senadores en la Comisión, pero no lo hizo, porque probablemente no le constara, pero su reiterada afirmación de que no se enteró de la llegada de Delcy hasta que estaba a punto de aterrizar su avión en Barajas y que el Gobierno ignoraba que el Consejo Europeo le hubiera prohibido el acceso al territorio de la UE es falsa de toda falsedad. Delcy -que había recibido la prohibición de pisar territorio comunitario el 25 de junio de 2018- fue invitada por Ábalos en 2020 a visitar España, previa autorización de Sánchez y la mediación de Aldama, y le organizó un intenso programa con negociaciones al más alto nivel. Se debería abordar, entre otras cosas, la exportación irregular de petróleo venezolano a España, y la retirada de apoyo del Gobierno de Sánchez a la oposición venezolana que había ganado las elecciones. Sánchez se limitó a afirmar que solo había hablado una vez en su vida con Delcy y que Rodríguez Zapatero estaba haciendo una meritoria labor de mediación entre el Gobierno y la oposición. A la pregunta de si consideraba que el Gobierno de Maduro era una dictadura, respondió que España había acogido a 230.000 refugiados venezolanos. Ésta podría ser una magnífica ocasión para que los tribunales españoles investiguen el Delcygate.
Mentiras en la declaración de Sánchez
A pesar de seguir las directrices de sus asesores de no afirmar ni negar nada con rotundidad, Sánchez no ha sido capaz de negarse a sí mismo y se le escaparon muchas mentiras, unas implícitas y otras explícitas. Según Ángel Expósito, el presidente mintió en diversas ocasiones en su declaración y Carlos Cuesta ha contabilizado en Libertad Digital hasta 40 mentiras. Contemos rápidamente algunas de ellas.
1.-Pagos en metálico: Sánchez reconoció con displicencia a la senadora Caballero que en alguna ocasión podría haber recibido dinero en metálico para liquidar gastos, como se hacía en las Cortes y en la mayoría de las empresas, pero que no recordaba cuánto, cuándo, ni cómo, aunque estaba seguro de que se trataba de sumas inferiores a 1.000 y siempre contra factura. Carlos Alsina ha comentado que no comprende la renuencia de los dirigentes socialistas a reconocer que han recibido pagos en metálico, sí -como aseguran- es un procedimiento totalmente normal y legítimo. Sánchez afirmó asimismo que, a diferencia del PP, nunca se dieron sobresueldos en el PSOE, y que no había nada absolutamente ilegal en las adjudicaciones de obras públicas -¿y parcialmente?-. No hay financiación ilegal. Las cuentas de mi partido son absolutamente limpias, legales y regulares [
] Este Gobierno, con el de Zapatero, han sido los más limpios y honestos en la democracia.
Tras la citación del instructor Leopoldo Puente, al antiguo gerente del PSOE, Mariano Moreno, y a la secretaria responsable de los pagos en metálico, Celia Rodríguez, el PSOE le informó que todos los pagos efectuados -tanto en efectivo como por transferencia- se encontraban debidamente incorporados en la contabilidad del partido, pero el informe de la UCO había detectado que, si bien en algunos casos existía una correlación entre los mensajes que apuntaban a una entrega de dinero y las liquidaciones de los gastos registradas, en otros no se había podido confirmar esa correspondencia. Entre 2017 y 2021 -mandato de Ábalos- el PSOE había sacado de la Caja del partido en torno a 1millón, que una empresa de seguridad trasladaba a su sede de Ferraz, para ser distribuidos en metálico entre sus dirigentes, en vez de hacerse por transferencia, cuando el Gobierno había prohibido el pago en efectivo de más de 1.000. Unos 127.000, que estaban destinados a la secretaría de Organización para la devolución de gastos realizados por ella, eran recogidos por Koldo, que -aunque no desempeñaba ningún cargo- los distribuía a su antojo, sin que la gerencia realizara control alguno sobre su justificación o distribución. Se estima que Ábalos y Koldo percibieron en este período 95.437 sin justificación contable. Por tanto, no es de extrañar que el ministro de Transportes no tuviera que sacar durante este período ni un solo euro de sus cuentas para financiar su elevado nivel de vida, sus francachelas y el sustento de sus numerosas sobrinas, porque contaba con el paraguas protector de Koldo. En consecuencia, el instructor Puente ha dictado un auto en el que insta a la Audiencia Nacional a que abra un procedimiento judicial para indagar sobre el control de los pagos en metálico en Ferraz. Cada día parece estar mas cerca la constancia en los tribunales de la financiación irregular del PSOE
2.-Imputación del entorno familiar de Sánchez: El presidente pasó como sobre ascuas sobre las preguntas relativas al enjuiciamiento de personas de su entorno inmediato. Sin llegar a entrar a fondo en acusar a los jueces de lawfare, Sánchez afirmó que había una minoría de jueces que hacían política para destruir su Gobierno, incluidos los que están investigando a su mujer, a su hermano y a su fiscal general. Cuando le preguntaron si compartía la opinión de Óscar Puente de que el juez Peinado era un prevaricador, no respondió, Tampoco lo hizo a la pregunta de si su hermano vivía en Elvas, y respondió malhumorado que la pregunta no tenía nada que ver con el objeto de la investigación. No llevaba razón y la cuestión era sumamente pertinente. David Sánchez -que trabajaba supuestamente en Badajoz y residía legalmente en Elvas para no pagar impuestos en España- se ahorraba hasta el alojamiento porque estuvo viviendo una temporada en el palacete de la Moncloa. Los hermanos tiene una memoria quebradiza: David no sabía donde estaba su lugar de trabajo y Pedro ignoraba en qué planta de Ferraz -que no es precisamente El Escorial- se hallaba la gerencia del PSOE.
De su amadísima Begoña, dijo que no tenía nada que ver con el rescate de Air Europa y, cuando alguien señaló que su esposa estaba imputada por cinco delitos, comentó lacónico. Se verá. El cerco judicial se va cerrando sobre su familia natural y política. El juicio de García Ortiz comenzará el próximo día 3, el de David fue iniciado y suspendido por las maniobras fraudulentas del coacusado Miguel Ángel Gallardo, al acceder a un puesto en el Parlamento extremeño, y el de Begoña esta al caer. No voy a comentar nada sobre estos temas ya que están sub iudice, y ya habrá ocasión de hablar largo y tendido sobre ellos cuando se dicten las correspondientes sentencias.
Conclusiones sobre las declaraciones de Sánchez
El debate de la Comisión de Investigación del Senado sobre el Caso Koldo ha sido muy poco edificante. Según ha editorializado El Mundo, en lugar de ofrecer explicaciones detalladas, Sánchez no aclaró nada y blandió un relato plagado de incongruencias y de evasivas. Se parapetó en ambiguas fórmulas verbales -al no constarle nada-, que apuntaban a una deliberada inconcreción para blindarse ante una posible causa judicial por mentir al Senado. A la falta de respeto de Sánchez como compareciente se sumó el perfil bronco e ineficaz que desplegó el senador del PP Alejo Miranda. La bronca desatada en el Senado, en un espectáculo que no merece la ciudadanía y no hace más que alimentar la antipolítica, pero el principal responsable de esta deriva es el propio Sánchez, por su demostrado desprecio a la verdad, a su propia palabra y a las instituciones. Según Rafa Latorre, Sánchez eludió enfrentarse a las preguntas como era su responsabilidad y recurrió a un sarcasmo desafiante. Ni una respuesta. Un posado displicente para que nadie repare que lo más concreto que ha salido de su boca es la respuesta del manual de la buena convivencia con la corrupción. En opinión de Javier Redondo, no comprometió su palabra porque no pronunció ni una sola frase inteligible, y las pocas que acabó eran mentira. Para Luis Losada, salió vivo porque es capaz de mentir con una sinceridad infinita.
Pero, además de mentir, Sánchez insultó a mansalva, mostrando su menosprecio por el Senado. Profirió insultos a éste -al que calificó de máquina de fango y de circo-, a la Comisión de Investigación -a la que acusó de difamatoria e inquisitorial-, a los senadores, a todos los ciudadanos y-sobre todo- a la inteligencia. Sánchez recurrió al método Ollendorf, conforme al cual lo importante consistía en que la estructura sintáctica de la oración estuviera bien construida, aunque no se entendiera su significado. Se mantenían conversaciones sin sentido en las que las respuestas no tenían nada que ver con las preguntas. V.gr.: ¿Su esposa ha colaborado en el rescate de Air Europa? Ayuso ¿Su hermano residía en Portugal? El hermano de Ayuso ¿Autorizó la visita de Delcy? La pareja de Ayuso ¿Conocía a Aldama? Casado ¿Ha recibido dinero en efectivo? Bárcenas ¿Ha habido financiación del PSOE? Gurtel y la Caja B del PP ¿Se llama Pedro Sánchez? No me consta...
En lenguaje popular madrileño, el empleo de este método científico se denomina diálogo de besugos, en el que el término besugos equivale a los de memos integrales o de tontos del haba, y por tales nos toma el presidente a todos los españoles. Hay dos formas de mentir: una positiva -profiriendo un embuste- y otra negativa -no diciendo la verdad-. Sánchez miente por activa y por pasiva. Decía con razón Alfredo Pérez Rubalcaba que los ciudadanos españoles se merecen un Gobierno que no les mienta. Su actual presidente lo hace con frecuencia y -para mayor ignominia en este caso- en sede parlamentaria, con luz y taquígrafos.
Artículo enviado por José Antonio Sierra.

Yturriaga, José Antonio