Aunque reformar una vivienda pueda parecer sencillo, son muchas las decisiones que marcan la diferencia entre un resultado satisfactorio y una experiencia llena de imprevistos.
Para conocer de primera mano qué errores son los más populares en una reforma, hemos consultado a la mejor empresa de
reformas en Ourense según las valoraciones de los orensanos.

A continuación te presentamos, los fallos más comunes y como evitarlos para hacer una reforma sin sobresaltos.
1. Empezar sin una planificación clara
Uno de los errores más habituales es comenzar una reforma sin un plan bien definido. Muchos propietarios se lanzan a realizar obras sin tener claro qué quieren conseguir o cuánto pueden invertir realmente. Antes de mover un solo ladrillo, es esencial analizar las necesidades del hogar, establecer un presupuesto realista y marcar prioridades.
Por ejemplo, en una vivienda antigua puede ser más urgente actualizar la instalación eléctrica o mejorar el aislamiento antes que renovar los acabados. Una planificación detallada permite prever los tiempos, los materiales y los costes, evitando decisiones improvisadas que terminan encareciendo el proyecto.
2. No pedir asesoramiento profesional
Intentar hacer una reforma por cuenta propia o con empresas sin experiencia es un error que suele pagarse caro. La obra puede parecer sencilla al principio, pero surgen imprevistos que solo un profesional sabe resolver: tuberías antiguas, muros portantes, humedades ocultas, etc.
Contar con técnicos y profesionales cualificados desde el inicio garantiza que la reforma sea segura, cumpla la normativa y se ejecute correctamente. En este sentido, una buena empresa de reformas siempre debe ofrecer un acompañamiento integral: analizan la vivienda, elaboran un proyecto personalizado y coordinan todos los gremios para que el resultado sea impecable.
3. Elegir materiales solo por estética
Otro error frecuente es dejarse llevar por el diseño sin valorar la durabilidad. En una zona como Ourense, donde la humedad y los cambios de temperatura son habituales, los materiales deben elegirse pensando tanto en la estética como en su resistencia.
Los expertos recomiendan optar por soluciones funcionales: porcelánicos antideslizantes en baños, pinturas transpirables o aislamientos térmicos que eviten condensaciones. El diseño es importante, pero debe estar siempre al servicio de la funcionalidad y la longevidad del hogar.
4. No prever los permisos y licencias necesarias
A menudo se pasa por alto la parte administrativa. Pero incluso una pequeña reforma puede requerir licencias municipales o una comunicación previa al ayuntamiento. Saltarse este paso puede acarrear sanciones o, en el peor de los casos, la paralización de la obra.
Una empresa local con experiencia sabe cómo gestionar los trámites, qué tipo de permiso necesita cada actuación y cuánto tiempo tardan en aprobarse. Es por eso que una buena empresa de reformas siempre debe ofrecer un servicio integral que incluye la gestión de licencias y la tramitación de subvenciones, para que el cliente no tenga que preocuparse por el papeleo.
5. No aprovechar la reforma para mejorar la eficiencia energética
Una reforma es una oportunidad única para hacer que la vivienda consuma menos energía y sea más cómoda. Sin embargo, muchos propietarios se centran solo en la parte estética y olvidan la funcionalidad a largo plazo.
Pequeñas decisiones pueden marcar una gran diferencia: aislar las paredes, cambiar las ventanas por modelos de doble acristalamiento o instalar iluminación LED. Todo ello reduce el consumo energético y aumenta el confort interior.
En Galicia, donde el clima exige viviendas bien aisladas, estas mejoras son especialmente importantes. Por eso siempre se aconseja analizar siempre la eficiencia energética antes de empezar, ya que muchas de estas actuaciones pueden beneficiarse de ayudas públicas.
6. Fijar plazos poco realistas
Las reformas requieren tiempo. Pretender terminar en un plazo imposible es una receta segura para la frustración. Las obras implican coordinación entre varios gremios -albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros-, y cualquier retraso en una fase puede afectar a las siguientes.
El error no está en querer rapidez, sino en no planificar con realismo. Una empresa profesional establece un calendario claro, con márgenes de maniobra y comunicación constante con el cliente.
7. No controlar el presupuesto global
Otro de los errores más frecuentes es no tener una visión completa de los costes. Los presupuestos poco detallados pueden parecer atractivos al principio, pero luego aparecen los temidos "extras".
Una buena empresa detalla cada partida y explica qué incluye cada concepto, desde la demolición hasta los acabados. Esto no solo evita sorpresas, sino que permite al cliente decidir con conocimiento si quiere invertir más en ciertas mejoras o mantener el gasto bajo control.