Y tú más...

No es política ni nada que se le parezca. Se parece mucho más a las peleas de niños y adolescentes en el patio del colegio.
No vamos a hablar de la Dictadura, en la que el discrepante era encarcelado o fusilado. Me limitaré a la Democracia instaurada en España tras la muerte del dictador. En esta democracia, sin duda alguna, se han hecho cosas muy buenas y tuvimos políticos muy buenos, decentes y honrados, pero, en lo que se refiere al "...Y tú más", en todas las legislaturas hubo mucho que lamentar:
Recordemos, por ejemplo, a Roldán, Mariano Rubio, Vera y Barrionuevo, los GAL, Lasa y Zabala, la cal viva...
Recordemos a Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana, Jaume Matas o Cristóbal Montoro..., la guerra de Irak, las armas de destrucción masiva (que no existían) , los autores de los atentados de Madrid en 2004.
Recordemos el caso Gürtel, la Policía patriótica, el control de la Sala Segunda del Tribunal Supremo "por la puerta de atrás", según Ignacio Cosidó.
Recordemos a Koldo García, José Luis Ábalos, Santos Cerdán...
No queremos jueces que, con la toga puesta, se manifiestan ante la sede de sus juzgados protestando contra el anuncio de una posible ley de amnistía, cuyo texto se desconocía y que, por tanto, ni siquiera había sido enviado al Parlamento.
No queremos políticos que hagan política con bulos, insultos y mentiras, convirtiendo el Parlamento en un auténtico vertedero de basura.
No queremos que haya políticos que se dediquen a la política "para forrarse".
No queremos políticos que se pasen el día pensando y conspirando para descalificar al adversario político con bulos y medias verdades.
No queremos políticos que conviertan el Parlamento en un vomitivo basurero, en el que se diga de todo menos de lo que interesa a los ciudadanos.
No queremos políticos que en el Congreso de los Diputados llamen "hijo de puta" al presidente del Gobierno, aunque luego intente disfrazar su asquerosa grosería con un pobre pareado diciendo: "me gusta la fruta".
No queremos políticos -y lo digo desde el más absoluto respeto a las distintas fuerzas políticas democráticas- que, antaño 'moderados', ahora insultan, bailan y cantan: "mi limón, mi limonero, entero me gusta más..." para competir con la ‘extrema derecha’ y congraciarse con la madrileña a la que mucho, muchísimo "le gusta la fruta".
No queremos tampoco a políticos que se dedican a "cavar fosas" para "enterrar los restos de un Gobierno que nunca debió existir", aunque lo hayan votado en el Parlamento los representantes de los ciudadanos para gobernar el país.
Queremos políticos serios y honrados, que reconozcan sus propios errores y que critiquen con energía los fallos, errores y equivocaciones de sus adversarios políticos. Políticos que luchen limpiamente para convencer a los ciudadanos y, así, alcanzar el poder sin utilizar el barro y la basura.
Queremos políticos que sepan discrepar, que sepan exponer razonadamente sus propuestas para mejorar la vida de sus conciudadanos, que sepan dialogar y..., hasta juntos, tomar amigablemente un café.