La culpa siempre es de los demás

Cuando te detienes a pensar, dejando el móvil, la table, el ordenador o la televisión, nos dificulta aceptar la cruda realidad y descargamos todos los problemas y ansiedades entre los políticos y nuestros gobernantes. Preferimos culpabilizar a los demás de lo que nosotros hacemos o consentimos con nuestro silencio cómplice.

La política simplemente es un reflejo de la sociedad real. No son únicamente algunos políticos corruptos, puteros, estafadores, miserables, carroñeros, ególatras, usureros, no sólo son los políticos y gobernantes, sino también los hay en muchos de cada uno de nosotros, en nuestros aspectos y facetas personales y profesionales, como padres de familia, trabajadores, empresarios, gestores, promotores, armadores, militares, fuerzas de seguridad.

No podemos extrañarnos de nada ya que, cada uno de nosotros, vemos cada día, casos de todas esas situaciones injustas que tanto criticamos pero que luego aplaudimos cuando, directa o indirectamente, nos beneficia a nosotros o a los nuestros, como los llamamos. La culpa siempre es de los demás, para nosotros la mafia de los usos y costumbres así como de las tradiciones nos mantienen a salvo de considerarnos culpables.

Alcemos la voz cuando veamos un abuso laboral, de un empresario hacia un trabajador; cuando sepamos de casos sobre violencia de género; denunciemos cuando sepamos de casos de corrupción; denunciemos la usura y la especulación inmobiliaria; denunciemos las cláusulas y las comisiones bancarias bancarias; denunciemos los abusos de autoridad; denunciemos todo lo que consideramos injusto.