La
impermeabilización de fachadas es clave para preservar la salud estructural de los edificios, especialmente en ciudades con climas húmedos como Coruña, donde la

cercanía al mar y las frecuentes lluvias crean un entorno en el que la protección de fachadas no es solo una cuestión estética, sino una necesidad para garantizar la durabilidad de las construcciones.
En una ciudad expuesta a la humedad, el viento y la salinidad, el aislamiento de muros y la prevención de filtraciones en paredes son medidas esenciales para evitar daños que pueden derivar en reparaciones costosas y en problemas de seguridad. La combinación de factores climáticos hace que los materiales de los edificios sufran un desgaste más rápido, aumentando la probabilidad de aparición de humedades, grietas y pérdida de eficiencia energética.
Un problema que va más allá de la estética
Cuando se habla de impermeabilización, muchas personas piensan únicamente en la apariencia exterior de un edificio. Sin embargo, el objetivo principal es mucho más profundo: impedir que el agua penetre en la estructura. La presencia constante de humedad puede deteriorar elementos constructivos, afectar a la seguridad de la vivienda y comprometer el confort interior.
Los episodios de lluvias largas e intensas, unidos a la humedad ambiental, favorecen la aparición de filtraciones en Coruña. Estas no solo generan manchas y malos olores, sino que pueden provocar la proliferación de moho, que afecta tanto a la salud de los ocupantes como a la integridad de la edificación.
¿Por qué es necesaria la impermeabilización de fachadas?
A continuación, te damos algunas razones que justifican la
impermeabilización en Coruña:
Prevención de humedades: evita que el agua penetre en muros y paredes, reduciendo el riesgo de filtraciones internas.
Protección estructural: impide que el agua y la humedad degraden elementos portantes, como vigas y forjados.
Ahorro energético: una fachada correctamente sellada mejora el aislamiento térmico, reduciendo el gasto en calefacción.
Mantenimiento del valor del inmueble: las fachadas en buen estado incrementan la durabilidad y revalorizan el edificio.
Métodos y materiales más utilizados
Revestimientos hidrófugos:
Son tratamientos líquidos que se aplican sobre la superficie de la fachada y crean una barrera invisible contra la penetración del agua. Permiten que el muro transpire, evitando la acumulación de humedad interna.
Morteros impermeables:
Se aplican en forma de capa protectora que sella fisuras y poros, reforzando la resistencia del muro a la filtración de agua. Son muy eficaces en edificios antiguos que presentan desgaste.
Membranas y láminas impermeabilizantes:
Este método consiste en instalar una barrera física que impide el paso del agua. Es especialmente útil en rehabilitaciones integrales o en construcciones nuevas.
Sistemas SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior):
Combinan aislamiento térmico y protección contra la humedad. Mejoran la eficiencia energética y prolongan la vida útil de la fachada.
Sellado de juntas y grietas:
Una técnica preventiva y correctiva que consiste en reparar fisuras antes de aplicar tratamientos impermeabilizantes.
Problemas habituales por falta de impermeabilización
Cuando no se realiza un mantenimiento adecuado o la protección de fachadas es insuficiente, los problemas se manifiestan con rapidez, y entre ellos, destacamos los siguientes:
· Manchas de humedad en interiores y exteriores.
· Desprendimiento de revestimientos, como pintura o enfoscado.
· Grietas y fisuras que facilitan la entrada de agua.
· Pérdida de aislamiento térmico, lo que aumenta el consumo energético.
· Daños estructurales en casos graves, especialmente en edificaciones antiguas.
Estos daños, si no se tratan a tiempo, pueden obligar a realizar intervenciones de gran envergadura, aumentando enormemente los costes de reparación y llegando a afectar a la seguridad del edificio.
Consejos para un mantenimiento eficaz
La impermeabilización de fachadas no es una intervención que se realice una sola vez para toda la vida del edificio. Requiere revisiones periódicas y, en ocasiones, renovaciones de los tratamientos aplicados. Te dejamos algunas recomendaciones clave:
· Inspecciones visuales anuales para detectar grietas, manchas o desconchados.
· Limpieza regular para evitar que la suciedad y los restos orgánicos favorezcan la humedad.
· Reparación inmediata de cualquier fisura o junta deteriorada.
· Aplicación de tratamientos hidrófugoscada cierto tiempo, según las recomendaciones técnicas.
· Contratar profesionales especializadospara garantizar una correcta aplicación de los materiales.
Un reto constante en una ciudad expuesta
La ubicación costera de Coruña supone un desafío añadido para la conservación de las fachadas. La combinación de salinidad, viento y lluvias frecuentes acelera el desgaste de los materiales y exige soluciones de impermeabilización adaptadas a estas circunstancias.
Por eso, la protección de fachadas en esta ciudad no debe verse como un gasto, sino como una inversión a largo plazo.
Mirando al futuro: sostenibilidad y nuevas tecnologías
En los últimos años, la impermeabilización ha evolucionado hacia técnicas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. El uso de materiales ecológicos, como morteros de base mineral o recubrimientos sin compuestos orgánicos volátiles, está ganando terreno. Asimismo, la incorporación de tecnologías que permiten monitorizar el estado de la fachada en tiempo real facilita la detección temprana de problemas.
La tendencia apunta a sistemas más duraderos, eficientes y adaptados a climas específicos como el de Coruña, donde la prevención es la mejor garantía de seguridad y ahorro.