El 19 de junio la Real Filharmonía de Galicia inauguraba la nueva temporada 2025-2026 con el sugerente lema "Historias". Quizás por el hecho de que en febrero cumplirá su 30 aniversario -desde su nacimiento en 1996-, lo que hace que Galicia cuente con dos orquestas principales -junto a la Sinfónica-, con características diferentes musicalmente hablando -algo que no acaba de apreciarse- y, por tanto, perfectamente compatibles.

Abrigaba entonces -entre otras cosas- el entusiasmo que alienta el convertir los sueños en realidad en una Comunidad en la que el panorama musical era complicado, heredero de la poca importancia que se le dio históricamente a la música académica en este país, considerada un "arte de segunda" frente a otras manifestaciones artísticas como la literatura o la pintura. En aquel momento y recordando que hubo precursores previos, muchos consideramos que aquello era una primavera cultural con la que se restablecían antiguos daños e insensibilidades, impregnando el ambiente de perfume de sutil fragancia, como el de una verdadera reina. La RFG en esta nueva temporada vuelve a sus orígenes, pero no sumergida en la nostalgia ou nesa morriña ou saudade nosa, sino recuperando la historia como origen de un presente que destaca por sus conciertos y por desarrollar su labor didáctica, el taller de composición, la colaboración con la EAEM, los conciertos de barrio, los ciclos (EN) FOCO, con la finalidad de atraer a un público nuevo mediante propuestas transversales o COMETAS, para dar espacio a la nueva creación contemporánea, etc. La RFG ofrece para aproximarnos a sus propuestas, junto a los habituales abonos anuales, otras opciones adaptadas a los distintos públicos. Están disponibles desde el 4 de septiembre -Compostela Cultura-. Sirva esto para como apuntaba su actual director A. Brönnimann para
"escribir as novas historias dunha orquesta que mira adiante con orgullo do seu pasado e a ilusión que ainda está por descubrir".