Un sueño divino
Silva, Manuel - lunes, 18 de agosto de 2025
El domingo tuve un sueño divino: Resulta que el DIOS de los cristianos (católicos, ortodoxos y protestantes en sus diversas denominaciones), el Dios de los judíos (YAHWEH) y el Dios de los musulmanes (ALÁ) se reunieron en un lugar neutral del cielo para comentar y ver si procedía tomar alguna drástica decisión ante las guerras, masacres e injusticias que sus respectivos fieles están llevando a cabo en la tierra.
El Dios de los cristianos abrió la reunión asegurando que se le pusieron los pelos de punta, que le irrita sobremanera y que le resulta vomitivo ver como el presidente de Rusia, Vladímir Putin, está invadiendo Ucrania matando sin piedad a miles de sus ciudadanos, con el beneplácito de los popes ortodoxos.
Y Yahweh dijo que a él le pasa lo mismo cuando ve cada día como el presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, está matando con saña a los palestinos de Gaza y Cisjordania. También subrayó que le produce especial dolor y consternación ver morir de hambre a miles de niños y contemplar, al mismo tiempo, a centenares de camiones cargados de comida a las puertas de Gaza sin que los dejen entrar para alimentarlos.
Alá, por su parte, comentó que a él le horrorizó el ataque sorpresa -un verdadero acto terrorista- llevado a cabo por sus seguidores de Hamás contra Israel, pero que también le horroriza la desproporcionada y criminal respuesta de Israel contra niños y adultos palestinos totalmente inocentes e indefensos.
Los tres dioses coincidieron en calificar de desalmado al presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, por pedirle a Netanyahu que expulse de Gaza a todos los palestinos y los reparta por varios países árabes para, a renglón seguido, prometer que él construiría allí un verdadero paraíso terrenal, donde los ricos y poderosos puedan instalarse en ese territorio y gozar sin límites de sus maravillosas playas y paisajes.
Cuando estaban comentando este único punto del orden del día de esta divina reunión, entró como un rayo San Pedro para informarles de que muchos bienaventurados del Cielo, así como algunos condenados del Infierno y un centenar de interinos del Purgatorio se estaban acercando al lugar de este encuentro para forzarles a que tomaran, de una vez, una drástica decisión para que los poderosos malvados de la tierra, que para colmo se dicen seguidores de alguna religión, dejen de matar a sus hermanos y vecinos y, así, poder construir una sociedad más justa, más solidaria y fraternal.
Cuando, en mi sueño, yo estaba esperando con mucha ansiedad la decisión de los dioses, el ruido de una excavadora en la calle me despertó y me quedé con la miel en los labios sin poder degustarla y lo que prometía ser un sueño divino se convirtió en una pesadilla celestial.
Y, entonces, me vino a la mente el poema del famoso poeta de Celanova Manuel Curros Enriquez Mirando ó chau, en el que pone en boca de Dios la siguiente frase: Si eu fixen tal mundo/ que o demo me leve. Este poema aparece en su libro Aires da miña terra, publicado en 1880 y que fue condenado y prohibida su lectura por contener herejías y blasfemias, según el entonces obispo de Orense, Cesáreo Rodrigo Rodríguez.

Silva, Manuel
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