Maruxaina: Gallega o Astur
Si analizamos tan sólo el nombre, estamos ante una denominación hecha en gallego. Si nos situamos en dónde dice la leyenda que tiene su cueva, no hay dudas, estamos en el Cantábrico de Galicia.
Si usamos el idioma con que el nuestro pueblo contaba la leyenda, es la Galicia de norte, marinera, navegante, la que perfuma sus playas con algas de la mar Galaica.
Hasta aquí llegamos. No hace falta argumentar con más pruebas.
Pero nos encontramos con un hecho que nos preocupa. Las personas que impulsan la celebración en recuerdo de la leyenda, constituidos en asociación, son asturianos que vinieron a la industria del aluminio; la misma actividad que subsumió la tradicional actividad pesquera y de cabotaje que operaba como medio de vida en la provincia de Mondoñedo del antiguo Reino de Galicia.
"Serena de la mar ye una moza gallarda que por una maldición tienla Dios nel agua. Fadas marinhas.
La costa asturiana tiene islas y puertos. No tenemos razón para negarles que conserven sus propias leyendas. Pero en esta caso, nos referimos a los cambios que se producen en el puerto de San Ciprián con la llegada de la factoría que monta Inespal,
coincidiendo con la crisis que sufren Altos Hornos, Pesca, Minería, en Asturias que en vez de recibir gallegos para trabajar en su oferta económico laboral, debe buscar alternativas en otras comunidades, y en concreto sienten la llamada que desde la
factoría del INI entre Xove y San Ciprián, necesita mano de obra para transformar Bauxita en Aluminio.
Una de las características de la "invasión" ha sido, tratar de sustituir la típica sardiñada y empanada por el bollo asturiano.
El bollo preñao se consume especialmente en comidas campestres, al aire lirbe, fiestas locales y en especial en la fiesta del Martes de Campo (celebrada el martes después de Pentecostés, fiesta móvil que suele caer en el mes de mayo) en Oviedo, donde se acompaña con vino. Se encuentra en casi todas las panaderías asturianas durante todo el año y su consumo no es solo festivo, sino también cotidiano. Siempre va bien con un 'culín' de sidra e incluso con vino blanco.
Otras fiestas en las que aparece tradicionalmente el bollu preñau es las fiestas de Les Comadres que se celebra en Pola de Siero, la Fiesta del Bollu de Arriondas que se celebra el último domingo de julio y en múltiples celebraciones en Asturias.
Pero lo más significativo lo podemos encontrar en "La Nueva España" 24-10-2020. "Los asturianos que defienden el aluminio en Galicia". Reportaje sobre la "pequeña Asturias" de Lugo. No cabe duda. Consideran San Ciprián como el núcleo intangible de su Asturias. Y así, estos astures se fueron adueñando de las entidades propias en la sociedad civil. Llegaron a tener un alcalde Asturiano, que realiza la segregación de Burela. Coparon la presidencia del CIT, ignorando a pesar de las indicaciones que se
les hizo, los orígenes de tal entidad. Y en la actualidad, desde hace años, presiden la asociación de amigos de la Maruxaina.
En los días más soleados, al atardecer, una sirena se subía a una roca cercana a la playa de Mogor en Marín. Allí se quedaba hasta que oscurecía para luego volver a la cueva en la que vivía. Una cueva que ya no existe pero que sí existió y a la que se acercaban los conocedores de la historia durante sus baños en la playa con la esperanza de ver o encontrar algún rastro de la sirena.
Las islas Miranda, en la ría de Ares, son dos islotes en los que se refugiaba una sirena solitaria que de vez en cuando tomaba el sol en las playas de Perbes, Centroña y en las del oeste de Ares. La leyenda habla de su gran belleza e incluso describe su cola de
escamas rosadas y plateadas. La soledad de la sirena termina cuando un hidalgo, con gran poder en Galicia, la descubre en la playa, se la lleva para su casa y se casan en secreto. Después de llevar un tiempo fuera del agua, la sirena empieza a perder las
escamas y consigue tener hijos.
Mariña es, según la tradición oral, la madre de los primeros propietarios de la isla de Sálvora, los Mariño. La leyenda cuenta que fue encontrada en la playa por el caballero Froilaz con quién se casó y de cuya relación nació Mariño, el primero de una larga
estirpe vinculada también a los últimos dueños de la isla, los Otero Goyanes.
En Galicia las sirenas aparecen esculpidas de ambas formas en la imaginería religiosa, tanto en capiteles como en canecillos, para hacer referencia normalmente al pecado de la lujuria. En la Historia del Arte, continúan apareciendo las sirenas y en Galicia cabe destacar al que se conoce como el artista que imaginó el mar, Urbano Lugrís (1908-1973) que pintó en varias ocasiones sirenas.
Pero también han estado presentes en la heráldica siendo un escudo familiar, concretamente el de los Mariño en Rianxo, el que inspira a Castelao (1886-1950) en su propuesta de escudo para Galicia a principios del siglo XX.
La Leyenda de la Sirena es conocida y narrada con diferentes formas y desenlaces por toda la tradición oral de los pueblos ligados al mar, desde Dinamarca hasta la costa española encontramos referencias en Europa a este hermoso cuento.
Esta narración se contó por vez primera, poco antes del año 1000 por un caballero portugués, señor de Barcelos e hijo espurio del rey poeta Don Dionís. Años más tarde, fue recopilada por una dama, brillante escritora, Doña Emilia de Marineda, Condesa de
Pardo Bazán, para después glosarla Torrente Ballester.
Dicen los eruditos que las excepcionales criaturas marinas que son mitad mujer y mitad pez, hay que llamarlas nereidas, y no sirenas, que son seres alados con rostro femenino. Más el pueblo suele preferir la apelación más vulgar, y así se extendió hasta el norte europeo.
Gentes del mar son las nuestras, que no en balde tres de las cuatro provincias gallegas lo tienen por límite, y en él han buscado el sustento y ejercitada la imaginación. Y como quiera que el mar sea ámbito de criaturas múltiples, en su fascinante repertorio
encontró un caballero de Vilaxoán a una de esas sirenas:
"Paseaba un día un caballero de Vilaxoán junto al mar, cuando resbaló y cayó al mar. Por lo pesado de su armadura no podía nadar y cuando estaba a punto de ahogarse, apareció una Nereida y lo rescató. Ambos se enamoraron y mantuvieron durante tiempo su relación, de la cual nacieron cuatro hijos.
El caballero, cuando sus hijos fueron creciendo, pidió a la nereida que le permitiese llevárselos a tierra para educarlos en las artes de la caballería. De mala gana la madre accedió pero, imponiendo la siguiente condición: de cada generación que naciera de su descendencia, la nereida se reservaría para sí un varón, aquel que tuviera los ojos azules y escamas en los muslos.
Aceptó el caballero pero sin la intención de cumplir su promesa.
No obstante, generación tras generación nacían hermosos niños de ojos azules y escamas en los muslos. No importaba con quien se casas en su particularidad emergía generación tras generación, tampoco importaba el médico al que consultaran, su rara "enfermedad" era desconocida.
De la nereida y el caballero, jamás se volvió a saber más, pero sí de los Marino, que este apellido fue el que adoptó tan peculiar estirpe, pues la desgracia los acompañaba, siempre perdían a uno de sus hijos en el mar.
Por muy precavidos que fueran, llegando incluso a prohibir a sus hijos acercarse al mar o no permitiéndoles ejercer una profesión que tuviera relación con él, siempre la fascinación por el mar los atraía hasta tal punto que al acercarse a éste, desaparecían sin dejar rastro ninguno".
Esta leyenda explicaría la razón por la cual existe una sirena o nereida en el escudo heráldico de los Marino de Vilaxoán.
Hasta aquí algunas leyendas propias de nuestra Galicia. Y ahora mis recuerdos sobre A Maruxaina.
Siempre fue el denominado Porto de Arriba -muelle de 1939 sobre la Isla de La Atalaya- dónde se contaban historias de mar. Y de ahí viene aquello que recuerdo. La luz del Faro como "ángel de la guarda". Los gritos de la Maruxaina como advertencia, en unos casos para evitar la aproximación de los buques a una costa peligrosa; en otros casos para llamar a los navegantes, confundirlos y hacerlos prisioneros en su reino. Además, se solía invocar como temor para la infancia. "Si no comes, llamo a Maruxaina".
Varios de mis artículos -han sido muchos en el tiempo- trataron sobre el particular.
PABLO MOSQUERA . 16/08/2019 LA VOZ DE GALICIA.
Para muchos agosteños A Maruxaina sólo es una cita con el desmadre. La oportunidad de invadir, como solían los Normandos, la costa norte de la Península al sur de Europa. Ese lugar que acogió a Maeloc en su huída de quienes acosaban a los cristianos y que da lugar a la Diócesis más antigua que recibe el nombre de Britonia y asienta en San Martiño.
Mientras la Basílica Britoniense-Dumiense celebrará conciertos de festival Bal y Gay, organizado por mis amigos de Nois, aquí en Islas San Cyprianus, volverán las mesnadas a tomar el lugar en nombre de Dionisio.
Aunque sólo sea por esa costumbre que me lleva a indagar, volveré a intentar darle sentido cultural al evento. Aquel ilustre gallego de Ferrol, G. Torrente Ballester, en su obra de relatos-1979- « Las sombras recobradas», le dedica un cuento a una sirena. Una hermosa leyenda que recoge el origen de la estirpe de Los Mariño. Un miembro de la estirpe se ve abocado a vivir en Cuenca. Pero está triste, siente la falta de la mar. Su amada Micaela señala que tal estado de ánimo le impide desarrollarse como violinista.
Un mal día recibe la visita de una mujer que había naufragado en una noche de niebla y que había perdido la memoria. La dama le convence para que se embarquen en una dorna, coincidiendo con una tormenta y así juntos desaparecen para siempre.
José Manuel Pedrosa en el 2006 realiza un trabajo que lleva por título « Las dos sirenas y otros estudios de literatura tradicional».
en esa línea, tan del erudito profesor, que suele analizar el contenido filológico con el antropológico que subyace entre: romances, canciones, oraciones, conjuros, cuentos, leyendas, adivinanzas, supersticiones e iconografías.
Pero como habrá muchos/as que no tengan información, ahí va algo para mejor proveer... Ulises emprende, tras la guerra de Troya, el regreso a su Ítaca, pasando por la isla Eea, dónde la hechicera Cuirce le aconseja el rumbo que debe poner, advirtiéndole sobre la isla de las Sirenas con sus encantos. Así lo hace, pero no quiere perderse el canto de aquellas mujeres que atraen a los marinos dejando a sus pies un montón de huesos humanos y pieles resecas. Tapa los oídos de sus compañeros con cera blanda y a él lo atan al mástil del barco, logrando ser único mortal que escucha el canto de las sirenas sin sufrir la muerte.
Sin duda, algo así pudo sucederle al capitán Van Pool, del CARABEKA VIII en aquellas vísperas navideñas de 1982, quien ordenó le dejaran atado en la cubierta del buque que naufragó en Os Farillóns y que cuando vuelve el equipo de rescate al barco, el
holandés había desaparecido y las cuerdas que los amarraban estaban sueltas. ¿Qué había pasado?. Hay quien escribió que Maruxaina lo rescató para su mundo y que le acompaña en su atemporal vida en A Cova da Sombriza, junto a la compañía de sus hermanas Cloto, Láquesis y Atropos. - A Maruxaina, sempre me inspira.
viernes, 14 de agosto de 2009
Parafraseando a D. Antonio Machado. Mi historia son recuerdos, de un San Ciprián marinero, dónde el viento movía las arenas entre los callejones, en los que se adivinaba la sombra y el espíritu de A Maruxaina.
Por eso, en mis libros, tiene su espacio. Desde el cariño de aquel niño mariñano, que escuchaba historias de mar, en el viejo muro del Coto, después en la pared del Salón Mira Mar, y siempre, en el chigri del inolvidable Cándido, que se cansó de estar despierto sin su Carmina.
En mi primer libro Entre la mar y el viento le dedico: Y la Maruxaina volvió. Soñando con Maruxaina. Maruxainos.
Maruxaina entre tripulaciones. Entre las múltiples fotos de maruxainos destaco: A Laura Espido Freire, recién concedido el premio Planeta, por Melocotones helados.
En el segundo libro Entre líneas, escribo: Conversaciones con Maruxaina. A Maruxaina. Maruxaina, materia y energía, que se lo dediqué a mis amigos de la Tétrada Literaria de Llodio, que pasaban la fiesta con nosotros en San Ciprián.
En el tercer libro Paseando entre faros, se recoge: Maruxaina: más que una sirena. Así mismo, ha sido objeto de mis artículos en Galicia Digital. La Voz de Galicia. El Heraldo de Viveiro. Ser Mariña-Ser Lugo. El Progreso- A Mariña. Le dediqué un cuento especial, a mi hija Blanca, que se tituló; Maruxaina: la hija del Torrero, en la que élla, era la Maruxaina, a mi manera
La sirena, a la que dio vida para la procesión nocturna, mi compañero en el viaje con el viento, y excepcional escultor, Quique Guerra, representa la alegría, el punto de encuentro del calor estival con la fiesta que estalla en toda Galicia, como ese castillo
de fuegos artificiales que, constituyen el mejor espectáculo de luz, en las penumbras del puerto de San Ciprián, la noche en que A Maruxaina es capturada para ser juzgada.
Cada año, echamos de menos a los que se han ido, al infinito, con A Maruxaina. Pepe de Rita, que cuando fumaba en pipa, me recordaba a los capitanes de Emilio Salgari. Pepe de Maruxa, el marinero que por desamor, se hizo bohemio, en los puertos del
Mediterráneo, y que terminó, en los catamaranes del Sil.
La cuadrilla de amigos que comenzaron con la fiesta, a los que les gusta cantar. Moncho, su hermano Manolo, su cuñado Pepe.
Tomás, que nunca se iba a jubilar y su consuegro Manolín. Babi, Fero, Pepe Larán, Hasta Ramoncito de Amelia, que en San Ciprián, no parece un general, ya que sigue siendo, el hermano mayor del inolvidable José Manuel Virutas. El imparable Calila,
interpretando a María la Portuguesa, quizá en nombre de Pucho Boedo, al que tanto admiró.
Y, ¿los locales para degustar, vino y cerveza? Ceferino, atiende la mejor terraza. La que permite ver la llegada de A Maruxaina, desde la Anxuela hasta la Barra; o Tola, que pone, en la terraza de puerto de arriba, la atalaya perfecta para ver los fuegos
artificiales.
A ellos, añadimos, que la juventud, antes de perderse en el Castillo de Cubelas, tomará una pócima de elixir para el amor, en As Bruxas. Habrá tertulia juvenil, en la terraza-playa del CIT en O Torno, que no debemos olvidar, la regentan dos Camariñanos, que son los duendes del faro de San Ciprián.
A Maruxaina, todo lo que toca, lo transforma en alegría, en sueños de una noche de verano. A mí me estimula la imaginación que pone en marcha la creatividad. Y, para ello, nada mejor que las mesas del Camarote. Su nombre, ya lo dice todo. Desde ahí, mi recuerdo para Toñito Pernas, que recordará A Maruxaina, desde vaya usted a saber qué puerto, por esos mares de Dios.
Evidente que ni me atrevo a proclamarme ideólogo de esta cita agosteña. Pero si puedo contar aquello de lo que con el tiempo he vivido. Desde la indumentaria: ropa de Mahón en azul marino, boina calada y alpargatas; mujeres ataviadas como aquellas peixeiras, con toquilla negra, pañuelo en la cabeza, y un paxe o carabelo en los brazos, dónde llevan los alimentos para los hombres de mar, a base de chourizo, pan, rosquillas, anís y viño do país. Tal aspecto, nada tiene que ver con el actual. Me gustaría que los nuevos "ideólogos" generalmente astures, me convencieran sobre el uso de camisas blancas. No me imagino a nadie que fuera a la mar, con una camisa blanca...
En A Maruxaina galega que vive en La Sombriza y cuyos cantos pueden llegar a escucharse desde La Atalaya en el puerto de San Ciprián, la primera vez que se le rinde culto es con la fiesta del Carmen, cuando la comisión de tal evento que forman entre otros Modesto Rivera Franco y Julio López Roibal, estudiantes de Derecho y Medicina respectivamente, llaman al grupo de gaiteiros "Brisas do Landro" integrado por la familia Bermúdez, emparentados con la familia Murados, para amenizar una merienda en la Atalaya, y desde entonces todas las fiestas del Carmen, contarán con tal. Pero serán los asturianos quien a partir del momento que se desgaja Maruxaina del Carmen, empleen alguna que otra charanga en vez de gaiteiros.
Nunca fue intención de los primeros activistas culturales de A Maruxaina en convertirla en un botellón con dimensiones crecientes.
Nunca fue intención de los creadores de la leyenda en vivo que la cita durara tres días, con la ocupación del territorio y el peligro que ello representa y que a continuación enumero.
1. Colapso total en el pueblo, ya de por si complicado por la estrechez que supone ser una península.
2. Acampada en la Atalaya, incontrolada y con total imposibilidad de evacuar a quienes lo precisaran, máxime teniendo en cuenta la ingesta de alcohol y otras sustancias que han requerido atención urgente en el Hospital Da Costa sito en Burela.
3. Ubicación del "castillo para pirotecnia" en la playa del Muelle, y el correspondiente peligro por los kilos de explosivo que allí se acumulaban, mientras las gentes en su inconsciencia paseaban por la carretera cercana. Si hubiera habido un fallo y una deflagración, habríamos sido noticia nacional como sucede cada año con los accidentes de las pirotécnicas.
4. Excrementos en cantidades asombrosas, por todo el pueblo, ya que a todas luces la multitud ni se molesta en hacer uso de los WC que la organización coloca.
Tal evolución se corresponde con: Cambio en la presidencia de la asociación de Amigos da Maruxaina, en la que los sanciprianeses, gallegos y marineros, son sustituidos por asturianos trabajadores de Alcoa. Negocio en torno a la dispensación de alcohol, que convierte a los establecimientos hosteleros y a los que se instalan para lo mismo, en unas condiciones tan óptimas que con la recaudación de los días del festejo, hacen todo el año. Desmadre absoluto, incontrolable, tanto en el aparcamiento, como en la
ocupación de playas, jardines y espacios, que hacen imposible que quienes no participan en la orgía, se sientan tan incómodos que muchos o se encierran en sus casas, u optan por abandonar el pueblo en tales circunstancias.
Lo manifestado y a pesar de los intentos por parte del Concello para reconducir la situación, me lleva a publicar el siguiente artículo.
"La maldición de A Maruxaina"
Ignorantes e incultos con un bolígrafo y poder. Liberamus dómine. Carencias para realizar su trabajo, del que dependemos los demás. Faltos de ética, o que lo dejan todo perdido por la cochambre.
Estas son las acepciones en lengua castellana de los titulares con los que pretendo denunciar públicamente lo que ya denominamos «la maldición de A Maruxaina». Los primeros ejercen autoridad bajo la ley del embudo.
Si usted aparca su coche en el camino para tractores en la playa de Esteiro o celebra una merienda en el, denominado, «castillo de Cubelas» de San Ciprián, será reo para un solemne expediente por ocupar los dominios de costas, calificando el hecho como falta grave. Pero si se cisca o vomita en los dominios del señor costas, con sede en Lugo, en playas o aledaños de San Ciprián, los días en torno a la Maruxaina, tranquilo, que se ha implantado la patente de corso para hacer lo que le venga en gana a la chusma. Los segundos, aunque con estudios superiores, y ocurrencias como la de facilitar el paso a camiones cargados de alcohol, pero prohibir tal, a visitantes que acudían al Museo Provincial del Mar, a la Ignorantes e incultos con un bolígrafo y poder. Liberamus dómine.
Carencias para realizar su trabajo, del que dependemos los demás. Faltos de ética, o que lo dejan todo perdido por la cochambre. Estas son las acepciones en lengua castellana de los titulares con los que pretendo denunciar públicamente lo que ya denominamos «la maldición de A Maruxaina». Los primeros ejercen autoridad bajo la ley del embudo. Si usted aparca su coche en el camino para tractores en la playa de Esteiro o celebra una merienda en el, denominado, «castillo de Cubelas» de San Ciprián, será reo para un solemne presentación de un libro.

O hacernos pasar por la vergüenza de prohibirle el acceso a nuestra invitada, la Diputada Provincial de Cultura, mientras bandarrias provistos del mejunje necesario para alcanzar el estado cuasi comatoso, pasaban, por testículos, en dirección a La Atalaya de San Ciprián, para ocupar un espacio del que responde la delegación Provincial de Costas. Por cierto, la coordinación del operativo, antes descrito, lo preside una Enfermera, que debió lograr la amnistía en materia de Salud Pública.
En cuanto al tercer epíteto, no hay más que ver y estar a pie de pueblo y comprobar la infinita capacidad del ser humano para producir excretas de toda índole, dejando un aroma indescriptible para que no haya dudas sobre el cariz de la fiesta que sufrimos los
contribuyentes parroquianos de Santa María de Lieiro. «Hemos venido a emborracharnos...».
La Ley de Seguridad Ciudadana del 2014, prohíbe y sanciona los botellones, con multas hasta 600.000 euros. La Ley 17/2010, de 17 de diciembre, para la prevención del consumo de bebidas alcohólicas, del Parlamento de Galicia, también se la pasan por el arco del triunfo.
Aquí la responsabilidad o incluso la Prevaricación, corresponde al Subdelegado del Gobierno en la provincia de Lugo.
Los de Islas San Cyprianus, tuvimos el 13 de agosto, la misma sensación que se adivina tuvieron los Celtas del Monte Medulio, cuando vieron llegar las falanges imperialistas romanas. Y es que se ha impuesto la subcultura que canta. «Alcohol, alcohol, alcohol... Hemos venido a emborracharnos...».
Atrévanse y hagan una consulta popular entre los habitantes-ciudadanos del lugar.
En circunstancias que he descrito, y que están muy acorde con algunas de las celebraciones populares que tienen lugar en Asturias, como el "Descenso del Sella", no me imagino a mi invitada Espido Freire que acudió para darle contenido cultural a la fiesta, por estos andurriales, ni tampoco entiendo como puede mantenerse la calificación de A Maruxaina como Fiesta de Interés Turístico para Galicia. Desde luego con aquellos presidentes mariñanos: Ramón Díaz "Moncho de Elvira" o Xesús Murados, los iniciadores ya se habrían declarado insumisos con la fiesta del alcohol en nombre de una sirena, que más bien parece una cortesana en la corte de Baco.
Mosquera Mata, Pablo A.