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Con o sin títulos. No es lo mismo.

Mosquera Mata, Pablo A. - lunes, 04 de agosto de 2025
No me contengo. ¡No me da la gana!. No es lo mismo tener que no tener título universitario. Tenerlo cuesta dinero, tiempo y esfuerzo. Siempre he defendido la igualdad de oportunidades para alcanzar la titulación. Pero también defiendo la exigencia que para determinadas funciones, cargos, nombramientos, responsabilidades, deben tener los aspirantes y desde luego los nombrados. No somos todos iguales. Otra cuestión diferente son las reglas de juego que permiten disponer de un título universitario.

Luego están los casos de suplantación, falsificación o simplemente impostura. Tengo un caso muy cerca de mí. Hubo una dama que trabajaba en una notaría de Lugo, pero en mi pueblo de San Ciprián, se dejaba querer como NOTARIA. Eso es falsificar la verdad. Aprovecharse del castellano. Ocupar y ejercer una actividad que no corresponde por no haber título. Se cuenta que la dama hasta por tener tuvo la osadía de apropiarse de protocolos notariales.

Llegados a este momento procesal viene la pregunta. ¿Debería exigirse alguna titulación a los representantes políticos que aspiran o logran ser cargos institucionales ?. Sin duda que sí. Por respeto a los representados. Por respeto al sistema de representación democrática. Por seguridad jurídica para mejor proveer.
¿Los alcaldes deberían ser algo más que alcaldes?. La respuesta es doble. Cuando más prestigio objetivo tenga el alcalde mejor para el ayuntamiento. Cuanta más experiencia profesional tenga el alcalde, fruto de su vida civil, más acertada serán sus decisiones en el cargo. Lo voy a expresar en román paladino. No me gusta que un alcalde sea sólo alcalde. No me gasta que un alcalde sea un ignorante funcional. No me gusta que llegue a ser alcalde un o una indigente cultural.

Por supuesto que a partir de la aseveración que antecede no concibo cargos superiores al de alcalde sin formación titulada. Y es que tal como camina el mundo presente la calidad de la democracia viene dada por la calidad objetiva de los hombres y mujeres que la representan en las Instancias Públicas. Eso de afirmar que cualquiera con o sin título, profesión anterior o simpleza de conocimientos en la sociedad civil tiene el derecho a llegar hasta la cúspide de la pirámide responsable es facilitar el gobierno de los miserables y justificar la demagogia que luego nos afecta en todos los órdenes, incluido el de las dos propiedades que cito Platón. "El dirigente al menos debe ser culto y honesto". Tengo tal respeto por el sistema democrático que como en el mundo antiguo defiendo el gobierno de los mejores ciudadanos.

Defender lo contrario es dejar en manos de la masa informe las grandes y justas decisiones. Una comunidad de vecinos dónde casi todos son obreros poco cualificados que conviven con unos pocos universitarios, hacen de la asamblea la fuerza necesaria para imponer derechos y deberes contra natura y muchas veces contra ley. En la catedral de Notre Dam en París, nunca mandó Cuasimodo. A pesar de ser más popular que el Deán.

La historia está plagada de manipuladores como Rasputín que fueron capaces de cargarse la vieja corte del Zar y en consecuencia crear un caos que cargo las armas para la revolución. Quizá también por estas cuestiones, la revolución francesa que recuerda la toma de la Bastilla por el populacho, luego olvida que para que dicha revolución se convirtiera en el Nuevo Régimen hubo de pasar pos la guillotina a los primeros revolucionarios que tuvieron la facultad de tomar las calles, plazas y palacios. Hasta que llegó Napoleón e instituyó el Imperio -Título-.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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