Opinión en Galicia
Circunloquio
Penelas, Carlos - martes, 15 de julio de 2025

Foto: Emiliano Penelas
No volví a verla. Habíamos creído en la pureza,
en la inocencia, en la fragilidad del alma.
Ahora la memora de ese día en sus ojos de niebla.
Sé desde siempre que hay una perdición,
algo errante que refleja el pavor.
(En aquellos años había mucho tiempo).
Ahora el aire se retira con talismanes ásperos.
Había un fervor clemente en los hados abstractos.
(De mi risa y del infinito detallaré en el alba).
Recuerdo como siempre esta plaza ajardinada
con acacias bordeando un camino rojizo.
Ahora en el ágora se encendieron faroles.
De pronto el ocaso. Y se pierden hamacas,
niños, sueños. Todo es mítico en el declive del silencio.
(Es verdad, ¡había tanto tiempo!).
Mientras, el aire se metía en los tranvías
como en un tinglado de otra infancia.
He olvidado su nombre, sin duda inolvidable.
Otra vez intento descifrar
la niebla flotante de sus ojos de aquella tarde,
la fatiga o la equivocación en la melancolía,
lo irreal, lo alegórico del amor, lo fortuito.
Nadie sabe del absurdo cotidiano,
ni de la hoja distraída cayendo en la impaciencia.
Recordé la historia intacta de mis labios en sus labios,
un lecho desterrado, un libro, la duda.
Un almuerzo, un aliento intemporal en la penumbra.
Las campanadas de un reloj a medianoche.
Y el remordimiento.
Buenos Aires, 11 de julio de 2025

Penelas, Carlos
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