La tercera ley de Newton nos va a joder a todos
Latorre Real, Luís - viernes, 27 de junio de 2025
Soy liberal. No me gustan las cámaras. Creo en la intimidad de las personas y de hecho estoy convencido de que hemos sacrificado ya mucha de nuestra información personal a las grandes compañías que nos siguen con nuestro consentimiento a través de esos complejos ordenadores de bolsillo geolocalizados e intervenidos que llamamos "teléfonos móviles". Pero hay algo que me molesta más todavía y es que los incívicos, los vándalos, los agresores y los criminales se salgan con la suya porque la administración hace dejación de funciones en sus tareas de persecución de los delitos.
La prensa de hoy recoge que, tras una ardua investigación policial, las fuerzas del orden han logrado identificar y enjuiciar a un tipo de 19 años que, a pesar de tener el carnet retirado por conducir a 132 en una zona limitada a 50, provocó un accidente en una glorieta y se largó sin más. ¿Cómo lograron identificar al sujeto? Mirando las cámaras de seguridad.
Sí, tenemos cámaras de seguridad en Lugo, pero para vigilar el tráfico, que parece que es lo único que importa. También las hay en el centro para hacer seguimiento en alguna puerta de la Muralla y, nunca he sabido por qué, en la calle Amor Meilán, que no sé qué hay ahí que tanto interés tenga para la circulación de la ciudad.
No valen para garantizar ni mi seguridad ni la de ustedes, y mucho menos la del patrimonio de la ciudad, puesto que no están orientadas para vigilar eso y, por ejemplo, encontrar a los culpables de tirar la fuente de San Vicente al suelo o atropellar a un pobre señor que falleció en la Plaza del Campo (zona peatonal) arrollado por un camión que, a día de hoy, no se pudo identificar. Son cámaras pensadas para la sanción de tráfico, nada más.
¿Saben lo más hiriente de todo? Que cuando pasa algo las fuerzas del orden se ven obligadas a pasar por la humillación de ir por los locales preguntando si tienen cámaras que enfoquen, ilegalmente, al exterior. Esto es totalmente real, y ya se hacía cuando mi familia tenía el Verruga, que hace 10 años que cerró.
La policía visita locales de la zona cuando hay cualquier suceso y, de buen rollo, te pregunta si tus cámaras de seguridad apuntan al exterior. No les vale como prueba en un juicio, ya que es totalmente ilegal, pero sí para saber qué ha pasado y quién ha sido. Lo de poner cámaras legalmente impecables bajo la tutela de la administración lo dejamos para otro día, que es más cómodo que se coma el marrón el particular y, aunque grabes un asesinato, que no valga para nada la prueba.
También es cierto que las normas no están pensadas para perseguir ciertos delitos, sino para atacar la cartera del bobo que madruga para trabajar y tiene una nómina de la que tirar. Aunque se pille a cierta gente cometiendo delitos, no pasa nada y pueden seguir a lo suyo.
A los hechos me remito: en los últimos tiempos una mujer está robando en las tiendas del casco histórico. Con todo su rostro entra en los locales y coge dinero de las cajas cuando los titulares están despistados. Hay grabaciones en que se le ve con toda claridad robando... pero no pasa nada, porque "es vulnerable". Está embarazada y tiene un crío pequeño que lleva en un carrito que robó de una tienda de la zona lo que, unido a otras circunstancias que no debo mencionar para que no me endilguen un "delito de odio", hace que sea tan inviolable como el Emérito.
Todo está grabado y demostrado, la Policía la conoce perfectamente, pero no pueden hacer nada porque "sólo" ha robado de 500 en 500 euros y claro, se ve que tiene carta blanca por su situación "vulnerable". Repito el término porque me resulta inaudito que, además de cobrar sus ayudas pagadas por nuestros impuestos, tenga esa total impunidad para hacer lo que le venga en gana.
Las cámaras, manejadas por la administración y apoyadas por una legislación razonable, podrían ayudar a reducir este tipo de situaciones, pero ni las quieren poner (porque da mucho chollo procesar a alguien que saldrá a la calle antes que los policías que la detuvieron) ni sé hasta qué punto valen de algo con estas normas que tenemos, que se cachondean del ciudadano que no es un chorizo.
El problema más grave de todo esto es la tercera Ley de Newton, que se descubrió para la física pero me temo que también se aplica a la sociedad: "Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria". Esto, traducido a lo que hablamos, implica que la gente "media", cuando ve estas cosas, se eche en brazos de las opciones más radicales. Es perfectamente comprensible aunque no aconsejable, y si las cosas siguen así no es descabellada una victoria de partidos que en condiciones normales no tendrían la menor oportunidad de asomar la patita en el Congreso o el Senado, pero miren lo que está pasando en Europa, en el mundo...
Si los partidos que se consideran moderados aplican este tipo de medidas lo que van a conseguir es alimentar el cansancio, el hartazgo y la desesperación del ciudadano que paga un alto porcentaje de su salario en impuestos para mantener a quien le está robando con todo el descaro, y eso tiene mal futuro.
No parece una ecuación complicada de resolver. No hace falta ser Newton.

Latorre Real, Luís