Pobres trabajadores y ricos privilegiados
Pena, José Manuel - lunes, 30 de junio de 2025
En política, como en la vida misma, hay personas comprometidas, solidarias o empáticas y otras que únicamente se mueven y relacionan con los grupos más próximos a sus ideologías, estatus o situación profesional. Así han surgido los lugares de ocio y alterne frecuentados, según la catadura moral de las personas; los barrios, calles o urbanizaciones en los que habitan las personas con similares emolumentos económicos; las fiestas privadas y las del pueblo; los hipermercados o grandes superficies, con productos de marca, y los mercadillos del barrio.
Las sociedades modernas ya están divididas entre pobres trabajadores y ricos privilegiados. La clase media ha desaparecido o se mueve entre ambos márgenes de la sociedad. Los primeros no tienen más remedio que adaptarse a las realidades cotidianas compaginando el trabajo, sin descanso y sin apenas vacaciones, con pequeños placeres, mientras que los otros descubren nuevas actividades u oportunidades para que su existencia no sea tan monótona. Buscan incluso lo prohibido o cruzan los límites de la realidad.
La falta de empatía, en mucha gente y personas, convierten el presente en una lucha constante por el poder y los privilegios. Sociedades conservadoras que no quieren oír hablar de cambios o de nuevos Derechos, ellos tienen todo lo que necesitan y el resto de mortales son la escoria necesaria para cumplir sus deseos y engrandecer sus egos.
La lucha de clases no está vigente, en las sociedades adormecidas. Sálvese quien pueda, y el que se muera de hambre, viva en la calle o sufra todo tipo de violencia que se fastidie sin más. No es problema nuestro, ellos se lo han buscado.
Así estamos, en la humanidad.

Pena, José Manuel
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