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La manifa inolvidable

Rodríguez, Xerardo - miércoles, 18 de junio de 2025
Mi amigo Argimiro fue quien me presentó al madero que me hizo pasar tanto miedo en aquella manifa del "Septiembre de Ascón", en el Vigo de los astilleros (1972). Bajaban todos por la que aún se llamaba calle José Antonio, ahora Urzaiz, gritando al unísono...

La manifa inolvidable- Non, non, non... Non se pecha ASCON.

Yo la estaba cubriendo para Radio Popular, que me había empeñado en hacer un especial sobre la situación de los trabajadores del Metal en Vigo.

En esto que viene un coche de los grises mangado, dando sirenazos, se baja un tipo y me pone el cañón de su pistola en la frente...

- ¡Quedas detenido, mamón!

Y allá me metió en el maletero habilitado como celda de aquellos coches policiales a los que llamaban "lechera".

Ni te puedes imaginar el miedo que pasé allí metido. Menos mal que el espectáculo lo había visto José Andrés Hernández, mi director, que llamó a Virginio Fuentes, entonces gobernador y hoy mi amigo feisbuquiano, y la historia se finiquitó con mi puesta en libertad celebrada con aplausos por aquellos metaleros amigos, cuando se disponían a ir todos contra la lechera.

La manifa inolvidable Como te decía, Argimiro me presentó al policía aquel que me puso la pistola en la frente; fue en la sala Nova Olympia, a las tantas de la madrugada y cuando todos estábamos ya un poco cargados por los cubatas.

La guerra ya había terminado y los grises se habían vestido de azul. Me pareció que ambos podíamos simbolizar la paz y le di un abrazo prolongado. Fue lo mejor que hice en mi vida. Porque así me liberé de tanto odio que estaba anidado en mi alma por culpa de aquel fascismo que sufrimos todos, incluso aquel policía que me había confundido con no sé qué dirigente comunista. O eso me dijo como disculpa, veinte años después.

En la actualidad ASCÓN es de los chinos, como medio Vigo; y el sector de la construcción naval parece atravesar sus mejores momentos tras haber vendido a fondos de inversiones la mayor parte de los astilleros privados y familiares. Me alegra que se acabaran aquellos líos propios de la dictadura que nos tocó sufrir... y me encanta, dicho sea de paso, que Felipe González no pudiese llevar a cabo aquella reconversión industrial en el Vigo de 1984 que motivó la mayor manifestación obrera de la historia de la ciudad, con mas de 300.000 participantes.
Rodríguez, Xerardo
Rodríguez, Xerardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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