Recuperemos las parroquias

Decía Don Antonio Machado: "pensar que pensar debía en asentar la cabeza..."Más tarde Julián Marías, gran discípulo de Ortega, lo completó: " no basta con preocuparse, hay que ocuparse y para ello no es suficiente con el ejemplo propio, hay que difundir la iniciativa...".
Todo viene a cuento de ese "guadiana" que de vez en vez muestra la desertización del medio rural, el abandono de nuestras históricas parroquias, sólo los viejos gallegos se aferran al lugar y por eso dejan nacer eucaliptos.
Pero deberíamos reflexionar y reivindicar lo nuestro. Galicia es costa desde el EO hasta el Padre MIÑO. Galicia son ciudades dónde se concentran los servicios y equipamientos modernos. Pero nuestra histórica Galicia son las parroquias -3.771- y lugares. Ese mundo rural con casas de piedra y grandes chimeneas que alguna vez dieron salida al humo de una lareira. Galicia está siendo descubierta por el turismo. Naturaleza, clima suave, hospitalidad, buena mesa y ese patrimonio histórico, costumbrista, cultural...
Pero resulta curioso. Mientras la juventud grita que faltan viviendas para su independencia, en el medio rural sobran o están cerradas. Y aquí una vez más debo regresar a mis recuerdos en el país de los vascos.
Las Instituciones Forales Vascas -Gobiernos-Diputaciones y Juntas Generales-Parlamentos Territoriales, cada ejercicio aprobaban el Plan Foral de Obras y Servicios. Una norma que dotaba y garantizaba servicios y equipamientos de calidad a las denominadas ENTIDADES LOCALES. Y así, mediante un mínimo común para todas, se garantiza esa calidad de vida capaz del mantenimiento poblacional y ejercicio de la ciudadanía vasca en igualdad de condiciones aún viviendo en medio rural o medio urbano.
En el peor de los momentos económico social por gravísima crisis industrial -astilleros, construcción, industria del acero- llegando a un 25% de tasa de paro por población activa, con bolsas de pobreza, el Parlamento Vasco al que yo pertenecía puso en marcha un plan para recuperar el medio rural, enseñar en régimen cooperativista a sus habitantes la explotación del sector primario, su comercialización y el acceso a viviendas en tales entidades locales. ¡Fue un éxito!. Evitó la marcha migratoria de los más jóvenes, que tuvieron alternativas y descubrieron la calidad de vida que existe en el medio no urbanita. A lo que antecede se añadió la primera puesta en marcha de los contratos relevos en la industria, las 35 horas semanales, todo ello con el fin de repartir el empleo entre veteranos y noveles en la lucha contra el paro y su derivada la pobreza.
Deberíamos impulsar y alentar el talento de los creativos. Copiar los métodos que se han aplicado en otros mundos. Usar la Autonomía para el servicio de las demandas. Ya está bien de hacerse trampas en el solitario. Los excedentes de la industria no pueden aspirar a ser baristas. La alternativa a la inflación en el mercado de la vivienda no puede ser una habitación con derecho a cocina. El parque de viviendas no puede tener como fin económico la vorágine turista que lo deja todo perdido y hace crecer los precios contra el poder adquisitivo de sueldos y pensiones. Pero el patrimonio de la vivienda particular no puede estar asustado por el fenómeno ocupa o la política fiscal confiscatoria.