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Las 5 rutas más espectaculares del Camino de Santiago y cuál elegir según tu perfil de viajero

O mundo de Internet - martes, 13 de mayo de 2025
Hay viajes que se hacen con los pies, y otros que se hacen con el alma. El Camino de Santiago tiene un poco de ambos. Las 5 rutas más espectaculares del Camino de Santiago y cuál elegir según tu perfil de viajero Lo mejor de todo es que es posible elegir, que no hay un único camino, sino muchos, aunque todos terminen en la misma Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela.

En cualquiera de las rutas posibles, que no son pocas, el peregrino se abre a una experiencia que transforma y que nunca olvidará. Sin embargo, antes de echarse la mochila a la espalda, conviene hacerse una pregunta clave: ¿cuál es el camino a elegir? ¿Qué ruta voy a disfrutar más?
Como cabe suponer, no es lo mismo caminar por entre bosques y montañas que teniendo al mar como compañero. No es lo mismo ir solo que acompañado. Hay quien busca conversación y quien necesita silencio. Afortunadamente, las rutas del Camino de Santiago son tan diversas como los peregrinos que las recorren. Es importante a la hora de elegir que el camino encaje con la personalidad, el ritmo, las expectativas y las condiciones físicas de cada caminante.

Dedica un tiempo a pensar
No hay una fórmula mágica, pero sí conviene tener en cuenta algunos factores: ¿cuántos días vas a dedicarle? ¿Qué experiencia se tiene caminando largas distancias? ¿Prefieres dormir cada noche en un albergue compartido o antepones algo más tranquilo? ¿Quieres el contacto con la naturaleza, aprender de la cultura de los lugares que cruzas, es un reto físico, emocional... o todo a la vez?
Elegir bien te ayudará a disfrutar más, y evitará que te frustres por el camino. A continuación, se presentan las cinco rutas más populares que, por belleza, historia o carácter, también destacan como algunas de las más espectaculares. Y, sobre todo, se describen para quién puede ser cada una.

1 Camino Francés
Para quienes caminan por primera vez o quieren vivir un Camino más social
Es el más conocido, el más transitado y también el más completo. Sale de Saint-Jean-Pied-de-Port, en Francia, y cruza Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia. Un viaje de casi 800 kilómetros que combina ciudad, campo, historia y humanidad.
Si nunca has hecho el Camino, esta ruta es una gran opción. Está bien señalizada, hay albergues en casi cada etapa, y siempre encontrarás compañía. No vas a caminar solo si no quieres. Y eso tiene su magia: cada día cruzarás historias, acentos y rostros nuevos.
Claro, tanta popularidad también significa más gente, sobre todo en verano. Pero si vas con la mente abierta y ganas de conectar, será la mejor puerta de entrada a este mundo.

2 Camino del Norte
Perfecto para quienes buscan mar, naturaleza y cierta paz
Este camino es una caricia para los ojos. Desde Irún hasta Santiago, la ruta bordea la costa del norte de España, pasando por el País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. Acantilados, playas escondidas, caseríos, verdes infinitos... Es un regalo constante.
No es una ruta sencilla: hay subidas, bajadas, y el terreno puede castigar las piernas, pero la recompensa está en cada curva del paisaje. Además, hay menos peregrinos, así que, si lo tuyo no es la multitud, aquí vas a respirar libertad y paz.
¿Lo mejor? La mezcla entre tradición y autenticidad. Es menos turística que el Camino Francés, pero igual de rica en cultura, en sabores y en emociones.

3 Camino Primitivo
Para quienes buscan el reto físico y la conexión con la naturaleza
Hay algo especial en caminar por la misma ruta que siguió el primer peregrino conocido: el rey Alfonso II en el siglo IX. Desde Oviedo hasta Santiago, el Camino Primitivo no es el más largo -alrededor de 310 km- pero sí el más intenso
Las etapas son exigentes, el terreno montañoso y el clima puede sorprender. No es para todos, pero quien lo hace, lo recuerda siempre. Aquí, la naturaleza manda: hay bosques cerrados, senderos antiguos, niebla en la mañana y cielos limpios por la tarde. También hay silencio. Mucho. Y eso, para una buena cantidad de peregrinos, es justo lo que buscan.
Es ideal para para aquellos que ya poseen cierta experiencia o tienen ganas de ponerse a prueba. Pero también para quienes quieren escuchar su propio paso sin ruido alrededor.

4 Vía de la Plata
Una aventura para los que caminan sin prisa y aman la soledad
Desde Sevilla hasta Santiago, cruzando de sur a norte la península, esta ruta es larga, solitaria y profundamente hermosa. Aquí no hay albergues cada diez kilómetros ni bares llenos de peregrinos. Aquí hay campo, historia, y tiempo. Mucho tiempo.
No es la mejor opción si solo tienes una semana o si te inquieta la idea de caminar varios kilómetros sin cruzarte con nadie. Pero si disfrutas de tu propia compañía, si te atraen los paisajes abiertos y si buscas una experiencia íntima, la Vía de la Plata es una joya.
También es una forma de descubrir otra España, la de la Extremadura rural, los pueblos blancos, las ruinas romanas y las sobremesas largas.

5 Camino Portugués
Cómodo, amable y con mucho encanto: una opción equilibrada para todos
Sale desde Lisboa o desde Oporto, aunque mucha gente empieza en Tui para hacer solo los últimos 100 km (los necesarios para obtener la Compostela). Es un camino amable, bien organizado y con una mezcla deliciosa entre cultura portuguesa, bosques gallegos y pequeñas ciudades con historia.
Tiene menos desniveles que otras rutas, y eso se agradece. También tiene una gastronomía de esas que hacen que el peregrino se levante con ilusión cada mañana. Es perfecto si vas por primera vez y quieres hacerlo a tu ritmo, sin demasiadas complicaciones.
Además, combina bien el silencio con la compañía: hay tramos más solitarios y otros muy animados, así que tú eliges cómo vivirlo.
Consejos para elegir (y disfrutar)
- Menos, es más: no necesitas hacer 800 km para vivir el Camino. A veces, cinco días bastan para reconectar.
- No te obsesiones con la Compostela. Lo importante no es el certificado, es lo que pasa mientras caminas.
- Prepárate un poco físicamente, sobre todo si eliges rutas exigentes. Un par de caminatas semanales antes del viaje van a marcar la diferencia.
- Elige bien la época: mayo, junio o septiembre son ideales. Evita agosto si no te gustan las multitudes... o el calor sofocante.
- Y, sobre todo, escucha tu cuerpo y tu intuición. El Camino enseña a confiar en uno mismo más de lo que creemos.
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