Las tropas llegando al Castro de A Castronela. Foto: El Progreso
Como les dije el viernes, el fin de semana tuvo lugar el Friulio y, en esta ocasión hizo honor a su nombre e hizo un frío terrible. Coincidió un tiempo bastante malo el sábado y espantoso el domingo, e incluso se tuvieron que suspender actividades del segundo día porque la lluvia no daba tregua.
Sin embargo, a pesar de todos los inconvenientes, el calor de A Castronela y de Friol compensó el mal tiempo ampliamente y tuvimos la suerte de que el sábado por la tarde la lluvia se contuvo y pudimos hacer el acto principal: desfile de las tropas, escaramuzas y rendición del castro que, políticamente correcto, se tramita como una "firma de la paz".
Contradictoriamente el mal tiempo pudo asustar a mucho público (de hecho, había menos gente que otros años, pero es perfectamente comprensible) pero no a las asociaciones, que participamos en más número que en ediciones anteriores. Eso se ve fácilmente en la comida que dan el sábado a mediodía en el pabellón deportivo municipal, que estaba más lleno que nunca. Además, hay que decir que la comida fue muy rica y muy bien atendida, lo que es dificilísimo cuando hablamos de cifras como esas.
Lo más espectacular y destacable fue que se crucificó a un castrexo para dar una lección a los que se resistían, para sorpresa y algo de susto de todo el público. Es una imagen aterradora incluso sabiendo que es un montaje teatral.
Hace 12 años, cuando comenzó a andar el Senatus Lucus Augusti, asociación de la que tengo el honor de ser miembro, nuestro primer Arde Lucus incluyó también una crucifixión en el Circo, y aunque en los ensayos manteníamos el tipo perfectamente no fue hasta el día de la actuación cuando se subió a un actor a la cruz realmente... y después nos contaba que las caras de susto que teníamos eran dignas de ver.
No quiero terminar este breve agradecimiento a la organización de A Castronela y el Ayuntamiento de Friol por la invitación a participar sin tener una mención especial a los compañeros de otras asociaciones que protagonizaron la gran batalla final, sobre todo a los "fallecidos". Estar tirado más de media hora en el suelo mojado con el frío intenso que hacía no es ninguna broma, sobre todo uno de los participantes que se tiró al río y salió mojado y que espero que hoy no esté ingresado en el HULA, porque no era para menos.
El Friulio 2025 ha concluido con algo menos de público sí, porque se mandó a las tropas a luchar contra los castrexos no contra los elementos, pero con el mismo calor, cariño, intensidad y diversión que en ediciones anteriores.
Para el de 2026 habrá que llevar huevos a Santa Clara a ver si así...
El Presidente del Senatus Lucus Augusti recogiendo los tradicionales panes y quesos
que cada año nos obsequian (¡y buen obsequio que es!)