
Cuando uno mira los graves problemas que tenemos en Lugo, donde después de gastarse más de ocho millones de euros en losas para empedrar el centro, convirtiéndolo en un páramo gris, todo sigue patas arriba y encima cuando acaben habrá que hacer más obras para arreglar las calles destruidas en el proceso, tiene ganas de salir corriendo.
Este fin de semana tenemos una excusa fantástica para huir a una población vecina, en que el paisaje es magnífico, la comida exquisita y la gente te trata como a un príncipe. Hablamos de Friol, que mañana y pasado celebra el 7º Friulio, la fiesta de recreación castrexo-romana a la que he ido todos los años desde que el Ayuntamiento de Lugo nos lo quiso impedir. A veces a los humanos, sobre todo a los que tenemos la fortuna de vivir en este santo país, no hay nada que nos anime tanto como una buena prohibición.
El Friulio es una fiesta estupenda. Cada edición tiene alguna novedad, pero sigue un esquema similar (cosa que no tiene nada de malo ya que los toros llevan corriendo en San Fermín desde hace 600 años y a nadie se le ocurre alternar a los bichos y poner encierros con gatos o con cebras) que viene a ser que las tropas romanas llegan al entorno del castro, y los pobladores del mismo secuestran a una mujer del campamento invasor. Tras una gran batalla, los romanos y los castrexos firman una paz sellada por la devolución de la moza y todos brindamos por el entendimiento entre los pueblos.
Evidentemente es una visión un poquito sesgada de la historia, pero suele pasar porque en el Arde Lucus también se nos vende que los autóctonos tenían la menor posibilidad de plantar cara a la todopoderosa maquinaria de guerra romana
Bueno, son licencias poéticas que nos podemos permitir siempre que la gente no se las tome demasiado en serio (cosa que, lamentablemente, sucede y se piensan que esto era como la aldea de Astérix).
Presentación del Friulio 2025
Lo que se transmite en Friol es un montaje estupendo, con un telón de fondo incomparable con ese Castro que año tras año van mejorando y que está en un entorno natural que da gusto visitar en cada Friulio, lo que además se adereza con la amabilidad, simpatía y buen rollo de A Castronela, la asociación que organiza la fiesta en coordinación y armonía con el Ayuntamiento de Friol. Eso da una envidia que para qué les voy a contar. Se llevan tan bien que estoy seguro de que ni siquiera amenazarían a los asociados con acciones legales si fueran a promocionar la fiesta en Fitur de la mano de otra administración.
No les voy a relatar el programa de actos porque se lo pongo a continuación y acabamos antes, simplemente les animo a ir. Si les apetece, allí nos veremos, porque siempre es un placer ir a Friol.