Dedicado a todas las escritoras y escritores que comparten el placer de escribir.
Una dedicación especial para aquellas y aquellos que pusieron su corazón y su espíritu
en la publicación que tengo en mi manos: Un canto a Galicia.
Uno de estos domingos les traeré un hermoso texto en prosa titulado: "Camino de Santiago entre volcanes".
Se trata de mi modesta aportación a un ambicioso trabajo capaz de motivar, poner en marcha y emocionar a un centenar de escritoras y escritores con un tema común: Galicia.

No podía dejar en el tintero una fecha tan especial, este veintitrés de abril, sin recordar a tantos autores y a tantas obras literarias que me han hecho sentir, soñar, vivir emocionado. Sea este artículo un humilde homenaje y recuerdo para el Premio Nobel recién fallecido, Mario Vargas Llosa, genio literario que animó siempre a los escritores noveles como nos revelan algunos de ellos en sus sentidos pésames y recuerdos -Voz de Galicia, El Progreso...-.
Pero este abril del año dos mil veinticinco es para mí más especial pues dos publicaciones recientes descansan sobre mi mesilla de noche y en ambas me siento partícipe, no sólo por formar parte de ellas, sino por el calor y la pasión que provocan en mí el contacto directo a través de la lectura con la creación literaria y el mundo natural.
Al Memorandum del Colectivo Ecologista Turcón, extenso e interesantísimo Dossier sobre el movimiento ecologista en Canarias y su historia, ligada a la del colectivo ecologista Turcón, dedicaré el primer domingo de junio, un merecido artículo a tan extraordinaria como extensa labor altruista llevada a cabo por centenares de personas -millares si tenemos en cuenta todas aquellas que han mostrado su apoyo participando en tantos actos y tantas salidas al medio natural en Gran Canaria y otras islas y acompañando en viajes programados por el Colectivo tanto por Europa como por el continente americano-, que han formado parte de esta larga singladura en aras del conocimiento, respeto y defensa del mediambiente.
El otro libro es el que tengo ahora ante mis ojos, junto al ordenador. Exhibe una simbólica portada: la parte superior de un cruceiro tallado en granítica roca y bañado con las primeras luces del amanececer, destacando sobre un cielo azulado, salpicado apenas por blanquecinas nubes que revelan con velados añiles y atenuadas tonalidades grisáceas que la tierra que representa la ilustración es fruto de la lluvia, una lluvia que siempre se presiente aunque no siempre se manifieste, un cielo cargado de vida que se traduce en una tierra verde, en ríos y cascadas -nos gusta a los gallegos llamarles fervenzas-, en pastizales y bosques, en vida natural y salvaje.

Junto al cruceiro, a su derecha, el título de la publicación: "Un canto a Galicia". Bajo el título, la autora que dirige y coordina, Berbel -nombre con el que se conoce a una mujer de biografía extraordinaria: poetisa, narradora, pintora, ilustradora, guionista, directora de cine, educadora, investigadora literaria, fotógrafa... Su nombre María del Pino Marrero Berbel-.
Ya en la parte baja de la portada el nombre de la editorial: Beginbook Ediciones.
Ahora, que tras el pistoletazo de salida de una fecha tan emblemática, pasaremos abril, mayo, junio, julio, agosto y septiembre de Feria del Libro en Feria del Libro, la recomendación de esta publicación es para mí, importante.
Si ustedes estiman exagerado el largo ciclo de un semestre para la realización de Ferias del Libro, les recuerdo que así como en diversos municipios de la isla de Gran Canaria lo habitual es realizarla en los meses previos al verano, en mi tierra natal, Galicia, son los meses veraniegos los más propicios para llevar a cabo dichas celebraciones, pues los tiempos son más benignos, hay mucho más público -las costas se llenas de turistas y los caminos jacobeos y pueblos del interior de Galicia se llenan de peregrinos-, los actos son más vistosos y mejoran sus ventas las editoriales y los libreros.
Yo no sé cuando se va a presentar este libro, ni cuándo, ni dónde, pero me agrada y mucho sentir el calor y el cariño de otras plumas, de otras formas de expresión, de otras palabras, de compartir ilusiones y saudades, morriñas y sentimientos.
Su sosegada lectura me permitió analizar interesantes detalles que justifican de por sí su policromía literaria. El primero es el amplio abanico de profesiones que declaran ejercer sus autoras y autores, profesiones que unas veces se solapan, otras se complementan con un abanico enorme de inquietudes artísticas. Para mí se semeja tan enriquecedora variedad a un cuerno de la abundancia, capaz de englobar en sí una interesante muestra de sentires y pareceres, de emociones y pensamientos, de alegrías y dolores, de presencias y ausencias, hilvanada magistralmente en formato literario.
Y así se nos muestran investigadoras, docentes, pedagogas, logopedas, psicólogas, psicoterapeutas, terapeutas, mediadoras familiares, orientadoras, doctores en Historia, arquitectos, traductoras, periodistas, empleadas de hostelería, amas de casa, funcionarias, presentadoras de programas radiofónicos, editores literarios, editoras y redactoras editoriales, educadores ambientales, sanitarias, mecánicos de barcos, administrativas, técnicas administrativas, estudiantes, empresarios, agricultores y hosteleros.
Y cada una de estas personas se siente narradora, poeta, ensayista, guionista, dramaturga, novelista, rapsoda, artista de la palabra, artista multifacética, artista multidisciplinar, ensalzadora del verso, activista cultural, integradora social, actor, actriz, artesana, artista plástico, cantautor, timplista, comunicador, comunicadora, narradora oral, contadora de cuentos, promotora cultural, pintor, pintora, pianista, musicólogo, poeta satírico, monologuista, cantante cómico, coach en gestión emocional, gestor cultural, gestora social, viajero de caminar pausado, cineasta, productor, fotógrafa, dibujante, ilustrador, diseñadora gráfica, tallerista literaria, artista visual, divulgador filosófico y cultural, especialista en terapia a través del arte, ecologista, feminista, comentarista, marinero en tierra, bailarín, coreógrafo, amante de la cultura.
Ha sido tan emocionante el encuentro literario con todos ellos, con todas ellas a través de esta publicación que, sin conocerles más allá de sus telegráficas presentaciones, sus palabras se me antojaron cercanas, familiares, capaces de trasmitirme su querencia por Galicia a través de la emoción y el sentimiento.
Es por ello que poco les voy a mostrar pues quiero que sean ellas y ellos quienes lo hagan a través de sus palabras. Sólo acercarles algunos retazos de sus prosas y poesías. Excúsenme si en esta breve selección sólo se encuentran escritoras y poetisas. Sinceramente, su prosa y sus versos me emocionaron.
Manifiesta Isabel Montero ser una ciudadana del mundo que escribe desde siempre como único modo de drenar el alma. Por su parte, Leonilo Molina Ramírez nacido el mismo año que yo, el cincuenta y seis, le caracteriza ser docente jubilado, justo como yo, abuelo en ejercicio, como yo y necesitado de la lectura y la escritura como aliento vital. Comparto también esta singularidad aunque, en mi caso, el escueto binomio lo convierto en un feliz trinomio: lectura, escritura y viajes.
Manifiesta Rosa María Ortega Martínez-Polo ser una escritora de poemas, relatos y cuentos infantiles, en búsqueda persistente de la magia creativa, y Teresa Ojeda se presenta como escritora y peregrina de sueños.
En suma, "Un canto a Galicia" es un canto a la diversidad. A la diversidad de género, de edades, de países, de caminos, de vidas, de ilusiones, de sueños.
He realizado su lectura pausada al menos tres veces. He leído alguno bastantes más. Una y otra vez supuso un regalo sentir las vibraciones de sus textos, el sentimiento de la tierra y la pulsión de sus experiencias vitales.
"El verso hay que dejarlo
que vuele en albedrío;
que huya en desbandada
como un pez en el río".
Así inicia su poesía la escritora y rapsoda Carmeliña García Pereira.
No podré dar fe de todas las joyas literarias, de los relatos y poesías contenidos y contenidas en esta publicación, pero será suficiente para que, si desean conocerlos, acudan a las librerías o a las bibliotecas en busca de Un canto a Galicia.
La escritora canaria Martina Villar inicia su relato con una emoción:
"Mi padre nació en las tierras del Alto Miño, en el bosque sagrado de Augusto, a escasos kilómetros del fin del mundo".
El dolor se muestra, frío y descarnado, en los versos de la periodista y contadora de cuentos Noemí Martín González:
"Saudade, saudade.
A orillas del Sar, muere Rosalía.
Aves y luceros lloran ese día.
Galicia se duele. Tristeza, morriña...
La vida que muerde.
Saudade, saudade."
Almudena Medina Mejías vive en Tunte, entre mares:
"Entre mares, pensé en toda las posibilidades que me esperaban.
Entre mares, sentí el desgarro de dejar atrás una vida entera.
Entre mares, no sabía si algun día podría volver.
Entre mares intuía, que lo que hacía era lo mejor que podía hacer".
Amparo Estévez, aún está en el Camino:
"Senderos verdes guían mis pasos de peregrina por los mil caminos que transito en esta nueva aventura, mis viejas y gastadas botas canarias han llegado hasta Galicia, tierra de duendes y meigas."
La Galicia meiga de Margarita Otero Solloso es musicalidad en estado puro.
"¿Estará Galicia vestida de encinas,
soñando en sus rías con mares de tul?
¿Cantarán las meigas susurros de luna,
tejiendo con sombras un manto de azul?"
Rosa María Sánchez, Adriana Nazca, nos sorprende con: Un recuerdo a Galicia.
"La Meiga.
Era una meiga tan desorientada que había olvidado la entrada a su propio cuento..."
Y así, con estos breves retazos de la poética y narrativa de siete artífices de la palabra, quiero celebrar con ustedes el Día Internacional del libro, una festividad que les recomiendo celebren, como yo, cada día.
José Manuel Espiño Meilán. Escritor, viajero de caminar pausado, ecologista y educador ambiental.