¡Qué hermosa imagen para llevarte de recuerdo de Lugo!
Que las normas están para cumplirlas es un mantra que los responsables políticos utilizan... para que las cumplan los demás. Ellos creen que están por encima del bien y del mal y consideran que tienen el privilegio, cuando no la bula, de saltarse leyes, reglamentos u ordenanzas para hacer lo que les venga en gana.
Eso explica, por ejemplo, que siga instalado en la Vieja Cárcel una bandera de Palestina, que en Museo Provincial ondee en solitario la bandera gallega, o que en la fachada del Ayuntamiento haya una pancarta contra la planta de biogas de Coeses. ¿Para qué vamos cumplir con las leyes si podemos imponer nuestros criterios particulares usando los votos como excusa? ¿Qué será lo próximo?
La normativa indica claramente que no se pueden poner en edificios públicos más banderas que las legalmente establecidas y que han de estar en determinado orden y lugar: local, autonómica, nacional, la de la Unión Europea y algunas en casos particulares como puede ser la provincial en la Diputación. No se permite que la bandera gallega ondee en solitario como está en el jardín del Museo Provincial, pero no pasa nada porque escudan su arbitrario incumpliento en una ideología no avalada por las urnas si no es con la complicidad de otros partidos.
Pero los criterios políticos están por encima de las leyes que el resto de los mortales hemos de obedecer y por eso tenemos la bandera de Palestina, un lugar donde los homosexuales son colgados de grúas y las mujeres están subyugadas a la voluntad de los hombres (padres, hermanos y maridos), o un cartel contra una planta de biogas que ya ha sido denegada y el expediente archivado por la administración autonómica.
Me imagino que los que apoyan este disparate saldrán con las frases rimbombantes de costumbre: "pues sí, es un hermoso recuerdo de un pueblo luchando por la limpieza de sus aguas" y esas cosas. El problema es que la planta está denegada y el expediente cerrado. ¿Se puede abrir otro? Claro que sí, pero entonces pongan otra vez la pancarta o, lo que es mejor aún, que el Ayuntamiento, que no olviden que es el que da la licencia, la deniegue.
En todo caso, incluso pudiendo coincidir con alguna reivindicación (me veo venir también un "tú estás a favor de la planta de biogas", ignorando lo que están leyendo), no viene ahora a cuento porque la ley no distingue entre objetivos, es llamativo que la foto que se llevan los turistas de la sede de la administración local de nuestro Lugo, incluya una pancarta ilegal contra un tema a día de hoy inexistente. Bonito recuerdo.