En la era digital en la que vivimos, resulta cada vez más evidente que ciertos sectores de la población necesitan un apoyo adicional para adaptarse y desenvolverse. Uno de estos grupos son las personas mayores de 65 años, quienes a menudo se encuentran con obstáculos que dificultan su interacción con los servicios públicos y privados. ¿No sería beneficioso crear espacios dedicados en los bancos, ayuntamientos, gobiernos autonómicos y hospitales para este colectivo?
Esta propuesta no solo facilitaría el acceso a los servicios, sino que también demostraría un compromiso con la inclusión y el respeto hacia nuestros mayores. Estas oficinas especializadas podrían contar con personal capacitado para asistir en tareas que, aunque puedan parecer sencillas para las generaciones más jóvenes, representan verdaderos desafíos para quienes no crecieron en un entorno digital.
Vamos a suponer, solo a suponer, que en las oficinas bancarias y en los ayuntamientos, a alguien se le ocurriera crear una oficina para mayores. Bueno, y ya sería la reoca que esa oficina existiese también las comunidades autónomas y en los hospitales. Y para qué?.
Las personas mayores de 65 años constituyen más del 20% de la población. Pueden experimentar una disminución en la velocidad para realizar ciertas actividades y enfrentar desafíos en el uso de tecnologías digitales.
Si en nuestro banco, ayuntamiento, sedes del gobierno de la Comunidad y hospital existiese una oficina dedicada a los mayores, donde se les atendiera, se les escuchara y se les facilitaran los trámites necesarios, todos resultaríamos beneficiados.
Las personas mayores se beneficiarían de dar menos vueltas preguntando, especialmente en la burocracia municipal. Las oficinas facilitarían la gestión y los bancos, ayuntamientos, hospitales y oficinas de gobiernos autónomos mejorarían en eficiencia y agilidad.
No se está proponiendo algo fuera de lo común, me parece a mí...
