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Proyecto FICOS - IX

Ávila Soto, Federico - miércoles, 09 de abril de 2025
"La cosa pública", materia y objetivo científico

1 de Julio del 2009

Estos últimos días, vengo pensando a diario, acerca de la influencia que ejercería sobre la sociedad adulta, de aplicar el sistema administrativo que yo denomino "FICOS".
El sistema es en esencia, la culminación de un trabajo científico, aplicado a la administración de la cosa "Pública", o si se quiere entender, a la organización social en todo lo que afecte a toda relación humana en todos sus aspectos, dirigido a conseguir que la inteligencia y el saber, en el plano individual y particular, esté al servicio de la comunidad, del respeto, de la colaboración, de la convivencia, y de garantizar las seguridades que todos precisamos.
En las vueltas que le doy a la cabeza, me atreví a insinuarle un poco a mi esposa de lo que estaba a idear. En el momento que ella entendió eso de: "aplicar una administración con carácter científico", me respondió que no, que eso de la ciencia no se podía aplicar a la relación entre las personas, pues, somos muy variados y abismales en el comportamiento. Sonreí un poco, al darme cuenta de la diferencia abismal de pensamiento. Su razonamiento es impecable en las sociedades que vivimos, pero yo estoy en otros mundos que aún no están hechos, y todo está por descubrir y de poner en práctica.
Le dije: imagina que cuando nació "Juan", -el yerno de la vecina- fuera en el seno del "sitio adecuado", en la "sociedad adecuada"; al conocer a su hija, dificilísimo sería que llegara a esa edad en el estado que llegó, -viciado, egoísta, avaricioso, presuntuoso y con mil defectos ocultos que trata de justificar-. Lo mismo le sucedería a su hija que, al no haber ese sistema científico que canalice los comportamientos humanos en las relaciones de todo signo, y el correspondiente trato administrativo que diferencie la calidad humana, viven sueltos de eses controles, dando pie, a que muchos desenvuelvan capacidades muy negativas, que en el transcurrir de la vida van ir poniendo en práctica. Así pasa que, ahora esa hija, se contenta interiormente, achacando muchos males al tipo de enfermedad que dice tiene su esposo. Ese tipo de enfermedad que está relacionada directamente con el comportamiento diario, tanto en el hogar como en la escuela, en la calle o en el trabajo; de darse "en el sitio adecuado" y en "la sociedad adecuada", ya serían de inmediato y de pequeño, -cuando el árbol aún es nuevo- controlado y tratado, impidiendo llegue a adulto en la situación que llegan tantos millones, en las actuales sociedades que heredamos.
Así también, le dije a mi señora: ¿imaginas que cuando nació tu madre, fuera en ese sitio adecuado que digo?, seguiría viviendo tu abuelo, tu madre y tu padre serían personas normales, pero, con un nivel social y humano muy elevados, lo cual sería, traspasado a sus hijos, a ti, a tus hermanos y hermanas, en vez de lo real que sucedió en vuestras vidas... ¡Terminó por darme la razón, desde el punto de vista de esa posibilidad de conseguir una sociedad adecuada!
La realidad es que se precisa esa administración, y se precisan esas personas que le vayan dando forma. De perfeccionarla en un principio, en el campo teórico, en el que se expongan todas las posibilidades lúcidas e inteligentes, que conformen el armazón principal, y dé visiones seguras a seguir.
Digo que se precisa esa administración que yo tengo en mi imaginario cerebro porque, honestamente, ¿puede alguien decir, que lo que tenemos está bien? ¿Qué es lo máximo a lo que podemos aspirar? Pienso que, a los que no le importa el honor, la ética, la moral, el respeto, la convivencia pacífica, la naturaleza, la cultura y tantos otros valores salidos de la construcción humana, sí dirán que estamos en el mejor de los mundos posibles; eses de la..., democracia, eses de las monarquías hereditarias, eses del imperio de las multinacionales, que ponen y sacan gobiernos, eses de los servicios secretos de unos y otros países, que organizan toda caza de brujas que uno pueda imaginar al servicio de unos pocos..., de las élites; eses que dominan y manipulan información a nivel nacional e internacional, eses que roban los patrimonios que pertenecen a todos, en un sofisticado sistema económico y financiero que nos despluman, y nos convierten en esclavos al servicio de los elegidos.
Todo está putrefacto y mal oliente en la organización administrativa de las personas humanas en, prácticamente el 95% de todas las administraciones a nivel global. Si tuviéramos una máquina, un aparato técnico que pudiera medir, controlar, analizar y emitir los resultados de una investigación minuciosa, precisa y exacta del trabajo administrativo de las sociedades, el resultado sería verdaderamente asombroso de ver cómo, las energías productivas de todos, se convierten por obra y magia, de esa administración, en privilegio de unos pocos. Y que estos, utilizando esa administración, tendrán siempre cautivos a la masa social, al pueblo, a los pueblos.
Es necesario razonar adecuadamente, acerca de conceptos en los que se asientan las sociedades. Esas que digo democrática, monárquicas, globalizadas..., que conformaron un pensamiento y una práctica que esclaviza a las personas, en un juego de élites vedado a la gente común.
Para empezar, diré que la propiedad no existe. Ese concepto de uso de algo, pasó a conformar un concepto equivocado al sustraer ese uso, dándole rango legal en un "Derecho", conformado para tal acción de sustracción. Y digo que la propiedad no existe -en las personas- porque morimos, porque dejamos la vida, y porque verdaderamente, el único propietario de todo, es la Tierra, el ser y la vida que nos dio las formas y las maneras, para que podamos tener luz por un tiempo definido. El concepto de propiedad nace, en la sustracción en el uso de las cosas comunes que, la inteligencia de carácter negativo -se le llame avaricia, egoísmo, usura, ambición, envidia, ruindad- induce a la persona, al disfrute de algo solo para sí y en exclusiva. Al multiplicarse esta acción, progresivamente se va conformando la división, se va conformando la lucha, se van conformando las pasiones e instintos de supervivencia, que dan en las disputas, engaños, peleas, robos, asesinatos, amenazas y un largo e-c-e-t-e-r-a que termina todo, en la regularización de todo el conflicto generado, por un concepto que, al regularlo, beneficia siempre a las clases pudientes. Y para darle continuidad a ese concepto de propiedad, nada mejor que crear el concepto de herencia, para que esa propiedad se consolide, en la imaginación del poseedor porque, sabiendo que hizo uso exclusivo de un algo, y sabiendo que no lo puede llevar consigo en su último viaje, se conforma anímicamente, antes de morir, de dejarlo a alguien de su preferencia, o familiar.
Todo esto, regulariza unos sentimientos y unas acciones en vida que, al no disponer de sociedades organizadas socialmente, hace que, individualmente y colectivamente, se impongan los criterios de los más fuertes, tanto física como mentalmente, o como privilegiados de las élites sobre los más débiles.
Ávila Soto, Federico
Ávila Soto, Federico


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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