Proyecto FICOS - VIII
Ávila Soto, Federico - lunes, 07 de abril de 2025
Razonamientos básicos, para entender la vida y la inteligencia (2)
(viene del día 2 de abril pasado)
El instinto animal es el que vence, ¡por el momento! El pasado, la historia de la humanidad, analizándola críticamente nos enseña, que la inteligencia dio en conformar un poder o poderes, y someter a los demás, a los iguales, a los designios y caprichos de los poderosos. Así se conformaron las élites, y se les fue dando nombres diversos según el lugar. De faraones, reyes, emperadores, caudillos, zares, césares y muchos más nombres que significan lo mismo: poder absoluto, está llena la vida de la especie humana, y como tal, lo vivido, bajo todas esas formas absolutistas del poder.
De los poderes absolutos, pasamos a poderes tele dirigidos, con artificiosas tela-arañas que nos mueven a todos al son de los de siempre, de las élites que acaparan poderes en lo económico, en lo político, en lo militar, en lo religioso, en las mafias y organizaciones secretas que operan en la clandestinidad, moviendo flujos económicos, que manejan entidades y personas que escapan al control público. La forma de gobernar y administrar, de hacer política y justicia, está completamente desfasado y al servicio de las élites y su poder. Tratar de explicar esto sería inútil pues, ya está más que explicado y visto en todos los cantos de la vida, desde el más pequeño de los núcleos habitados, hasta las grandes ciudades y estados que conformamos, en un variado cinismo, que mantiene las mismas estructuras de servicio, para con los representantes de ese poder. En la actualidad, la palabra mágica Democracia, oculta toda una estrategia, en la que se esconden todos esos poderes. Moviendo hilos e hilos, políticos, judiciales, económicos, militares, religiosos, culturales, mediáticos, etc., los poderes siguen donde siempre y más fortalecidos, utilizando siempre la carne de cañón del pueblo, del soldado, y de los que quieren subir por la escalera de la avaricia, que es muy amplia. Innumerables personajes lo denuncian, una y otra vez. Muchos de ellos son asesinados, otros perseguidos y encarcelados, a otros se les enmudece, y a otros muchos, se les compra para la causa del poder. Los pueblos se organizan, y tratan de valerse por sí mismos. Los poderes lo impiden con mil formas. La ley hecha por estos poderes, es la primera forma que se utiliza para impedir que el pueblo, los pueblos diversos, se auto gestionen sin el protectorado interesado, de estructuras conseguidas por la fuerza, o con artimañas históricas. -cómo las hereditarias, de determinadas castas familiares-
Sería infinidad las razones que se pueden escribir y argumentar, para poner en tela de juicio el Derecho, todo el Derecho, tanto en el plano local como nacional o internacional, a pesar de que muchos profesionales, sí merecen el respeto a su labor y a su ética. Pero no es esa labor -individualizada- la que se pone en cuestión, sino todo el edificio del Derecho, que no es quién de librarse de la acción corrosiva de los poderes. De ellos vive, de ellos se alimenta, y a ellos les sirve. Por tanto, no hay tal Derecho, ni Justicia. Lo que hay, es la manipulación de ese derecho a tener una justicia imparcial, completamente independiente, con criterios superiores de la ética al servicio de los ciudadanos, de humildad y sencillez, en el ejercicio de la profesión, y garantías de no verse involucrado en favores, ni estimulado por los poderes que operan para condicionar su labor, sobre todo, por parte de lo político, militar, económico, y religioso.
La sociedad tiene que garantizar que el débil, el carente de recursos, de medios culturales o de impedimentos físicos, pueda tener esa justicia que lo ampare ante el poderoso. Si no es así, el débil percibe a la justicia, como una amenaza en su vivir. Ese amparo, no puede ser ficticio o marginal, sino que tiene que ser fuerte y poderoso en medios y recursos, igualando el potencial del oponente, para que, de esa forma, las aguas estén niveladas a la hora de un razonamiento jurídico imparcial, y eminentemente perfecto en su ética. Todas estas conclusiones, razonamientos y exposiciones, hechas por mí, como por muchísimas personas en todo tiempo y lugar, aunque se diferencien en lo sustancial, son homogéneas. Pero, las posibilidades de la inteligencia positiva por salir a la luz, son muy escasas, debido a la inseguridad vivencial que en todo momento los poderes conforman. Es tal la presión que se ejerce sobre la persona en su vivir, que carece de la libertad necesaria, para conformarse en persona consciente y razonable éticamente.
Dejando las razones explicativas del vivir que heredamos en el cajón de los recuerdos, la mejor manera de hacer algo positivo es, aportando ideas, inteligencia, propuestas, proyectos, opinión. crítica, debate, colaboración, comunicación y toda forma que pueda ser debatida y contrastada. Que no pueda ser prohibida ni impedida de manifestarse. Somos todos, absolutamente todos, los interesados en estos debates, y no se puede desde lo establecido, impedir que el futuro se construya a medida y gusto de los presentes y, ¡futuros!

Ávila Soto, Federico