El Papa Francisco ha nombrado obispo de Córdoba a monseñor Jesús Fernández González, hasta ahora obispo de Astorga y anteriormente obispo auxiliar de Santiago de Compostela. El nombramiento se produce tras la aceptación de la renuncia de Monseñor Demetrio Fernández por motivos de edad al cumplir los 75 años el pasado 15 de febrero, como marca el Código de Derecho Canónico.

- ¿Cómo recibió usted la noticia, don Jesús?
Bueno, como suele ser habitual a través del Nuncio Apostólico en España, ese momento monseñor Bernadito Auza. Mi reacción personal fue de sorpresa, porque realmente yo pensaba ya que mi ministerio en Astorga sería ya el definitivo, también de gratitud al Santo Padre, el Papa Francisco, de cuya mejoría me alegro, evidentemente, como todos los católicos. Gratitud a él por la confianza que ha puesto en mi persona y en mi ministerio. También fue una reacción agridulce, por una parte por tener que dejar una tierra, una diócesis muy cerca de donde nací, exactamente a 53 kilómetros del pueblo donde nací, con gente que ya conocía de hacía mucho tiempo. Eso supone también una pequeña herida o desajuste interior. Pero también es verdad que he sentido la alegría de que se me encargue una diócesis de la que siempre he oído hablar maravillas, también de su obispo, Don Demetrio, al que me une amistad.
Recuerdo una anécdota, cuando yo comencé en la Conferencia Episcopal Española en 2014 me dio un abrazo y me llamó hermano y dije: "¡claro!, hermanos en el episcopado", pero es que nos apellidamos igual: Fernández González. He oído hablar de los sacerdotes magníficos de Córdoba, de la vida de muchos jóvenes, de las vocaciones y los muchos seminaristas. En fin, una vitalidad muy grande de una diócesis que contrasta con la que ahora mismo pastoreo, rural y despoblada.
- Usted llega de la España vaciada a la populosa Andalucía. ¿Cómo ha sido su experiencia como Obispo de Astorga y antes de Santiago? ¿Y qué conoce de nosotros?
Astorga es una diócesis despoblada que abarca territorio en la provincia de León, de Zamora y de Orense, por lo tanto bastante dispersa también y con gente muy mayor. El contraste poblacional es muy fuerte, desde luego. Respecto a la experiencia previa como obispo, pues he de decir que ha sido muy enriquecedora. He estado en la diócesis de Santiago primero, después en Astorga. En la primera de ellas, me correspondió aprender a ser Obispo porque en los seminarios no nos enseñan a ejercer de obispos, como es lógico. Así que en esa primera etapa me tocó aprenderlo, cosa que hice al lado del arzobispo Julián Barrio y de sacerdotes, consagrados y laicos del archidiócesis de Compostela. En aquella iglesia particular mi estancia fue, podríamos decir, como la luna de miel, es lo que decimos también cuando un sacerdote tiene las primeras parroquias. Con toda humildad también tengo que decir que trabajé a gusto pero con intensidad. En Astorga, mi trabajo ha sido también intenso, aunque muy familiar porque tenía ya un conocimiento previo de la realidad humana y pastoral y hemos desarrollado bastantes proyectos con la ayuda del Señor.
Mi conocimiento de la Diócesis de Córdoba es más bien escaso. He estado en Córdoba hablando a miembros de la Cáritas Diocesana que me enseñaron distintos centros y proyectos que me dejaron muy impresionado. En otra ocasión estuve hablando sobre un tema de Pastoral de la Salud y también he pasado por Córdoba hace un año. Las informaciones, las referencias que tengo de la diócesis son inmejorables.
- Es usted el obispo responsable de Cáritas Española y en su lema episcopal está implícita su predilección por los pobres. ¿Cuál es su trabajo en la Conferencia Episcopal en este sentido?
Como discípulos del Señor Jesucristo, sabemos muy bien que los pobres eran sus preferidos y a ellos dedicaban su vida, entendida pobreza en todos los sentidos. Si eran sus amigos, yo también quiero que sean los míos y los de todos nuestros hermanos, entendiendo en sentido integral que no solo se refiere a la pobreza económica, sino también social, cultural y por supuesto religiosa, que como el Papa Francisco recuerda, es la mayor pobreza, el olvido de Dios es la mayor pobreza. Y respecto al encargo que tengo en la Conferencia Episcopal Española en este momento, soy presidente de la Comisión de Pastoral Social y Formación Humana, una comisión muy amplia. Hay dos subcomisiones de acción caritativa social, donde están Cáritas, justicia y paz, ecología integral, pastoral penitenciario, pastoral de la salud, etcétera, y por otra parte, inmigraciones y movilidad humana. Aparte de esa presidencia de la comisión, soy responsable de Caritas Española que está situada en la subcomisión de Acción Caritativa.
Mensaje del nuevo Obispo
El obispo electo de Córdoba se ha pronunciado a través de un vídeo para mostrar su agradecimiento a Dios y al Santo Padre "por poner su confianza en su persona y ministerio".
Dirigiéndose a monseñor Demetrio Fernández, el nuevo obispo electo de Córdoba ha querido agradecerle "el generoso y fructífero trabajo pastoral en la Diócesis", así como "el espíritu de acogida y afecto fraterno que siempre me ha mostrado". "Me sumo a la historia de una Iglesia peregrina que comenzó su andadura a finales del siglo tercero con el Obispo Osio de Córdoba, y cuyo patrimonio más importante es la santidad. Con humildad y, contando siempre con la ayuda del Señor, y la corresponsabilidad y comprensión de pastores, consagrados y laicos, espero seguir contribuyendo a la configuración de una Iglesia sinodal y a la misión evangelizadora en ese territorio", ha manifestado el nuevo obispo de Córdoba, Monseñor Jesús Fernández.
Los pobres, en el centro de su ministerio
Monseñor Jesús Fernández ha expresado el afecto fraternal hacia todos, comenzando por los pobres, "los preferidos del Señor, aquellos que carecen de recursos suficientes para vivir con dignidad, los que no tienen trabajo ni una vivienda digna, los que carecen de familia o viven problemas graves en ella. Mi corazón se sitúa también al lado de los enfermos, los excluidos, los inmigrantes y refugiados". Además, se ha dirigido a los sacerdotes mayores y enfermos, así como a los presbíteros y al Cabildo Catedral para agradecerles su gran labor pastoral. Igualmente, ha tenido unas palabras para los seminaristas, comunidades religiosas y fieles laicos, para concluir poniendo su ministerio en manos del Señor, de la Virgen de la Fuensanta, de los patronos de la Diócesis, San Rafael y de San Juan de Ávila.
La respuesta de Mons. Demetrio Fernández
Por su parte, monseñor Demetrio Fernández ha dirigido su carta pastoral de esta semana al nuevo Obispo electo para presentarlo ante los fieles de Córdoba y encomendar su ministerio a los santos de la ciudad y a la Virgen de la Fuensanta, entre otros, pidiendo que sea recibido con los brazos abiertos, "como al que viene en nombre del Señor".
Además, ha recordado que un obispo no elige su diócesis, sino que es elegido por el Papa y es puesto al frente y al servicio de esa diócesis. "En este clima de fe y de comunión eclesial, nosotros le ofrecemos desde el primer momento nuestro más profundo respeto y obediencia, como a quien representa a Cristo en medio de su pueblo, en medio de esta diócesis milenaria de Córdoba", ha expresado.
Al mismo tiempo, Monseñor Demetrio Fernández, administrador apostólico de la Diócesis de Córdoba, ha efectuado el anuncio del nombramiento en el Palacio Episcopal mostrando su agradecimiento a la diócesis de Córdoba, donde siempre se ha sentido muy bien acogido por seminaristas, sacerdotes, fieles y pueblo en general. "Os pido que acojáis a don Jesús como lo hicisteis conmigo, es un hombre sencillo, cercano, asequible y vais a estar muy a gusto con él", ha subrayado el prelado ante todos los asistentes a esta convocatoria.
El obispo electo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández González, tomará posesión de la sede episcopal cordobesa el próximo 24 de mayo, en la Santa Iglesia Catedral. A partir de entonces, monseñor Demetrio Fernández será obispo emérito de Córdoba y hasta esa fecha es administrador apostólico por el Papa Francisco.
Qué plan tiene de futuro para la Diócesis de Córdoba?
Mi plan es el Evangelio, ahí está el programa de vida cristiana y luego esos otros planes concretos del tiempo, el Señor mejor nos lo irá señalando. Yo voy en disposición de escuchar en primera etapa, desde luego, los primeros meses van a ser de dejarme empapar de todo lo que se hace, de todo lo que se sueña y a partir de ahí -contando también por supuesto con los oportunos consejos y con la participación de los pastores, de los consagrados y de los laicos-, ir diseñando un plan ya de cara al futuro, pero desde luego mi plan es el Evangelio y la escucha de lo que el Espíritu va transmitiendo a los fieles de la diócesis de Córdoba.