Otra justicia es posible
Garrido, Juan Antonio - viernes, 28 de marzo de 2025
"Una Justicia Penitenciaria al servicio de la reinserción" es el título de la Jornada celebrada en Santiago el 22 de marzo y organizada por la Pastoral Penitenciaria de Galicia. El titular recoge la importancia de no perder de vista esa reintegración social como objetivo final de los procesos penitenciarios. Dos conferencias de Manuela Carmena y el diálogo posterior que los asistentes pudimos entablar con ella centraron el evento. El motivo de su presencia en un foro como éste queda bien resumido en la presentación que hizo la delegada de pastoral penitenciaria de Santiago de Compostela, Yolanda Sánchez, destacando el firme compromiso de Manuela Carmena con la justicia y los derechos humanos a lo largo de su vida y trayectoria profesional, así como su enfoque humanista en la modernización del sistema judicial.
Existe una muy buena crónica de la jornada en la web de la diócesis de Santiago (archicompostela.org). Este artículo solo pretende resaltar a las personas que se involucran en su actividad profesional, más aún si ocupan cargos de responsabilidad y decisión en la sociedad. Estas personas pueden generar inquietudes para buscar otros caminos y cambiar los procesos que llevando tiempo instaurados han demostrado que no resuelven los problemas.
Manuela Carmena resaltó la figura de la ferrolana Concepción Arenal y sus escritos realizados a partir de la propia experiencia con el trato cercano a los presos. Ilustró el convencimiento de Concepción Arenal y el suyo propio de que la realidad puede cambiarse con la siguiente frase de la ensayista gallega: "Me llaman utópica. Utópica no insulta, pero desacredita". La propuesta de Carmena y su forma de llevar a cabo las relaciones entre las personas que interaccionan en el sistema judicial, con trato digno y respetuoso incluyendo al presunto delincuente y teniendo en el centro a la víctima, nos hicieron entender que la búsqueda de la humanización no es utópica. Defendió que se logran avances cuando se pone en el centro a las personas y se humanizan los procesos.
Quiero destacar su experiencia como jueza de vigilancia penitenciaria, menos conocida que su trayectoria como abogada laboralista y magistrada. Es fundamental, decía Carmena, el control judicial sobre la administración penitenciaria para garantizar los derechos de las personas privadas de libertad.
Destacó el papel de los profesionales del trabajo social. Esta importancia que ella ha dado a este campo en todos los cargos que ha ejercido, incluido el de alcaldesa de Madrid, no es para mí nada más que signo de su sensibilidad por las circunstancias concretas de la vida de las personas a la hora de tomar decisiones, tanto judiciales como administrativas, para resolver los problemas en que están implicadas. También índice de su preocupación porque las desigualdades en recursos materiales de los internos tengan el menor impacto posible en su evolución penitenciaria. Signo de que, como resaltó y criticó, las decisiones judiciales y los castigos no deben ser "objetivos" en el sentido de despersonalizados, sino individualizados. Por tanto, subjetivación que humaniza la administración de justicia y las penas.
En el tiempo desde que conozco la actividad de la Pastoral Penitenciaria y a las personas involucradas en ella he percibido su papel humanizador en el mundo penitenciario. Dialogar con Carmena nos permitió marcharnos de la jornada pensando que humanizar el sistema penitenciario es posible, que otra justicia es posible.

Garrido, Juan Antonio
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