Los amantes de la mariología podrán distrutar de la talla en todo su esplendor hasta el próximo sábado 5 de abril.
La virgen de la Valvanera regresa a la Catedral de Astorga "renovada" tras haber sido cedida, temporalmente, a la exposición 'Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro' del Museo del Prado de Madrid. Tal y como ha explicado el deán, Javier Gay, este mismo miércoles, la talla se podrá contemplar al completo hasta el próximo 5 de abril, sobre una peana que permite disfrutar de ella desde múltiples perspectivas. Así, los interesados verán, por ejemplo, el águila de su dorso y los detalles de su manto, inapreciables cuando descansa en el retablo neoclásico del trascoro.

Gay, explicó que la virgen fue policromada en 1702 y que, probablemente, guarde relación con el obispo de la época, Diego de Silva y Pacheco, benedictino que dedicó un escrito a esta devoción mariana. Asimismo, ha puesto énfasis en las representaciones de la Piedad y de san Cayetano que se dibujan en el manto dorado, el rosto del Niño que no mira ni a su madre ni al espectador, y el águila sobre el que se sienta la virgen de la Valvanera.
A la talla le acompaña una copia de una pintura anónima del primer tercio del siglo XVIII sobre la propia virgen, siguiendo la línea de la exposición del Prado que entretejió la escultura y la pintura.
Lucia Castillo, de Proceso Arte 8, destacó que las actuaciones que se han realizado en la escultura han sido, fundamentalmente, de limpieza del polvo y de consolidación, atisbándose tras ellas "la entonación cromática de algunas zonas, que ha generado una imagen más completa que recupera el color". Según Castillo, el manto, que contiene dorados con pan de oro y policromados mediante la técnica del estofado, está "cargado de riqueza y de simbolismo, como lo evidencian la Piedad, san Cayetano y los distintos anagramas que se dibujan en él".