¿Rememorar?
Alén, Pilar - miércoles, 19 de marzo de 2025
'Recuerda'. Es el título de una película de Hitchcock emitida recientemente en televisión. Trauma, amnesia, psicoanálisis son sus temas principales. Me ha hecho considerar que tal vez, como otros hacen en estas fechas, sea bueno rememorar. Cinco años han pasado desde la pandemia que nos trajo de cabeza. Suele suceder que de los errores normalmente se aprende, aunque no siempre en la medida esperable. Tomar nota y enmendar es lo razonable. De ahí a querer calibrar si somos mejores o peores hay un trecho grande. Puede que ni lo uno ni lo otro: peinamos más canas. Algunos están más quemados o dolidos. Y no pocos se han vuelto más desconfiados. Quemados por tamaño trabajo. Dolidos con un sistema que no se lo ponía -ni pone- nada fácil. Desconfiados ante tanta promesa vana. Parte considerable de esos dañados o afectados de ayer y de hoy son los médicos/as, enfermeras/os y un amplio sector del personal sanitario. Lo comprobé de nuevo hace poco en un hospital gallego. Las mismas instalaciones e incomodidades. Los mismos ruidos en desangelados pasillos y mostradores. No faltan manos inexpertas que al poco de incorporarse ya se ven sobrepasadas ante tareas que van más allá de sus competencias. Jóvenes apenas titulados que hacen jornadas maratonianas. El criterio del colorido atuendo que llevan solo entre sí parecen conocerlo: ¿blanco, verde, amarillo o el que cada cual aleatoriamente escoge? Al preguntar por alguna cuestión o gestión, o por el orden del día, tiran para adelante apelando al «protocolo» o como buenamente pueden. Raramente algún alma cándida honestamente responde: «no lo sé, me informo y ya os diré». Mientras tanto las agujas del reloj, lejos de correr a la velocidad de vértigo, parecen ir contracorriente haciendo que cada minuto sea eterno.
Equivocaciones hubo en el 2 020 y siguen cometiéndose en el presente. De aquel entonces mis "mayores" salieron más resilientes. Otros ya no lo cuentan. Ahora no quieren o no pueden recordar aquellos duros momentos de infierno. Retrotraerse a un pasado tan aciago ¿qué beneficio les trae? Es más saludable vivir con esperanza y confiar en que «la paciencia todo lo alcanza». A ver si algo cambia más pronto que tarde.
No deja de ser un avance que se regule y legisle para evitar atropellos verbales y físicos hacia profesionales de los centros hospitalarios. He visto numerosos carteles en los colapsados pasillos advirtiéndolo: «É delito/ Agredir as persoas traballadoras do ámbito sanitario é delito. / Non perdas o foco, somos persoas coidando de persoas». Tentada estuve a poner el mío en gallego, castellano o en las lenguas que hiciera falta: «Es delito/ Desatender a un doliente es inexplicable crueldad. / No pierdas el norte, son pacientes que ya bastante sufren por su enfermedad». Conozco médicos/as, enfermeras/os y personal administrativo de clínicas públicas y privadas de Galicia y de otros lugares de los que no quiero dar noticia. Me duele que relaten quejas que acompañantes y enfermos les profieren. ¿Y aciertos? También es cierto que se pueden contar, no a cientos, pero es justo reconocerlos y hacer recuento de ellos.
Sin entrar en debates sobre si la sanidad es prioritaria, si el reparto es equitativo en el territorio patrio, si cobran mucho o poco salario, etc., prefiero pensar que estamos en manos de buena gente, con voluntad de cuidar y curar a todo viviente que se encuentren. Y eso es lo importante. ¿Recordar? Solo para sanar traumas y evitar amnesias, dejando el psicoanálisis al margen.
¡Ah! Que nadie olvide felicitar a Pepas y Pepes en este 19 de marzo. Y a los padres, presentes o ausentes pues, sin estar, están siempre en nuestras mentes.

Alén, Pilar
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los
autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora