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Proyecto FICOS - VI

Ávila Soto, Federico - miércoles, 19 de marzo de 2025
Razonamientos teóricos, sobre la dependencia de unas personas de otras, y de la conformación de los poderes. (2)

(viene del lunes 17 pasado)
La sociedad de seres inteligentes, carece de organización que garantice la supervivencia alimentaria, la organización social en escrupuloso respeto, y el reparto equitativo en el esfuerzo del trabajo y responsabilidades. Esta organización idónea como ejemplo a seguir, probablemente, sí existió, en forma de pequeñas comunidades tribales a lo largo de cientos de años y en diversas localizaciones geográficas. La inteligencia social del individuo tribal, sería uno de los valores más desenvueltos. El entorno, y las adversidades climatológicas, la procura del alimento y la relación con otras entidades tribales, sería el campo científico más desenvueltos. Las capacidades inteligentes, estarían a la altura de los medios recibidos en herencia y a los nuevos estímulos creativos, en las luchas de las adversidades del momento. Lejos, muy lejos, de millones y millones de conocimientos que la persona humana recibe en herencia, con el paso de los años y, sobre todo, al imprimir un ritmo comunicativo e informativo, a nivel global.
Por tanto, tenemos al individuo que nace, que viene a la vida como un ser desvalido, que precisa imperiosamente de la ayuda materna, del entorno familiar y social, y que hace uso de eses lazos, para poder vivir, crecer y formarse como humano. Cuando es plenamente consciente, entiende y comprueba las coordenadas de la existencia, asume los saberes que le transmiten, desenvuelve cualidades y valores propios, experimenta y aporta nuevas ideas, etc., el individuo se olvida de donde viene y a donde vamos a dar y, colocado en una situación de privilegio, -debido a muchas circunstancias- da rienda suelta, al instinto de supervivencia y de practicidad de la inteligencia, conformando a su alrededor, una súper estructura, que lo proteja del instinto temido, de la no existencia. O sea: poniendo en funcionamiento, los sentidos que le funcionaron bien, cuando realmente estaba en una situación de dependencia, total…, como acabado de nacer.
De este comportamiento, que es instintivo en la gran mayoría de las personas en todo tiempo y lugar, mayormente el sexo masculino, nace la estrategia de acaparar para sí mismo, las plusvalías que uno pueda obtener, con la utilización de los demás; nace el líder, el jefe, el rey, el caudillo, el cacique, el emperador, el capo mafioso, los banqueros… Nacen los ejércitos, nacen las sectas y religiones, nacen los sueños, y nacen los imperios de la muerte, y destrucción.
Las personas humanas, todas, ignoramos el fundamento y el porqué de la vida, cómo y qué la creó. No solo la vida concreta humana, que es inteligente, -si no lo fuera, no se podrían formular tales preguntas, ni dar respuestas, como tan fácilmente ya nos acostumbramos a dar- sino, toda la que nos mantiene en este planeta llamado Tierra, como la vida toda del universo, con millones y millones de planetas, soles, galaxias, y ve uno a saber, qué mil y un millón de cosas existirán, sin qué, por el momento, no tengamos las capacidades para poder conocerlas, y asimilar sus conocimientos.
Al privilegiar instintivamente -por falta de la organización humana que garantice la vida y su desenvolvimiento- los métodos psicológicos, del uso de los demás en beneficio propio, y utilizando unos valores negativos para la convivencia familiar y social, como son el egoísmo y la avaricia, los individuos humanos, no se solidarizan con los demás al darse de cuenta, que cultivó unos valores y dotes positivos, nacidos y desarrollados en la convivencia social, utilizándolos en su particular ego y beneficio material. Como son tantos en este obrar, y como es muy difícil saber cuál es la cara de la verdad, y cual la de la mentira, se construyen los cimientos étnicos, de identidad, de nacionalidad, de patria, de nación o estado, sobre los principios de la fuerza individualizada, con escalas y peldaños, que llegan a los pedestales del poder. Una vez conseguido el poder, -que puede estar representado en muy diversas variantes y niveles- la verdadera lucha, se conforma en mantenerse, dando lugar a un sinfín de luchas y guerras de todo tipo y calibre, en la que implican a millones y millones de vidas.
Todas las personas que venimos a la vida, nos damos cuenta enseguida e instintivamente, de las inseguridades que nos transmiten nuestros progenitores, la familia, el entorno ciudadano, y la sociedad en general, en los ámbitos locales o tribales, nacionales o internacionales. La vida, el alimento, el futuro de la organización familiar y su estabilización, el futuro incierto que afecta a todos, en todas las sociedades, el desenvolvimiento educativo cara a la adultez y la profesionalidad de los conocimientos al servicio de todos, son cuestiones que sufren una amputación sangrante, debido a la construcción de las sociedades alrededor de los privilegios de unos poderes, representados en cientos de formas y personajes, que acaparan para sí y para su entorno, todas las plusvalías de las que se puedan beneficiar, con el uso del poder e influencias, de las que puedan hacer uso.
Ya dije y escribí, que las élites conformadas que accedieron a conocimientos, reservaron solo para esas élites, la transmisión del saber, y utilizando al pueblo, como fuerza utilizable en la consolación del poder o poderes, no como seres semejantes con infinidad de capacidades y valores, capaces de llegar a todo lo inimaginable posible.
(sigue el próximo lunes 24 de marzo)
Ávila Soto, Federico
Ávila Soto, Federico


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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