'Mujeres valientes' unas palabras a J.M.Pena
Ávila Soto, Federico - martes, 11 de marzo de 2025
Leí tu artículo del 7 de marzo pasado y, mi indignación o rabia interior va en lo que voy a escribir: en estas fechas, se cumplen 12 años de mi vuelta de la emigración. Desde que llegué, el caso de Isabel que tan bien expusiste, lo leí cien o mil veces en los medios de comunicación españoles sin que esos políticos que mencionas, hicieran nada por darle solución. Un solo suicidio por esa causa, debiera ser motivo de trabajo de la política y la administración del Estado por darle solución, son miles y miles de familias que padecen estos dramas (yo sé de uno en mi entorno) como víctimas del sistema liberal capitalista que nos han impuesto, donde lo social y la ética humana no cotiza en sus bolsas de valores. España entró en la Unión Europea y en la democracia, "sin" armazón social, que no fueran las limosnas; derechos no había y, cuando se conforma nuestra democracia a la española, nos la visten con una Constitución que, cuando se trata de derechos, en la guerra política, judicial y económica, los más débiles nunca alcanzan ese "Derecho Constitucional" que tan bien manosean para otras causas. Las personas, llevadas de la desesperación se suicidan, padecen graves consecuencias médicas y sociales, ¡niños en la calle!, familias o parejas durmiendo en coches o donde puedan y, recurriendo a la ocupación de viviendas vacías como medida forzada. ¡Pobres!, otro gran drama se les vendrá encima: partidos políticos, asociaciones varias, vecinos, propietarios temerosos, campañas mediáticas, machitos que negocian el desocupar etc., etc., los señalarán y denigrarán, el Derecho Constitucional a tener una vivienda digna ¡no se cumplirá!
Bien
, voy a dar mi opinión sobre lo vivido en el país que me acogió durante 35 años y lo que aquí me he encontrado: siempre viví de alquiler, la gran mayoría de los Países Bajos era así, en cada ciudad hay distintos organismos llamados "woningbureau" que administran miles de viviendas, otro organismo coordina las solicitudes y las concesiones de todos los woningsbureaus de la ciudad o ciudades, en mi particular experiencia, tenía una vecina que no estaba casada, tuvo hasta tres hijos de distintos hombres, recibía su salario del SocialeDienst hasta que el más pequeño tuviera los 12 años y, el pago del alquiler de la vivienda, una parte lo pagaba y la otra ella del salario que recibía. Así, supe de bastantes más personas que, o bien eran abandonadas por esposos, o bien había dificultades de toda clase, que ese SocialeDienst analizaba y asignaba, bien un salario social o una ayuda al alquiler. En los casos de vivienda comprada, también el SocialeDienst podía intervenir a petición de los interesados, si se daba una situación de impagos y estrechez económica familiar ante los bancos o entidades financieras, procurando encauzar el futuro de esa familia. Todo esto con el diálogo, las gestiones, y los mandatos de las leyes. En los Países Bajos toda persona legalizada, tiene derecho a un salario, si el mercado de trabajo no te da ese salario y vivienda, por mucho que obliguen a procurarlo, SocialeDienst está obligado a procurarte la vivienda y la manutención con un salario digno. Nunca supe de suicidados/as por desahucio ni de "okupas" ni de machitos o ejércitos de policías en sus furgones para desalojar a una familia. Si en esta España tenemos el problema de la ocupación, de los suicidios y dramas familiares provocados por desahucio, es única y exclusivamente porque los ricos de aquí carecen de empatía y, los capitales nacionales y transnacionales dominan la política y a los políticos, que nos mienten con toda clase de argucias de que no hay para un "SocialeDienst" español, pero sí para robar al erario público y quedar impunes con la colaboración de mis amigos del partido, de jueces y periodísticos. Ya no digamos con la propaganda que nos están a bombardear de "hay que armar a la Unión Europea" con 800.000 millones de euros a costa precisamente, de nuestras pensiones, de nuestra cobertura sanitaria, o de la calidad en la educación de nuestros hijos y su futuro. ¿Cómo demonios podemos aspirar a tener derechos a una vivienda digna, a un salario, a una sanidad Pública de calidad, o a una educación Pública sin la guerra de intereses que la denigran?
Aquí cargamos las tintas con los inmigrantes, con los okupas, con los o las que no trabajan (aunque ignoremos el por qué) pero jamás con los Botines o Amancios que por miles, se escaquean de pagar los impuestos que debieran pagar y
, ahí tienen a un tal Alberto Quirón trayendo en jaque a la política, la judicatura y prensa, en un esperpento de comedia bufa que da vergüenza de la clase de personas y políticos que tiene este Estado Español. Y aquí no pasa nada. ¡Que se jod
! Dijo una tal senadora del PP.

Ávila Soto, Federico