Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Proyecto FICOS - IV

Ávila Soto, Federico - miércoles, 05 de marzo de 2025
Esencia del ser individual y colectivo (1)

En cada actividad de la vida, -musical, científica, deportiva, política, militar, médica, artística, literaria, obrera, pescadora o labradora, etc., destacan significativas personas por poseer y desenvolver capacidades extraordinarias. Esto lleva a concentrar en estos personajes, tanto la admiración como el seguimiento, imitación, defensa y organización de seguidores, en lo que, de primera impresión, los resultados de todas las acciones que lo circundan, trae consigo, una elevación en su estimación social, y probablemente, económica -que son casi inseparables- de dicho extraordinario personaje. La elevación de la estima social, trae consigo, la demanda por la sociedad o sociedades, de unos bienes que puede ser capaz de aportar para consumo de las minorías o mayorías, y que se verá sometido a una gran presión causada por esa demanda. La originalidad, lo excepcional, lo desconocido, son valores que pueden desencadenar pasiones inversas, a favor o en contra, según perjudique o pueda beneficiar a los poderes existentes.
En este juego de demanda oferta, se producen las consiguientes dependencias a tenor de otras capacidades que no se poseen y que, si se quiere permanecer en esa posición social que se creó, con motivo de una capacidad extraordinaria propia y concreta, no tiene más remedio que pactar en el mundo de las influencias, llevado de unos círculos que se forman alrededor de su personalidad y actividad. Un extraordinario personaje, al crear algo inédito, tanto en la novedad como en la calidad, extiende las apetencias humanas de poseer esa creación. 
Por esta misma razón humana de disfrutar de lo "creado por otros" se conforma esa demanda, y da lugar a la creación de nuevos creadores múltiples, que ven en el producto y personaje "original" una fuente futura de ser explotada económicamente, para beneficio propio. Todo esto da lugar a la creación de redes y relación de intereses. Por lo general, nadie piensa que lo que están a hacer todos, incluido el extraordinario personaje, es una cuestión humana y social, y que las propiedades, difícil será justificarlas como exclusivamente propias de uno.
Tanto el extraordinario personaje, como todo el mundo que se conformó, a partir de la actividad creativa que los va a relacionar en el futuro, como centro expansivo de valías capaces de generar situaciones de prestigio, de mejora social, y de instrumentos capaces para la influencia en todos los órdenes de la vida, se debe a la herencia generacional colectiva. Todo lo que de si pueda dar la inteligencia humana, como las dotes físicas, literarias, artísticas, manuales, organizativas, políticas y de cualquier índole, será siempre, el resultado de cientos, miles, millones de partículas experimentales en desenvolvimiento, hechas por cientos, miles y millones de semejantes humanos que ponen las primeras ideas, formas o condiciones, para que en el eterno futuro, "otros" puedan heredar la suma de un trabajo, de una idea, de un proyecto, de una actividad, que dará la concentración extraordinaria del saber, transmitida hereditariamente, no solo por el lazo sanguíneo, si no y más importante, por el lazo social colectivo.
Es precisamente, el núcleo colectivo de seres inteligentes, en desenvolvimiento continuado, el único capaz de ser germen de extraordinarias individualidades, como de colectividades dotadas de bases para múltiples avances, individuales y colectivos. La persona no hereda en el seno de la familia, y en la transmisión sanguínea, todas las dotes necesarias que lo puedan conformar en "extraordinario", sí puede heredar bastantes particularidades, en la suma transmisora familiar, pero, esto no es suficiente: la familia es un componente más en la colectividad, forma parte del conjunto social.
La excepcionalidad solo es posible, en el contraste de las diferencias que se dan en la colectividad, y en el curso que eses contrastes influyan a la colectividad, y significativamente, a personajes que concentran en sí mismo, dotes y valores capaces de ser referencia. Es precisamente, la suma de las particularidades individuales y colectivas heredadas del colectivo, las creadoras de las dotes humanas, que se reflejan en el nivel de desenvolvimiento, individual y colectivo. En sí mismo, no existe el individuo propio de sí mismo. Somos el fruto de la creación colectiva, a partir de la creación de vida humana, representada en la unión de dos seres distintos y complementarios, poseedores de las capacidades de dar nueva vida. Pero para poder subsistir y vivir, a la individualidad, a ese único ser que viene a la vida, le es imperiosamente necesario la colectividad, como fuente de alimento en los primeros momentos de la existencia, y más tarde, como fuente de captación, asimilación y práctica, de todas las enseñanzas que la colectividad puede aportar. 
Ávila Soto, Federico
Ávila Soto, Federico


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICIDAD
HOMENAXES EGERIA
PUBLICACIONES