Reniego y Suplico

Reniego de los dirigentes políticos
que mal gobiernan desde el poder
o nada ayudan desde la oposición.
Parece que -unos y otros-
sólo gozan insultando
y nadando en mares de mierda.

Reniego de aquellos que,
sin pudor y con muy mala educación,
profieren toda clase de insultos.
Por ejemplo, en el Congreso de los diputados,
al presidente del Gobierno
le llamaron "hijo de puta".

Y, para más INRI,
la autora de "piropo" tan grosero,
con gran frivolidad, buscó un pobre pareado
y un ripio repelente
diciendo que lo dicho era:
"me gusta la fruta".

Echo de menos a políticos
que ‘ataquen’ con argumentos
y propuestas, pero no con insultos.

Echo de menos a políticos que utilicen
la ironía fina, que nos arranque una sonrisa.
Y que, luego , sean capaces de tomarse un café.

Suplico que surjan políticos sinceros,
honrados, justos, dialogantes y cultos
que sepan o se esfuercen por gobernar
o aspirar a gobernar decentemente.

Suplico que, por encima y a pesar
de sus legítimas diferencias,
sepan hablar, dialogar, negociar y pactar
en beneficio de todos los ciudadanos.