miércoles, 30 de abril de 2025
Yo hoy la recuerdo especialmente en forma de canción, puesto que toda ella es música: tocaba la guitarra inglesa, la española, el arpa, la flauta y el harmonium; lo que aprendió en las aulas del "Liceo de la Juventud"; sonando además sus versos en múltiples melodías creadas por grandes compositores que en ella encontraron inspiración: Juan Montes y su Negra Sombra; Andrés Gaos, con Rosa de Abril; José Baldomir y Maio Longo, Joaquín Rodrigo en ¡ Un home, San Antonio!, García Abril, con As de cantar, meniña gaiteira, entre otras o Amancio Prada, que cumple en este 2025 sus " bodas de oro" con el "Alma Mater" de la lírica gallega celebrándose los 50 años de la edición del primer disco a ella dedicado, ahondando cada vez más hasta la espesura. La misma espesura que albergan las tierras de Ortoño, en las que transcurrieron los primeros años de la poeta; una geografía plagada de tradiciones, leyendas, encantos y magias como la de la capilla de Santa Cecilia (patrona de la música), que allí, en Bastabales, "morrendo de soidades" queda enterrada bajo las malezas a pesar de que ya en el S. XII, como apunta J. Guitián, se identifica con una cantiga recogida en el cancionero de la Biblioteca Vaticana: "irei alá mías candeas queimar
". Recuerdos míos vividos cerca de Compostela, que me conducen hasta mi antiguo amigo "O Poeta da Mahía", nacido también en Ortoño el 16 de marzo de 1906, el "Último Bohemio","O Bardo da Mahía", que también escuchaba "as campás de Bastabales" (él mismo decía), desde su casa en Betamiráns. como su amada Rosalía, a la que evocaba en sus versos: "A la sombra de los robles, Rosalía está durmiendo. Entre crespones de pinos, estrellas velan tus sueños. Juntan sus manos de nieve, dejan sus ojos abiertos, para que vaguen de noche las luces cuando haya muerto. A la sombra de los robles, Rosalía está durmiendo
".
