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La frialdad y trascendencia de unas firmas

Garrido, Juan Antonio - miércoles, 05 de febrero de 2025
Las imágenes tienen gran potencia comunicadora en el mundo actual. Una imagen aparentemente inocua, aparentemente no violenta, no agresiva, sin emociones, se ha repetido en los medios en las primeras horas de la presidencia de Trump en EEUU. Se trata del gesto del presidente firmando. Me ha impactado la facilidad y reiteración con la que ha realizado ese gesto y la lejanía física y emocional respecto a los contenidos y las consecuencias de la firma.
Estoy sorprendido por las medidas ejecutivas firmadas. Y digo sorprendido, no por los contenidos, congruentes con sus amenazas previas, sino por dos motivos. El primero, la esperanza existente de que, siendo congruente también con sus reiteradas faltas a la verdad, ya mencionadas en un artículo previo ("Las verdades alternativas", 27-11-24), no cumpliera alguna de estas amenazas. La segunda, el gran número de decisiones concentradas en poco tiempo. Este segundo hecho es el que me conduce principalmente a escribir. Al ser tantas las decisiones "sorprendentes" pueden quedar algunas de ellas diluidas en su contenido y trascendencia, unas más en su trascendencia conceptual más o menos lejana y otras en sus consecuencias concretas, prácticas. Quisiera reflexionar sobre alguna de estas decisiones, desde el prisma principal que estoy comentando cuestiones de actualidad a través de esta ventana que ofrece Galicia Digital, es decir, la bioética y la sensibilidad hacia el mundo penitenciario.
Ha firmado la salida de EEUU de la OMS. Esto tendrá consecuencias para los ciudadanos norteamericanos por la posibilidad de no aplicación en su país de medidas de salud pública y prevención consensuadas en la OMS. Pero, para mí tiene una dimensión mucho más dramática que puede quedar minusvalorada. Se trata de la elevada aportación de EEUU al presupuesto de la OMS (he oído que entorno al 20%). Por tanto los principales perjudicados de esta firma (reitero que me parece escalofriante como símbolo de lo que estamos viviendo las reiteradas imágenes que hemos recibido del gesto de la firma de una persona, en un bunker, desde un lugar aislado del mundo y de las repercusiones que ese simple gesto empezaba a generar inmediatamente) son los países, y sus ciudadanos, más pobres y vulnerables sobre los que las acciones sanitarias de la OMS tratan de disminuir el desequilibrio existente.
La segunda es la liberación de los cientos de personas presas o encausadas por el asalto al Capitolio incitado por Trump ante su derrota electoral previa. Desde lo aprendido con las personas que llevan trabajando tiempo en Pastoral Penitenciaria he entendido que hay muchas personas que como sociedad hemos ubicado en las prisiones y que su lugar, si la finalidad es solucionar el motivo que condujo a que transgredieran las leyes, probablemente no es ese. Me hubiera gustado que la liberación de presos indicada por Trump hubiera respondido a esos criterios. Sin embargo, es difícil creer que una medida tomada por el presunto principal incitador del delito sea justa. Y ya hablando del mundo penitenciario no puedo dejar de interrelacionar con él también varias de las medidas "firmadas". La persecución de inmigrantes, su señalamiento como potenciales delincuentes, el retirar o impedir acceso a las condiciones mínimas de ciudadanía, la persecución de poblaciones afectadas por discriminación relacionada con el género y otras medidas generadoras de aumento de desigualdad y que fomentan rechazo e incluso odio entre personas, está en el origen de abocar a estas personas a transgredir los límites legales para poder sobrevivir y por tanto acabar ingresando en prisión. Sin olvidar que todas estas presiones y desigualdades también son generadoras de aumento de problemas de salud mental. Por tanto, política de liberar injustamente a unos y fomentar la detención directa de otros o las condiciones predisponentes para un futuro ingreso en prisión de otros.
Y llegado este punto no puedo dejar de admirar y alabar las palabras expresadas por la obispa Mariann Edgar Budd en la celebración religiosa a la que asistió Trump pocas horas después de iniciar su mandato y con varias de las firmas comentadas ya realizadas. Quiero destacar la certera elección de su comunicación tratando de hacer explícitas y acercar las consecuencias de esas fáciles firmas al autor de las mismas. Relatando y describiendo esas consecuencias, las características de las poblaciones afectadas y la falsedad de los argumentos que supuestamente sustentan esas decisiones: "los inmigrantes no son delincuentes…". Habló del perdón y explicó los pilares de la verdadera unidad: honrar la dignidad de las personas, honestidad y humildad. Quisiera terminar destacando en su discurso lo inclusivo desde el punto de vista espiritual y religioso (“acuden a nuestras celebraciones, mezquitas y sinagogas...") y la petición explícita de Misericordia. Merece la pena buscar y leer en prensa el discurso completo de la obispa.
La última medida a comentar, en gran parte desapercibida, también tiene que ver con la reflexión penitenciaria. Se trata del levantamiento de las sanciones a los colonos israelíes que utilizaron la violencia en Cisjordania. De nuevo una medida discriminatoria no basada en reflexión sobre sanciones inadecuadas sino ideológica y que ha vuelto a fomentar violencia. Aparentemente contradictoria con su supuesto papel en un alto el fuego en Gaza, bienvenido, pero con apariencia de fragilidad y probables intereses, que no valores, en su origen.
Con estas y otras medidas, también en nuestro entorno cultural y geográfico cercano, relacionadas con la necesidad de "tener papeles" para adquirir la condición de ciudadanos, me he preguntado cada vez más qué papeles tengo yo, qué papeles tienen los que los exigen o exigimos a otros, que me hacen diferente (y superior). ¿No tienen esas personas a las que se las margina por falta de papeles otros "papeles" que no tengo yo, que no tenemos otros?
En definitiva, las firmas y las decisiones de Trump son signo de un mundo marcado y guiado por intereses y no por principios y valores. La única respuesta en nuestra sociedad debería ser, además de mantener la reflexión crítica, fomentar y fortalecer la ayuda de unos a otros, como sociedad e institucional a través del Estado, los recursos públicos, y como personas con redes de ayuda en lo cercano, en lo cotidiano, entre los prójimos.
Garrido, Juan Antonio
Garrido, Juan Antonio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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