Desde la educación hasta la cultura
Mosquera Mata, Pablo A. - miércoles, 29 de enero de 2025
Toda persona tiene derecho a la educación y al acceso a la formación profesional y permanente. Este derecho incluye la facultad de recibir gratuitamente la enseñanza obligatoria. Se respetan, de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su ejercicio, la libertad de creación de centros docentes dentro del respeto de los principios democráticos, así como el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas.
Toda persona tiene derechos culturales, el derecho a la ciencia y el derecho a la protección de los intereses de autoría. Estos garantizan el derecho a participar y disfrutar de los beneficios de la cultura y la ciencia, y se refieren a la búsqueda del conocimiento, la comprensión y la creatividad humana. Estos derechos son una parte importante de la armonía social y están estrechamente relacionados con los derechos a la educación y a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Los derechos culturales no pueden, sin embargo, ser utilizados como justificación de prácticas que discriminen a grupos específicos o violen otros derechos humanos.
La Declaración de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural establece que la cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. El derecho a participar en la vida cultural tiene elementos tanto individuales como colectivos. Pueden ejercerse como un individuo, en asociación con otros, o dentro de una comunidad o grupo. Los Estados deben prestar especial atención a los derechos culturales de los grupos minoritarios e indígenas, entre otros, y proporcionar oportunidades tanto para preservar su cultura como para formar su desarrollo cultural y social, incluyendo la relación con el lenguaje, la tierra y los recursos naturales.
Platón recupera la Ética intelectualista de Sócrates, para él el conocimiento y la virtud son lo mismo, la virtud es el medio para realizar el Bien, puesto que a través de la sabiduría y la purificación del alma se hace el Bien; en cambio para Aristóteles el bien lo determina cada sujeto mediante el ejercicio de la educación. La educación para Platón es transitar de la realidad sensible a la inteligible, entendida como un proceso de transformación interior que va orientado al conocimiento de sí mismo. El camino a la libertad del ser pasa por la educación, es decir, por permitir que se desarrolle la capacidad innata del entendimiento de la realidad. La verdadera educación es la que nos enseña a amar el conocimiento, a cómo pensar.
Quiero llegar al lugar dónde pueda defender la igualdad de oportunidades ante la educación. Esa ciencia o arte que forma ciudadanos con conciencia social y profesiones que facilitan el bienestar o el progreso, entendiendo por tal, la fórmula que logra hacer posible nuevas generaciones mejores, más preparadas y provistas del conocimiento para el desarrollo no sólo de ,los derechos fundamentales en los nuevos espacios y nuevas generaciones de tales derechos.
Quiero llegar a manifestar como la cultura nos permite saber de dónde venimos y quienes somos, desarrollando nuestro sentido crítico, garantizando el ejercicio real de la libertad. Evitando las manipulaciones o alienaciones que transforman a la persona en muchedumbre dirigida con mando a distancia por los poderes fácticos.
Hubo un gran hombre. Discípulo predilecto de José Ortega y Gaset. Defendía la libertad en su más amplia consideración y la verdad. Julián Marías nunca odió a nadie, nunca escribió contra nadie sino sólo en favor de la verdad. Como su maestro Ortega pensó que la razón por sí sola no basta, necesita algo más, y este algo más es la información que el hombre recibe de su formación ética, moral y religiosa.
Desde la educación hasta la cultura, ambos derechos del ciudadano, este logra disponer de las herramientas necesarias para aproximarse a la verdad, distinguir las voces de los ecos, tomar decisiones por conocimiento y análisis, participar en el sistema democrático más allá del voto, elegir o ser elegido mediante una conducta fruto de los dos derechos que no colisionan y que suman para enfrentar presente y construir futuro.

Mosquera Mata, Pablo A.
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