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EL MADRID, EL BARCELONA EN EL CICLISMO: LA LIGA CICLISTA

lunes, 28 de julio de 2003
España es uno de los países del mundo donde mas afición hay al ciclismo profesional. El día que cayo Armstrong estaban viendo la televisión española mas de 4 millones de espectadores. Sin embargo, ahora hay una graves crisis de equipos, de patrocinadores hasta el punto que los principales equipos españoles de ciclismo profesional, que le han dado sus mayores épocas de gloria y una figura legendaria en el deporte mundial como Indurain, van a desaparecer.

El ciclismo, además, es un deporte muy importante en España. Es importante para hacerle ver a los niños, adolescentes y jóvenes que para conseguir algo hay que entrenarse, trabajar y esforzarse mucho y, no solo uno o dos día a la semana y como mucho durante dos horas, o de un mes para otro y gracias a dar bien, a hacer el indio, el macarra, etc., en la televisión.

En el ciclismo, como en todo lo que realmente tiene verdadero interés y valor en la vida, hay que esforzarse mucho, trabajar y correr cada día del orden de 150-175 kilometros con nieve, viento y sol, mucho frío y mucho calor. Es un deporte que sirve para ejemplificar, para encarnar, institucionalizar y socializar grandes valores y virtudes individuales y en equipo. Todos ellos conseguidos a fuerza de tesón, sufrimiento y trabajo, pero también de una buena programación, de estrategia, estudio e investigación. Armstrong y su equipo han conseguido sus éxitos gracias a trabajar mucho e investigar sobre las mejores formas de correr y prepararse, de trabajar en equipo y en la diferentes facetas de la carrera.

España en el ciclismo, como en otros muchos campos, dio un gran salto internacional. Recuerdo cuando seguíamos el Tour por la radio (no había televisión en mi pueblo de Vegadeo-Asturias, escuchabamos Radio Gaceta de los Deportes en Radio Nacional en España y a Díaz Roncero en Radio Paris-Radio France) y los periódicos, y los españoles pensábamos (o nos lo hacían ver así: representar el mundo es hacerlo e imponerlo) que el premio mas importante era el de la montaña porque lo ganaba Bahamonte (el primer español que ganó un Tour en 1959), después Julio Jiménez, después el asturiano El Tarangu, etc.. Bahamontes ganó seis, y este año 2003 en que Virenque gana su sexto premio de la montaña, Bahamontes le fue a entregar su maillot de puntos rojos de campeón de la montaña del Tour del Centenario.

En aquellas épocas, nuestros ciclistas españoles perdían en las etapas de llano muchos minutos y solo brillaban cuando llegaba la montaña. Tampoco teníamos “sprinters”, ni corredores contra el reloj. Otro ciclista muy conocido en aquella época fue el mallorquín Miguel Poblet, varias veces campeón del mundo del ciclismo trasmoto, del que teníamos puntual información.

Hoy los ciclistas españoles brillan en todas las categorías y premios, han conseguido varios campeonatos del mundo y son los principales animadores del “Tour”, de la Gran Vuelta ciclista a Francia, el tercer evento deportivo del mundo después de las Olimpiadas y del campeonato del mundo de fútbol. En el Tour del Centenario, los españoles, dos días antes de que termine el Tour, han ganado cuatro etapas. Cuando escribo este escrito ganó la etapa el español Lastra que nos emociono a todos los que lo vimos y lo celebramos, al dedicarle la etapa a su madre que había muerto dos meses antes. Lastra, como antes Sastre que llevaba el chupete de su niña de dos años en el maillot, lo intentó varias veces y, por fin, gracias a su trabajo y voluntad, lo consiguió. Lastra tuvo el detalle, además, de acordarse de Beloki.

Sería maravilloso que los grandes equipos españoles de fútbol, el Madrid, Barcelona (este equipo ha creado una sección ciclista para menores de 23 años), etc., creasen secciones ciclistas profesionales, pues así, justo al concluir la liga de fútbol, se iniciaría la liga ciclista. Lo cual supondría, además, que el ciclismo aumentase el gran seguimiento y repercusión mediática y publicitaria, social, festiva y de masas que tiene. La gran fiesta ciclista tendría el aliciente de la buena polémica y pasión futbolísticas, se reforzaría aun mas el espacio de encuentro y debate, conversación y tertulia que aporta el ciclismo y que, con el patrocinio, los colores de los equipos españoles de fútbol, haría que grandes y chicos, mujeres y hombres, niños, niñas, adolescentes y jóvenes tuviesen, como en el fútbol, un aliciente, un motivo mas para la convivencia intergeneracional e interclasista. Lo que actualmente casi solo se da en el fútbol.
Cancio, Miguel
Cancio, Miguel


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