'Salvados en una singular UCI de Amor'

Era por el mes de noviembre y me encontraba en la sala de espera de un hospital aguardando que me comunicaran como se encontraba un amigo que había acercado en mi vehículo a urgencias. Mientras meditaba sobre la situación clínica de este también reflexionaba sobre mi problema, pues, aunque físicamente no tenía dolencia alguna, estaba afectado por un terrible mal, el mal de amores.
En uno de los asientos inmediatos al mío se encontraba sentada una joven, más o menos aparentaba ser de mi edad. No comprendo cual fue el motivo que buscamos para entablar conversación, pero al poco lo hacíamos animadamente. Me contó que tenía a su madre en UCI y estaba aguardando que la avisaran para pasar a visitarla. Pasado un rato, las horas de espera en esos sitios se hacen eternas, veo que mi amigo sale por su propio pie y le comunicaron que era principio de un cólico nefrítico. Me despido de la chica deseándole lo mejor y marcho con mi amigo para llevarlo a su domicilio.
Al poco de subir al coche le digo:
- "Creo que necesito de esa mujer para que me cure"
Él, mostrando sorpresa, responde riendo:
"!Ja, tú estás más sano que un roble! ¿ Qué te va a curar esa joven?"
A lo que contesto:
-"Solamente ella aliviara este sufrir, estoy enfermo por amor"
Él permaneció en silencio y, una vez que en la farmacia le dispensan lo recetado, lo acerco a su domicilio y le deseo que descanse.
Ipso facto volví a la sala de espera. La moza sorprendida me pregunta:
- "¿Ha recaído tu amigo?"
La invito a salir a uno de los pasillos y allí le digo:
- "No, el enfermo soy yo y solamente tú me puedes sanar"
Nuestras miradas se cruzaron y ella desde aquel día me salvó, pero también me confesó que se había curado del desamor en esa singular UCI, la sala de espera.
Ahora tomando unos cafés con mi amigo y su madre les contamos como nos curamos nosotros.