Copistas olvidados
Ávila, José A. - jueves, 02 de enero de 2025
Hasta el año 1200 la mayoría de los libros producidos en Europa tenían carácter religioso y eran principalmente Biblias y salterios (libros de salmos). Cada monasterio albergaba una biblioteca que contenía cientos de volúmenes escritos a mano, en su mayoría copias transcritas línea a línea a partir de un manuscrito original prestado por otro monasterio. Los monjes se proponían preservar y transmitir los textos sagrados, de ahí que su trabajo debiese alcanzar el mayor nivel de perfección posible. Un buen amanuense o copista pasaba por un largo y arduo proceso de formación hasta adquirir la confianza necesaria para dar a sus manuscritos su característica elegancia. Sí, así nacieron los libros, y creo que esos copistas, que caen en el olvido, merecen que se les recuerde.
Ávila, José A.
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