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Valencia: Historia incómoda de una política rentable

Vila, Virginia - miércoles, 13 de noviembre de 2024
Anatomía de una decadencia. I.RPF e ICO.

Frente a 10 medidas fiscales prácticas, viables y efectivas

Las imágenes actuales de nuestros políticos sobre Valencia, muestran una cara seria y llena de falsa empatía. Sin embargo, pocos creen ya en esos gestos que, más que resolver, encubren.
Se culpan entre ellos mientras la verdad está en la "zona cero" y, en los primeros 2 días de la catástrofe. Después... discursos vanos y palabras incoherentes.
Mientras tanto, los funcionarios parecen resignados en su silencio y aplauden sin ganas, mientras se van los últimos retazos de dignidad que aún quedan atrapados en un fango burocrático.
En contraste, muchos profesionales se enfrentan a la realidad con coraje, sin miedo a sus cargos ni mancharse las manos. Unas pocas voces con nombre y apellido salieron a denunciar y ofrecer su ayuda. A defender la constitución, que no solo los militares, sino todos los funcionarios estarían moralmente obligados.
Estar del lado del pueblo no del político de turno. Quien calla, encubre. No es cuestión de burocracia y politización, es cuestión de humanidad y buena gestión.
Pero esta vez, ni las máscaras ni las caretas pueden ocultar la verdad. Con muy poca vergüenza y el traje bien planchado, les ofrecen las mismas "soluciones" de siempre:
- "Bajo esta incertidumbre, retrasaremos el IRPF y ofreceremos créditos ICO."

Medidas insuficientes, consecuencias nefastas:
- Devolución exprés de ayudas: En casos similares a desastres naturales, se estipula la devolución de las ayudas en tan solo tres meses, un tiempo irrisorio que deja a las personas afectadas en una situación de incertidumbre financiera.
- Créditos que endeudan más: Los créditos ICO, concebidos como un respiro económico, terminan convirtiéndose en una carga debido a los intereses asociados y las condiciones de reembolso poco flexibles, agravando el problema en lugar de resolverlo. Solo benefician al sistema bancario.
- Impacto sobre el IRPF: Las deducciones y ajustes prometidos suelen no reflejarse de forma real en el bolsillo de los contribuyentes, generando frustración ante la brecha entre lo prometido y lo cumplido. Plazos excesivamente cortos.
En definitiva, estas medidas que parecen ofrecer alivio inmediato no atacan el fondo del problema y, peor aún, pueden agravar la situación para quienes intentan salir adelante.
¿Estamos ante un verdadero plan de recuperación o simplemente otro ejemplo de gestión que prioriza los números sobre las personas?

Medidas viables que se podrían adoptar y aliviarían el proceso de los afectados:
Cuando golpea una crisis, la prioridad debe ser el bienestar y la recuperación de los afectados.
Sin embargo, a menudo las respuestas gubernamentales se quedan en promesas vagas o en estrategias ineficientes que no llegan a quienes más las necesitan.
Para abordar estas situaciones con eficacia, es crucial adoptar medidas administrativas claras, prácticas y orientadas a apoyar directamente a las comunidades impactadas.
En cualquier libro de economía básica, encontraremos estas 10 propuestas que los líderes políticos podrían implementar para facilitar el proceso de recuperación y garantizar un manejo más eficiente y humano en estados de catástrofe.
Son acciones viables que, con voluntad y organización, podrían marcar una diferencia significativa en la vida de las personas afectadas.
- Eliminación o suspensión temporal de las cuotas de autónomos
- Reducción o suspensión del IRPF hasta cierto límite de ingresos
- Créditos ICO a intereses simbólicos o sin intereses
- IVA reducido en sectores estratégicos
- Bonificaciones fiscales por creación de empleo
- Moratorias en impuestos locales y tasas administrativas
- Subvenciones directas en lugar de préstamos
- Simplificación administrativa y digitalización
- Plan de alivio para la deuda acumulada
- Fomentar cooperativas y asociaciones entre autónomos
Todo esto implementarlo de forma real, no un intercambio político o con cláusulas añadidas.
No lo hacen porque implementar cambios profundos y efectivos requiere tocar intereses establecidos, tomar riesgos políticos y romper con dinámicas de poder preexistentes.
La solución está en exigir transparencia, educación para los ciudadanos y un cambio en la manera de hacer política, donde las necesidades reales de las personas estén por encima de los intereses partidistas o económicos.

Tecnología al servicio del ciudadano
En momentos críticos como los que enfrentamos, lo que más necesitamos es agilidad, empatía y soluciones reales. La burocracia y los trámites interminables no solo frenan la ayuda, sino que también ahogan la esperanza de quienes lo han perdido todo. Pero, ¿y si la tecnología pudiera cambiarlo todo?
Imaginemos por un momento que, tras una catástrofe, no hubiera que rellenar formularios interminables ni esperar semanas para recibir ayuda. Con la inteligencia artificial (IA), podríamos automatizar procesos para que las personas afectadas reciban la atención que necesitan en cuestión de horas, no días. Por qué no la usamos de forma proactiva.
Sumemos a esto la transparencia del blockchain. Con esta tecnología, cada euro destinado a ayuda podría ser rastreado desde su origen hasta el bolsillo del afectado. No habría espacio para corrupción ni desvíos.
Las personas podrían saber que las promesas se cumplen, y recuperarían algo que hoy parece perdido: la confianza en las instituciones.
Sin embargo, no es solo cuestión de tecnología, también necesitamos líderes dispuestos a escuchar y que actúen con integridad. Porque ninguna IA ni blockchain puede sustituir la empatía ni el compromiso humano.

VALENCIA Donde la verdad vencerá al poder

Valencia está haciendo lo que muchos consideraban imposible: destapando no solo los bulos, las ONG que despilfarran en nombre de la solidaridad o los trajes bien planchados de la falsa política, sino también algo más profundo. Está revelando cómo la corrupción se ve repleto de proyectos que parecen impecables, cómo el negocio de consultoras, seguros y ayudas bien intencionadas se convierte en una maquinaria que lucra con la buena fe.
Esto no es el fin, es el principio. Lo que se está destapando en Valencia no solo es escandaloso; es una oportunidad. Porque cuando la podredumbre se airea, deja espacio para sembrar algo nuevo. Es el momento de demostrar que una sociedad no se define por quiénes la traicionan, sino por cómo responder.
¿Estamos preparados para exigir, para no conformarnos con las migajas de los discursos bonitos? Valencia puede convertirse en el símbolo de una nueva era de transparencia y justicia, pero depende de todos nosotros. Más de un nido de corrupción caerá, pero que no queda ahí: que lo que construyamos después sea algo digno de nuestros sueños y no de sus intereses.
Vila, Virginia
Vila, Virginia


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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