Joaquín Fábregas Santos, Patrón Mayor de Fisterra y la tripulación de este pesquero lanzaron el aviso a primeras horas del alba del 1 de noviembre, día de todos los santos, de que, localizan y aguantan con un cabo el cuerpo de una persona a la deriva, rumbo norte, arrastrado por las corrientes predominantes hacia el corredor marítimo, a mar abierto, por suerte o por la providencia del destino, alguién a bordo avista y alerta del fatídico hallazgo. Su singladura a una posición de pesca lejana de la costa, al pasar por esa posición y de forma casual, hacen ese avistamiento a su paso por un bajo llamado "a carraca" a algo más de dos millas de la playa de Mar de Fóra, como un quilómetro y medio, de la zona de "os encantos", lugar donde aparecía la mochila con la documentación de Adriana Carrillo, menor de Ordes, desaparecida en Fisterra.
Localizan ese cuerpo sin identificar justo nueve días desde la última señal de su teléfono móvil. El selfie usado por benemérita para que los percebeiros de Fisterra y profesionales del mar ayudaran a localizar las rocas de esa foto por desgracia se difundió en redes sociales sin el consentimiento oportuno, nosotros tapamos o pixelamos la imagen porque lo único que importa de la imagen son las rocas para que la búsqueda se centrase sobre una última posición, es decir, era una de las pocas pistas disponible, aunque no era lícito que apareciese la imagen y, mucho menos, tratándose de una menor. Sobre las diez y poco de esa mañana desde el pesquero hasta el puerto fisterrán realizaron el traslado desde el Salvamar Regulus, buque de rescate marítimo, con base en Porto do Son. Hasta el lugar, acordononado, se desplazan benemérita, la jueza para realizar el levantamiento del cadáver, la Alcaldesa de Fisterra, Áurea Domínguez, entre otras autoridades.
Un taxi con personas "posiblemente allegadas al caso", también acuden a ese punto, cerrado con cintas, y desde ese puerto de Fisterra se realiza el traslado al IMELGA de A Coruña para la realización de la autopsia y también para la correcta identificación del cuerpo. Aunque, en todo momento todo apunta a que podría tratarse de la menor desaparecida falta aún esa confirmación oficial por las autoridades pertinentes. Un caso que sigue abierto y bajo secreto sumarial.
Guillermo Traba fue uno de los buzos profesionales, que ayudaron en la intensa búsqueda en la que muchas personas anónimas se volcaron desinteresadamente, dando lo mejor de si mismos, conocedores de las rocas y zonas de acantilados de una "costa da morte" que recibe su nombre por su peligrosidad y la ayuda de estos lobos de mar era fundamental para rastrear cada palmo del litoral costero desde Cee hasta Camariñas, incluso más allá de estos concellos limítrofes. Si se confirmara que la identidad coincide con la menor que intentaban localizar podemos afirmar que fueron muchas las personas que hicieron todo cuanto estaba en sus posibilidades para encontrarla, aunque muchos rezamos por otro final, muy diferente a este, no todas las desapariciones terminan con una buena noticia. A veces, podría ser este uno de esos casos, este final es uno de los peores posibles.
