La gran avenida y el urbanismo de Viveiro
Timiraos, Ricardo - viernes, 25 de octubre de 2024
En los años sesenta del pasado siglo soñaba, en el Heraldo de Vivero, que en nuestra Ciudad se podría hacer una "GRAN AVENIDA", con amplios jardines y algunos aparcamientos, bordeando el mar desde Xunqueira hasta Celeiro, librando la orillamar de los edificios que lo impidieran. Podría llevarse a cabo revertiendo en el Ayuntamiento todas las concesiones administrativas que lo dificultaban y, a donde no pudieran llegar éstas, tirar de "memoria histórica urbanística"-existen fotos antiguas que pudieran valer para recuperar los terrenos "usurpados"- para facilitar el trabajo de su recuperación para la Ciudad. Sólo salvaría el edificio del Conservatorio, antiguo hotel Venecia, para, convenientemente reformado, dedicarlo a usos parecidos a los actuales. Muchos me trataron de iluso.
En el año 2018, en mis colaboraciones periodísticas -me consta en GaliciaDigital-, volví a insistir en esa idea, y por un momento quise creer que ésta había prendido, cuando pareció surgir un pequeño movimiento cívico con el eslogan de "UN VIVEIRO ABERTO Ó MAR" que algún tiempo después pareció diluirse. Un reto ambicioso, que hubiese requerido mucho trabajo, valentía y verdadera voluntad política, por lo que conllevaría recuperar para la ciudadanía unos espacios que debieran pertenecer a todos y no a unos pocos privilegiados. Mucho ciudadanos hemos visto los abusos, pero poco se ha denunciado. La abulia, la cobardía, la comodidad, el desinterés por defender el patrimonio común y, sobre todo, el mamoneo del amiguismo, son un terrible hándicap para estas cosas. Si a esto añadimos también el pasotismo, pienso que interesado, de Costas y Portos, dos organismos que debieran estar al servicio ciudadano, todo ello lo ha permitido.
Días pasados leí que se van a reunir las autoridades pertinentes para revertir en el Ayuntamiento los terrenos que no tienen uso para actividades portuarias. Años y años hemos esperado por los galpones del Muelle Viejo. Soñar con que las concesiones administrativas de uso privado se acaben, y que todas las instalaciones en terrenos de Costas debieran contar con la autorización del Ayuntamiento en cuestión, sería una buena forma de ir democratizando estas decisiones, porque en el fondo es el ayuntamiento el primer afectado.
Hablar de urbanismo en Viveiro, por triste, parece un chiste. Aquí siempre hemos adolecido de una enfermedad grave que no es otra que mirar demasiado el poder de algunas personas y sus caprichos, ya sea por su dinero, ya por su estatus social, de modo que podemos ver chalés con piscina en primera línea de playa -las leyes se interpretan y adecuan al señorito en cuestión ( tengo el convencimiento que la ley de Costas depende de "quen señan as costas")- hasta ver como dejaron los constructores en tiempos recientes la Misericordia, Cantarrana y Covas. El urbanismo consistió en que el listo de turno comparaba un terreno y edificaba, cuatro o cinco alturas, más áticos, que luego habilitaba para viviendas con la consabida picaresca. Me consta de que hay un departamento de regulación urbanística. Otra cosa no tendrán los Ayuntamientos, pero funcionarios de dudosa eficacia, me parece que unos cuantos. (Véase el jocoso, por insoportable, conflicto de los municipales. ¡Lástima de robots!).
Entre las aberraciones consentidas en estos lugares está el soterramiento del río Cantarrana, es de suponer, con el consentimiento de Augas de Galicia. ( El chiste de que un río es una corriente de agua que desemboca en un bar ocurre en el Lodeiro). Pues bien, en los sitios citados no dejaron ningún espacio libre para aparcamientos, jardines, ni servicios públicos, como pudiera ser un colegio. Nos quejamos de Viveiro, de Cantarrana, Covas... ¿Y Celeiro? ¿Cómo es posible que no tenga una calle en condiciones? Hoy está deshabitado. La misma táctica y verdaderos mamotretos reconvertidos en palomares. ¿Y el Casco histórico?. Pena da verlo, porque hoy es lúgubre, húmedo y sombrío porque se permitieron tales alturas que las calles se olvidaron de que existe el sol. Y de estas cosas siempre hay culpables por acción y omisión.
Pero si esto es así, no se entiende que ciudadanos que edificaron en cualquier lugar sus viviendas, se supone que con su correspondiente permiso de obras, les sirva éste de razón para ahora exigir viales, alcantarillado y demás servicios. Hay cosas que requieren pensarse y que, antes de construir, se debe urbanizar con todas las garantías para tener alcantarillado, agua, luz y demás servicios. con viales que permitan una circulación fluida, incluso jardines y servicios públicos. Sería conveniente que quienes consienten este estado de cosas arreglaran de una vez por todas eso que llaman el PXOM. Y eso requiere auténtica voluntad y unanimidad política.
A nadie se le escapa que la política invade todos los aspectos de nuestra vida, pero hay cosas que requieren más objetividad que las diferencias ideológicas. Y una es el plan de urbanismo para el desarrollo de nuestra Ciudad. No se pueden buscar eternas disculpas para aprobarlo, ni se debe usar como arma para destruir al enemigo. Que cada palo aguante su vela, vale; pero usarlo como arma política es falta de esa altura de miras que tanto reclaman muchas veces. Y la clase, si se presume de ella, hay que demostrarla.
Y para terminar, permítanme una reflexión en voz alta: Cuando ustedes ven algunas de estas aberraciones ¿no piensan de nuestras autoridades, cuando las consienten, que o tienen las luces en intermitentes o lo que es peor todavía? Por amor a su pueblo, vayan poniéndose las pilas.

Timiraos, Ricardo