El Ayuntamiento ha elegido la 9ª Sinfonía de Beethoven para inaugurar el auditorio.
La Voz de Galicia de hoy abre con la noticia de que la 9ª Sinfonía de Beethoven será la obra que inaugure el nuevo Auditorio de Lugo, el día 21 de diciembre. Es una apuesta muy arriesgada por parte de la alcaldesa, Paula Alvarellos, aunque si sale bien puede haber acertado.
Ha huido de lo nos podíamos esperar. Ni una figura puntera del panorama musical (algo harto difícil de traer a un auditorio de 900 butacas), ni una "peza da terriña" con un claro guiño a separarse del habitual repertorio del área de Cultura dirigida por el BNG. Quizá no sea lo que la mayoría de la población se esperase cuando dijo que sería algo "nunca visto en Lugo", pero todo dependerá de cómo se lleve a cabo el concierto.
Según apunta La Voz, se están buscando músicos hasta debajo de las piedras, ya que es una partitura no sólo difícil sino muy popular, por lo que es imposible evitar que todos los que escuchamos música clásica habitualmente comparemos con las versiones más conocidas, empezando por las de Herbert von Karajan, probablemente el más conocido director de las más escuchadas versiones de las Sinfonías de Beethoven. A ver quién es el guapo que se atreve a resistir esa, no niego que injusta, comparación.
Quizá todavía podamos conseguir que Noemi Mazoy participe en la obra, ya que en el último movimiento hay un coro y, entre otros, una soprano solista... Veremos qué pasa.
El 7 mayo se cumplieron 200 años del estreno de la 9ª Sinfonía de Beethoven, que incluye en su cuarto movimiento la conocida como "oda a la alegría". Esta pieza se hizo tan popular que fue versionada en múltiples ocasiones, y a nuestra generación seguramente se le viene a la cabeza la interpretación de Miguel Ríos. La Unión Europea eligió como himno una parte, también versionada, y incluso Michael Jackson, en su "Will You Be There" (la canción de la película "Liberad a Willy", comenzaba con un fragmento de esta sinfonía.
Beethoven fue uno de los primeros compositores profesionales independientes, algo que inauguró Mozart, quien fue el pionero en mandar a paseo a sus mecenas y vender su obra directamente, con lo que logró una independencia que nadie había tenido jamás.
Llevando el tema a lo local, hay una cuestión de fondo que no sé si a la Alcaldesa se le ha pasado por la cabeza (si es que conoce este dato) o simplemente es casualidad. La 9ª Sinfonía se estrenó cuando Beethoven estaba ya prácticamente sordo, y de hecho, aunque en el teatro estaba él como director, en realidad fue Louis Duport quien llevó la batuta.
En un gobierno bipartito es curioso que se elija para un acto tan importante una pieza con un significado peculiar: quien lleva la batuta no es quien todos pensamos...